La Caridad
Enviado por 177009431 • 27 de Marzo de 2014 • 408 Palabras (2 Páginas) • 248 Visitas
¿Practicamos la caridad día a día?
La caridad es una virtud entregada por Dios a los hombres que nos da la fuerza para amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Ésta es la base de toda espiritualidad cristiana, es ella la que enfoca la vida de nosotros, cristianos, en hacer el bien ya que practicándola vemos como florecen todas las enseñanzas que nos dejó Jesucristo.
Como cristianos debemos tener la caridad presente en nuestro día a día, actuar con caridad debe ser algo que nos represente y no esperar a que algo ocurra para comenzar este actuar. La caridad hay que vivirla en todo momento, no separar nuestras vidas terrenales con lo que creemos, no ser cristianos sólo en nuestra intimidad familiar o solitaria, si no, entregar todo lo que a nosotros se nos ha enseñado a los pobres de espíritu que no han tenido la oportunidad de conocerlo a Él. Creo como cristiana que la caridad es algo más que el amor. El amor es algo natural, en cambio la caridad va más allá de lo normal, es poseer el amor de Dios. Es amar como Dios ama, con su intensidad y con sus características. El simple hecho de estar a imagen y semejanza de Dios nos da la oportunidad de amar como Él amó. Es por esto que la caridad debe estar presente en nuestras vidas amando al que nos rodea como a nosotros mismos. San Pablo habla de la caridad, "La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta" (1 Co 13, 4-8). Y termina, "la caridad no dejará de existir". Si ella no dejará de existir ¿por qué nosotros no la tomamos en cuenta y la hacemos partícipes del maravilloso misterio de la vida?
A pesar de esto son muy pocas a las personas que pueden lograr actuar así de una manera auténtica, con verdadera humildad, es ahí cuando llegamos a donde nos toca actuar a nosotros, si ya se nos ha sido entregado todo, ¿por qué desperdiciamos las maravillas que nos dio Dios?
“La caridad comienza por nosotros mismos, y la mayoría de las veces acaba donde empieza1.”
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