La Muerte

Introducción

A la mayoría de las personas no nos gusta la idea de que llegue la muerte por que la vemos como algo malo o algo feo pero si retomamos desde nuestros antepasados que para ellos la muerte era algo divino ya que era una ofrenda hacia un dios el cual les darían una recompensa, así también la iglesia tiene otra perspectiva ya que para ella todo gira en entorno así adiós, pero la muerte no se puede encerar en un solo termino puesto que todos tenemos diferente perspectiva de lo que es la muerte. No será lo mismo la muerte en un pueblo que en una ciudad, ni la muerte en un aspecto medico que en un aspecto social o la muerte para los filósofos donde ellos nos dicen que toda su vida se preparan para morir, y cuando la muerte llega sería absurdo que se turbaran puesto que toda su vida se prepararon para ese momento, así como para platón la muerte es la separación de lama y cuerpo, para Aristóteles nos dice que el alma no se separa del cuerpo por que el alma es la que anima al cuerpo y por lo tanto si el cuerpo muere, el alma deja de animarlo y el hombre deja de existir, pero para Epicuro la muerte es vivir el presente y satisfacer sus necesidades esenciales de hambre y sed y nos dice que si por azar nacimos por azar morimos.

En este ensayo retomaremos diferentes perspectivas de ver a la muerte para comprenderla mejor.

LA MUERTE

Nos repugna la idea de que las personas dejen de existir, pero comprobamos a diario que esto ocurre, y que un día nos tocara a nosotros. La muerte es algo a que nos resistimos a creer cuando sucede cerca de nosotros.

¿QUE ES LA MUERTE?

“La muerte es de algún modo algo natural, pero también de algún modo algo antinatural”1

La muerte es algo brutal al menos para la mayoría de las personas. Sin embargo no debemos encerrarla en un solo concepto.

Porque por ejemplo en México no es lo mismo una muerte en un pueblo que la muerte en una ciudad.

Ya que en el pueblo cuando una persona muere generalmente sucede en su propia casa, rodeado de sus seres queridos en su entorno familiar, donde su última voluntad es satisfecha por más mínima que sea. Puesto que llega a la muerte viviendo sus creencias, sus tradiciones, sus costumbres y sus formas de ser, aló mejor morirá sin la limpieza adecuada. Pero no se puede negar la calidad de vida por el enfermo en fase terminal en estos casos humano y socialmente hablando, logra muchas veces que el moribundo supere el dolor, el temor y muchas incomodidades aunque sepa que se aproxima su momento final.

1- TOMAS DE AQUINO, Quaestiones disputa de malo, 5,5, ad 17

.- Yepes S. R; Aranguren E. J. Fundamentos de antropología, un ideal de la excelencia humana. Quinta edición. Ediciones universidad de Navarra, S.A. (EUNSA) Plaza de los sauces, 1 y2.31010 Barañain (Navarra) España. Junio 2001.

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En cambio en la ciudad es diferente ya que generalmente se hospitaliza al enfermo y se le cuida en todo lo posible para lograr que sane, pero lo más usual es que cuando comienza su proceso final, el staff hospitalario no se fije en la calidad de vida del enfermo.

En la mayoría de las ocasiones se le oculta al enfermo la verdad de su gravedad, o se le niega el derecho de satisfacer sus deseos, de continuar con sus creencias y tradiciones. Pero en cambio de la muerte en un pueblo el si morirá con la limpieza adecuada. Aunque muy probablemente con poca calidad de vida, al menos social y humanamente hablando.

Desde otra perspectiva la muerte es la mayor de todos los males, pues para los vivientes vivir es ser y morir es dejar de ser, surge como una radical vuelta a esa nada de la que de pronto aparecimos. “De todas las de gracias humanas, la muerte es la mayor de ellas”2

La muerte es un proceso biológico complejo, con implicaciones médicas y legales, mediante el cual cesa la vida por la pérdida de las funciones vitales y cerebrales, desapareciendo el fundamento de la condición del concepto legal

de persona, transformándose el ser social en un cadáver, mediante un fenómeno que no se instala de manera instantánea, sino progresiva, mediante el cual las características de vitalidad se van extinguiendo en una secuencia gradual, progresiva, continua y silenciosa, que escapa generalmente a la simple observación.

Es una expresión muy compleja, pues implica no solo hechos biológicos, sino también acompaña matices sociales, legales y religiosos, etc.

2- TOMAS DE AQUINO, comprendió de teología, Rialp, Madrd, 1980, 227, nº 477

- Yepes S. R; Aranguren E. J. Fundamentos de antropología, un ideal de la excelencia humana. Quinta edición. Ediciones universidad de Navarra, S.A. (EUNSA) Plaza de los sauces, 1 y2.31010 Barañain (Navarra) España. Junio 2001.

También podemos decir que es un misterio. Tan grande que la iglesia católica afirma que en torno al enigma de la muerte gira todo el problema del sentido total de la vida humana, por otra parte los filósofos enseñan que la principal función de la filosofía es enseñarnos a morir, porque ellos aseguran que aprender a morir es aprender a vivir.

LA MUERTE PARA PLATON

Retoma que es natural que un filosofo se encuentre alegre ante la presencia de la muerte, el nos menciona que los que realmente se destinan al conocimiento de la filosofía están preparándose a sí mismos para morir y para la muerte. “si esto es verdad y si verdaderamente se preparan para morir, sería absurdo que se turbaran cuando llegara el momento para el cual se ha preparado por largo tiempo. Los verdaderos filósofos hacen del morir su profesión”3

Prepararse en este argumento es aceptar la absoluta distinción entre alma y cuerpo ya que los dos están compuestos de diferentes substancias que no podrán mezclarse. El cuerpo no puede afectar al alma puesto que esta puede mover al cuerpo, pero nunca el cuerpo al alma. Cuando la gente confunde el alma con su cuerpo entonces se vuelve dependiente del cuerpo.

En realidad, la vida filosófica no es otra cosa que un continuo y prolongado ejercicio que permita separar al alma del cuerpo. Por eso la vida es solamente una preparación para morir. El filósofo sabe que solo muere el cuerpo puesto que pertenece al mundo físico; pero el alma, debidamente purificada, permanece para siempre.

Ya que aferrarse a nuestro cuerpo es vivir la forma más segura de desconsuelo.

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