La guerra de las primarias

Stephen Meyers (Ryan Gosling) es un hombre muy idealista, asesor de campañas políticas al servicio del gobernador demócrata de Pensilvania, Mike Morris (George Clooney). Stephen afronta el mayor desafío de su carrera profesional al tratar de conseguir que Morris sea elegido por el Partido Demócrata para enfrentarse al candidato republicano en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2004.

Meyers cuenta con la ayuda del director de la campaña, Paul Zara (Philip Seymour Hoffman), para tratar de conseguir el apoyo del estado de Ohio para Morris, un candidato demócrata, lo cual garantizaría su nominación. Meyers es tanteado por Tom Duffy (Paul Giamatti), el jefe de la campaña del otro precandidato demócrata, ofreciéndole un puesto de importancia en la campaña del bando contrario, pero éste se niega. Meyers se mantiene involucrado en el mundo de la política, pleno de traiciones, cruel y mentiroso, en el que nada es lo que parece; sus ideales tratan de permanecer por encima de la corrupción, sin conseguirlo. Un drama entre la moral y la política que en la cinta parecen no tener puntos comunes.

Sus circunstancias no sólo se aplican a la política. Su historia refleja todos aquellos dilemas que hacen que alguien pendule entre los polos de la ética ¿Que estás dispuesto a hacer para ganar? ¿Hasta qué punto llegarías para salir bien librado?

Gosling hace un individuo tan encantador como duro, que puede ser leal y aprovechado y que es audaz, pero eso no le salva de cometer errores de los grandes.

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La guerra de las primarias

Aunque los giros y los vínculos que suceden a lo largo de la trama están muy bien estructurados, ésta puede ser difícil de seguir si no se conoce a fondo el sistema electoral de Estados Unidos, ya que se usan términos técnicos que no se muestran en acción, es decir, se quedan en la exposición. Al ser una cinta de asuntos gubernamentales, no se presta para que haya otros momentos que no sean de diálogos, lo que causa que la primera mitad de la película carezca de ritmo. En esa parte, las ocasiones de más peso son los discursos públicos del aspirante a la presidencia Mike Morris, interpretado por un George Clooney que recuerda a la personalidad de demócratas como John F. Kennedy, Bill Clinton o Barack Obama.

La segunda mitad es donde sale la parte de thriller y se desata un ciclo interminable de intrigas. Como es costumbre en los filmes de George Clooney ya sea director o protagonista, el tono y la dirección de arte son sobrios y la fuerza de la película se apoya principalmente en las actuaciones y las líneas.

Aunque el flujo podría ser más agil, Clooney sin duda sabe aprovechar a sus actores. Además de Ryan Gosling, los que más brillan son Philip Seymour Hoffman como era

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