La muerte

La muerte es considerada una acción del espíritu santo.

El alma es destinada al cielo, al infierno según el juicio divino sobre la vida terrenal de la persona.

El cielo se representa como la delicia terrenal, lugar de juventud eterna.

La muerte es considerada un enemigo, un poder terrenal de angustia y enfermedades.

Distingue al hombre vivo del cadáver, aunque solo se considera inmortal el alma.

Consideraba que el cadáver, sobrevivía imaginándolo como una sombra, silenciosa y triste.

Se pensaba que esta imaginación de la sombra viva en el “Sheol” lugar de los muertos, es decir en el infierno.

Dan sepultura a los cadáveres, tienen ritos fúnebres y se tiene el sentimiento de que el muerto sobrevive y acompaña a los vivos.

Para la salvación de los difuntos era necesaria la mediación de los clérigos, quienes participaban con benevolencia y decisión del fallecido.

Existe convicción de la existencia de vida eterna, por tal razón aseguran el arrepentimiento final y el cumplimiento del ritual para el alma.

La iglesia contaba con sus herramientas para fomentar la tranquilidad a la hora de morir, con el fin de recordar la esperanza de la vida eterna, es decir un tipo de indulgencia con el fin de no purgar los pecados después de la muerte y esto mostrara una actitud más tranquila ante la muerte.

Se muestra otra actitud, de modo que la muerte sea asumida con el fin de pasar a mejor vida, también se habla de la muerte como trascendencia pura y finalmente la muerte como liberación de sufrimientos.

Se presenta la vida como un peregrinar a no temerle a la muerte física, esto con la idea de esquematizar las mentalidades rígidas en periodos históricos.

La globalización de la muerte con base de la experiencia, por esto se habla de la muerte pero desde el punto de vista científico, es decir clínica, muerte cerebral o como irreversible, no se registra función orgánica.

Hay un cambio de mentalidad, de acuerdo a las épocas antiguas, en la preparación intelectual del clero y la influencia de los predicadores, estos cambios producen una evolución en la religión a una fe mas interiorizada desde la sensibilidad y aceptación por la vida y la muerte.

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