La Lingüística

El término “teoría lingüística” se refiere a los sistemas de hipótesis que conciernen a los rasgos generales del lenguaje humano propuestos para dar cuenta de un conjunto determinado de fenómenos lingüísticos.

El hecho central que debe tener en cuenta cualquier teoría lingüística significativa es el siguiente, un hablante maduro puede producir una oración nueva de su lengua en la oración apropiada, y los otros hablantes pueden entenderla de inmediato, aunque sea igualmente nueva para ellos.

La mayor parte de nuestra experiencia lingüística, tanto en hablantes como en oyentes, es con oraciones nuevas; una vez que hemos dominado una lengua, el tipo de oraciones que manejemos con fluidez y sin dificultad ni titubeo es tan vasto que, para cualquier fin practico y, obviamente, para cualquier fin teórico., podemos considerarlo infinito.

El dominio normal de una lengua implica no solo la capacidad de entender de inmediato una cantidad indefinida de oraciones completamente nuevas, sino también la capacidad de identificar las oraciones aberrantes y, cuando es necesario, darles una interpretación

Es evidente que en el uso corriente del lenguaje, la memorización es un factor de ínfima importancia, que “aprendemos de memoria una parte mínima de las oraciones que emitimos, que por el contrario, la mayoría de ellas las componemos de repente” y que uno de los errores fundamentales de la vieja ciencia del lenguaje fue el tratar todas las emisiones humanas, en tanto que no se aparten del uso común. Como algo meramente reproducido por la memoria.

En efecto, la comprensión de que este aspecto creativo del lenguaje es su característica esencial se remota por lo menos al siglo XVII. Así encontramos el enfoque cartesiano de que el hombre es más que un mero autómata y que el índice principal de esto es la posesión del verdadero lenguaje.

Sobre la base de una experiencia limitada a los datos del habla, cada ser humano normal desarrolla por sí mismo una cabal competencia en su lengua nativa. Esta competencia se puede representar, en un grado aún no determinado, como un sistema de reglas que podemos llamar gramática de su lengua.

A cada emisión fonéticamente posible la gramática le asigna una cierta descripción estructural que especifica los elementos lingüísticos que la constituyen y sus relaciones estructurales.

Para algunas emisiones, la descripción estructural indicara, en particular, que son oraciones perfectamente formadas. A este conjunto lo podemos llamar la lengua generada por la gramática. En otras, la gramática asignara descripciones estructurales que indican la manera en que desvían de la perfecta formación. Cuando la desviación es bastante limitada, se puede imponer a menudo una interpretación en virtud de las relaciones formales con las oraciones de la lengua generada.

La gramática, entonces, es un dispositivo que en particular especifica el conjunto infinito de oraciones bien formadas y le asigna a cada una de ellas una o más descripciones estructurales. Tal vez a este dispositivo lo deberíamos llamar gramática generativa, para distinguirlo de las formulaciones descriptivas que se limitan a presentar el inventario de los elementos que aparecen en las descripciones estructurales y sus variantes conceptuales.

La gramática generativa que ha sido internalizada por alguien que adquirió una lengua, define lo que en términos saussurianos podemos llamar langue, al actuar, como hablante u oyente, pone a funcionar este dispositivo.

El modelo transformacional es mucho más complejo y sumamente estructurado. En una formulación de este modelo, se supone que el componente sintáctico de dos subcomponentes. El primero estructura constituyente consiste de un conjunto ordenado de reglas rescriturales que generan cadenas de formativos que podemos llamar cadenas terminales, estas constituyen un conjunto

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