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La sociedad del Bosque.


Enviado por   •  16 de Octubre de 2016  •  Resúmenes  •  737 Palabras (3 Páginas)  •  191 Visitas

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Recién nos habíamos movido al pueblo de Freetown, en Massachusetts, por trabajo de mi padre. Fueron largas y agobiantes horas de camino acompañando al camión de la mudanza. El pueblo no era muy grande, rodeado de un espeso y oscuro bosque, y las casas eran muy separadas entre sí.

Yo tenía la edad de 16 años, y el cambio había sido un golpe duro, ahora tendría que ver otras opciones de universidad, de amigos, de todo. Lo primero que noté es que la gente nos veía de una manera extraña mientras pasábamos en el auto. Algunos incluso podría jurar que estaban enojados con nosotros. Miré por el espejo retrovisor, buscando los ojos de mi padre. En su lugar, vi dos cuencas de las cuales brotaba sangre de un color oscuro y espeso. Comencé a gritar, al tiempo que mi padre se giraba para verme directamente y abría la mandíbula, mostrando unos dientes amarillentos y podridos. Su gemido era aterrador y alargaba su mano intentando alcanzarme.  

Desperté en medio de la oscuridad, agarrando mis sabanas con fuerza. Mi padre, con sus ojos en su lugar, entró a la habitación alarmado. No era la primera vez desde que llegamos al pueblo que tenía pesadillas. Mi madre decía que era el cambio de ambiente, puesto que todo el día era frio y con una espesa niebla, y que pronto me acostumbraría. Sobra decir que al menos por aquella noche no volví a cerrar los ojos.

Era la hora del desayuno y mi padre tenía su taza de café en la mano mientras leía el periódico.

— Mira Alan, solicitan un repartidor de periódicos.

Me tendió el periódico y miré los escasos anuncios de ocasión. No estaba remotamente interesado en trabajar, pero al menos haría feliz a mis padres pensar que intentaba adaptarme. Guardé el periódico y salí de casa. Me dirigí a la tienda y compré unos dulces, después caminé hacia el parque y veía a las personas caminar y pasear a sus perros. Sin embargo, cada que alguien pasaba a su lado, un escalofrío me recorría la espalda. Yo me preguntaba "Bueno, ¿Qué se trae toda la gente?".

Por distraerme de la gente, saqué el periódico de mi mochila y comencé a leerlo de inicio a fin. Me llamaba la curiosidad la sección de cartas al editor, donde la mayoría de los pobladores fungía de reportero ocasional y mandaba sus propias notas. Sin embargo, había una carta diferente, que, aún recuerdo bien, decía así:

Hola y buenas tardes. Me gustan mucho las publicaciones que tienen.

Ocasionalmente la comparto con mi familia, disfrutamos mucho de leerlos.

¡Y eso que a mi esposo casi no les gusta leer!

Andrea Horis

24 años

¿No les ha pasado que cuando ven o escuchan algo saben que inmediatamente no está bien? Eso me paso con esa carta. La leí de nuevo, de atrás hacia delante, y después de eso encontré el acróstico. La palabra Hoy estaba formada con las primeras letras de las oraciones. Después cambié la página y miré el anuncio de repartidor de periódicos. Me intrigaba de una manera que jamás había sentido la manera en que el mensaje estaba redactado. El pueblo no era muy grande, por lo que decidí ir a investigar. Era emocionante: tenía una misión para ese día.

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