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La Casa De Bernarda Alba


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2014  •  1.886 Palabras (8 Páginas)  •  292 Visitas

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La casa de Bernarda Alba, es una obra donde el realismo mágico fluye, y se convierte en un mundo verdadero. Esta obre fue la última obra que Federico García Lorca escribió en la primavera de 1936, y según dicen que solo la escribió en unos cuanto días; sin embargo, la lleno de magia, dolor y sangre. Adolfo Salazar, el conocido musicógrafo y gran amigo de Lorca, dio a conocer una anécdota muy especial del gran poeta; cada vez que Lorca terminaba de leer una escena de la obra, exclamaba felizmente, “¡Ni una gota de poesía! ¡Realidad! ¡Realismo!” (Barcia 385). El Gran poeta advierte el mismo las intenciones que relata atreves de la obra; “Tampoco hay que dudar de la sinceridad de García Lorca, cuando afirma haberse inspirado para la concepción de su obra en un suceso real…” (Barcia 385). No obstante, su gran imaginación le ayudo a darle un toque de magismo a su obra.

La obra consta de muchos símbolos de la vida cotidiana, sin embargo son sobrenaturales a la misma vez. Los símbolos a través de la historia son diferentes, unos más sencillos que otros, no obstante, todos comparten un toque de realismo mágico.

Los personajes de este cuento, en una manera muy sencilla, relatan uno de los elementos del realismo mágico, que es la lógica de lo concreto llevado a un nivel súper natural. Los nombres de los personajes, aunque sencillamente son nombres, describen exactamente la forma de ser de cada una de ellas, puesto que la mayoría son mujeres. Bernarda Alba, la tirana de la casa, cuyo nombre lleva en el titulo, representa los arreglos morales y sociales más antiguos con mentalidad tradicional. Su nombre Bernarda, significa “con fuerza de oso” que describe muy bien la opresión que maneja dentro de la casa. Al igual, Alba, su apellido representa blancura, representa la apariencia de ser pura y sencilla, libre de manchas, algo que no es. Los nombres de las cinco muchachas, hijas de Bernarda, también concede con la personalidad de ellas. Angustias, Martirio y Magdalena son nombres de la piedad cristiana, por lo cual es evidente que cada una de ellas sufre cargando su cruz. Angustias, es la mayor y la heredera de una fortuna que solamente le trae falsos encantos. Martirio, como su nombre es un martirio; su enfermedad y soledad de un amor perdido la ha vuelto en una mujer depresiva y pesimista. Magdalena, muestra sumisión y abundancia de llantos coincide con María Magdalena personajes de los Evangelios, sin embargo sus amargas protestas sorprenden al lector. Amelia, mujer resignada y tímida, significa “sin miel”. La más pequeña, y la más llena de vida es Adela, que significa “naturaleza noble”. Su carácter apasionado, y fuerza de luchar es lo que la hace resaltar de sus hermanas muertas en vida. La criada, cuyo nombre es Poncia, refleja al gran Poncio Pilatos porque da concejos y interviene en los conflictos, pero se lava las manos fácilmente, como si nada fuese pasado (Barcia 388). Cada personaje coincide con su nombre, formándolo místico y mágico.

El espacio en la obra es sobrenatural. El espacio de reduce completamente al espacio cerrado del interior de la casa, tan cerrado que se puede considerar como una cárcel o un convento. “La limitación al mundo interior, al mundo presente en la escena, hará hasta cierto punto innecesaria toda justificación lógica en la entada y salida…” (Barcia 389). Este encierro es algo que es lógicamente funcional para dar la ilusión de ser atrapado, sin poder salir.

El elemento de la lógica a lo concreto también resalta en las blancas paredes de la casa de Bernarda Alba. La acotación, “Habitación blanquísima del interior de la casa de Bernarda. Muros gruesos. Puertas en arco con cortinas de yute rematadas con madroños y volantes. Sillas de anea. Cuadros con paisajes inverosímiles de ninfas o reyes de leyenda. Es verano. Un gran silencio umbroso se extiende por la escena. Al levantarse el telón está la escena sola. Se oyen doblar las campanas” (Lorca) da la impresión de la blancura de la vida de Bernarda. Las paredes gruesas y blancas, personifican la pureza que la familia Alba aparenta tener y que según las hijas están bajo control, porque ninguna tiene libertad. Las descriptivas palabras de este fragmente demuestra el control exagerado que hay dentro del hogar. En el primer acto, las paredes son “blanquísimas”, representando la fuerza y control de Bernarda. Más a cambio, en el segundo acto, las paredes muestran ser solamente “blancas” por el calor que surge en la casa. Al final, en el tercer acto, las paredes se convierten en un “blanco azulado” refiriendo que Bernarda ha perdido el control de la casa completa; es decir, a perdido control de la gente que vive en ella, y los sujetos que suceden dentro de ella.

El aspecto de la naturaleza que el realismo mágico cambia y personifica con fuerza mágica, se encuentra en esta obra en un personaje lleno de vida. A diferencia de las otras muchachas, Adela es una persona que sabe lo que quiere, y se esfuerza por conseguirlo. Su hermosura y juventud grita apasionadamente por libertas y cambio. Ella quiere destrozar paredes y dejar que su fuego encienda la casa completa, ella quiere ser libre. La inocencia y anhelo de libertad es lo que llena Adela de fortaleza para seguir en una casa llena de muerte; después de la muerte de su padre, se pone un vestido verde, para que la miren las gallinas,

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