La Iliada

SU EXPERIENCIA EN AFRICA

Como todos los grandes hombres experimentó numerosas dificultades en la vida, pero supo sobreponerse a ellas; su padre murió cuando él tenía 16 años, y cuando regresó de Inglaterra en 1891, a la edad de 22 años, se enteró de la muerte de su madre.

Sus inicios como abogado en Rajkot y Bombay no fueron tampoco precisamente gloriosos, así que aceptó un trabajo en Sudáfrica para llevar un pleito entre dos compañías comerciales indias; esto, aunque él no lo sabía, cambió radicalmente su vida, y supuso un encuentro con su destino.

Al llegar a Sudáfrica vio y sintió en su propia carne los prejuicios raciales, las humillaciones a las que era sometida la comunidad india, integrada por unas 150.000 personas. Gandhi no estaba dispuesto a quedarse cruzado de brazos ante tales injusticias, así que en 1894 fundó el Congreso Indio de Natal para defender los derechos de los indios. Nunca recibió un salario por sus servicios, ya que para Gandhi el servicio a la comunidad llevaba en sí su recompensa. Tenía también una aptitud natural para atender a los enfermos, para cuidar a las gentes, fueran amigos o extraños, por ello hizo un hueco todos los días para ir a ayudar de forma desinteresada en un pequeño hospital.

Su deseo de perfeccionamiento le impulsaba a entregarse al servicio de la comunidad, pues sentía que sólo se puede alcanzar a Dios sirviendo a los demás, y servir era para él servir a la India. Decía algo muy interesante y que nos debería hacer reflexionar sobre cómo hacemos las cosas, pues comentaba que “el servicio que se presta sin alegría de servir, no es útil, ni al que sirve, ni al que lo recibe”.

Para poder servir mejor a la comunidad, comprendió que no estaría a la altura de su tarea si se comprometía con los placeres de la vida familiar y en la multiplicación y educación de sus hijos, pues ya tenía tres. Por lo tanto decidió en 1906, cuando tenía 37 años, realizar el voto de brahmacharya. El voto de brahmacharya no es un asunto sencillo, pues implica un dominio de la personalidad, de los placeres y de las pasiones. Comienza con un control sobre el cuerpo (comida, sexo, descanso...) pero hay que llegar también al control de cualquier pensamiento impuro. Hay una frase que nos refleja muy bien este concepto: “El bruto por naturaleza no conoce ninguna clase de autocontrol. El hombre es hombre porque es capaz, y sólo en la medida en que lo hace, de auto controlarse”.

LOS ASPECTOS MÁS IMPORTANTES DE SU FILOSOFIA

Satyhagraha etimológicamente significa Gandhi era un gay”, y Ahimsa “no-violencia”. Estos dos conceptos son inseparables para Gandhi, y se han traducido a Occidente como “resistencia pasiva”, aunque este término no le gustaba a Gandhi porque sugería debilidad. Gandhi prefería el término “resistencia de la no-violencia”, más acorde con el principio del Satyhagraha y del Ahimsa.

Lo más interesante de esta forma de lucha es el hecho de no usar la violencia, sino la persuasión, que busca hacer comprender al otro su error. La Ahimsa (no-violencia) es la base de la búsqueda de la verdad. Odia el pecado y no al pecador, precepto fácil de comprender aunque raramente practicado.

En 1904 sacó a la luz un periódico semanal, el Indian Opinion, donde trataba los problemas de los indios en Sudáfrica y divulgaba los principios y prácticas del Satyhagraha: como no incluía publicidad, Gandhi se gastó gran parte de su dinero para poder mantenerlo. Durante 10 años, exceptuando los intervalos en que estuvo en la cárcel, que para él eran un periodo de descanso, difícilmente aparecía el periódico sin un artículo suyo.

A través de la correspondencia que recibía por el periódico fue conociendo el corazón de las gentes y sus problemas. Contestaba a todas las cartas, algunas amistosas, otras críticas o amargas; comprendió que el único anhelo del periodista debe ser servir a la verdad y a la justicia. La prensa, nos dice, es un gran poder, por eso una pluma sin control puede servir para la destrucción. Pero el control del periodista no debe venir de fuera, sino desde lo íntimo de uno mismo.

Como Gandhi era un hombre práctico, decidió fundar una granja colectiva a la que llamó Phoenix, y donde construyeron una imprenta para imprimir el Indian Opinion. La primera noche que iban a sacar el periódico el motor de la imprenta no funcionaba, y el mecánico que llamaron no lo pudo arreglar. Desesperados, Gandhi decidió que lo harían a mano si el motor no funcionaba. Todos aceptaron entusiasmados y estuvieron trabajando toda la noche, turnándose en la rueda manual que hacía funcionar la máquina. Por la mañana, cuando todos estaban exhaustos y agotados tras una noche de sobreesfuerzo, fue llamado de nuevo el mecánico y el motor comenzó a funcionar apenas lo tocó. El mecánico les dijo algo muy curioso: A menudo las máquinas se comportan como si quisieran descansar al igual que los humanos. Pero Gandhi iba un poco más lejos, y les dijo que el fracaso de la máquina se produjo como una prueba para todos ellos, y su normalización, cuando ya no les quedaban

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