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Literatura


Enviado por   •  23 de Agosto de 2014  •  1.923 Palabras (8 Páginas)  •  192 Visitas

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OBJETIVO Y ESTUDIO DE LA CIENCIAS SOCIALES

Ciencias sociales es una denominación genérica para las disciplinas o campos de saber que reclaman para sí mismas la condición de ciencias y que se ocupan de distintos aspectos de los grupos sociales y los seres humanos en sociedad, ocupándose tanto de sus manifestaciones materiales como las inmateriales. Otras denominaciones confluyentes o diferenciadas, según la intención del que las utiliza, son las de ciencias humanas, humanidades o letras (términos que implican distintas consideraciones epistemológicas y metodológicas). También se utilizan distintas combinaciones de esos términos, como la de ciencias humanas y sociales.

REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Se le da el nombre de Revolución Industrial a la sustitución de la mano del hombre por la máquina; ésta Revolución Maquinista se inicio en Inglaterra durante la segunda mitad del siglo XVIII, debido principalmente a que le país tenía desde hacia tiempo un gobierno estable, una poderosa flota marina y por su gran producción de lana y carbón.

En la Revolución Maquinista surgieron nuevas clases sociales, los capitalistas o manufactureros y los obreros o proletarios. Los capitalistas eran los dueños de las fábricas y minas, con dinero para pagar salarios a los obreros y comprar materias primas; los obreros fueron los trabajadores de las fábricas y minas.

Los problemas que surgieron entre los capitalistas y obreros recibieron el nombre de Cuestión Obrera o Cuestión Social. Esos problemas trataron de ser resueltos por un grupo de burgueses quienes recibieron el nombre de Socialistas, por su deseo de reformar la sociedad empezando con los obreros. Los socialistas dieron a conocer varias doctrinas como la Estatista, la Antiestatista y la Anarquista.

La Estatista buscó la reforma social por medio del Estado; la Antiestatista quiso reformar la sociedad sin la intervención del Estado y la Anarquista trato de resolver el problema social destruyendo primero el Estado. La iglesia católica dio a conocer su opinión sobre el problema obrero de ese tiempo y lo que hizo fue oponerse a las propuestas de los socialistas científicos ya que rechazaron la violencia.

A finales del Siglo XIX los socialistas se dividieron en dos grupos Utópicos y Científicos. Los Utópicos, representados por Roberto Owen, Enrique Saint-Simón y Francisco Fourier trataron de establecer una sociedad de carácter ideal a favor del obrero; los Científicos, encabezados por Carlos Marx y Federico Engels, se ajustaron a las condiciones reales de la existencia y buscaron resolver el problema obrero uniéndose mundialmente en una revolución para terminar con el capitalismo.

El socialismo científico de Carlos Marx se basaba en el materialismo histórico, en la teoría de la plusvalía, en la proletarización de las masas y en la desaparición del régimen capitalista.

Como consecuencia de la Revolución Industrial, Inglaterra encabezó la industria mundial hasta finales del siglo XIX; se industrializaron países como Bélgica, Holanda, Suiza, Francia, Alemania y Suecia; surgió en Europa una sociedad democrática-burguesa y un proletariado industrial; decayeron la artesanía y la agricultura; y se do una legislación obrera, o leyes para proteger al obrero, ya que el Estado intervino en el problema social proletario y dio a conocer la Legislación Obrera para establecer la jornada de ocho horas de trabajo, prohibió trabajar a mujeres y a niños, así como el trabajo nocturno, estableció el descanso semanal, el salario mínimo, estableció la asistencia pública gratuita por el estado, las jubilaciones, pensiones, dicto leyes de accidentes de trabajo y decretó el establecimiento de un arbitraje para resolver los problemas entre el obrero y el capitalista.

LA REVOLUCIÓN FRANCESA

La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.

Si bien la organización política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía constitucional durante 71 años después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. La revolución socavó las bases del sistema monárquico como tal, más allá de sus estertores, en la medida en que lo derrocó con un discurso capaz de volverlo ilegítimo.

En la Revolución francesa podemos distinguir cuatro etapas:

1ª ETAPA: La Asamblea Constituyente (1789-1791). Formada por decisión de los miembros de la burguesía en el seno de la Asamblea de los Estados Generales convocados por el Rey; abolió los privilegios, sometió al clero al poder civil y secularizó sus bienes, ordenó la redacción de la "Declaración de los derechos del hombre", y estableció el imperio de la Constitución de 1791.

El rey se vio obligado a ceder ante la continua oposición a los decretos reales y la predisposición al amotinamiento del propio Ejército real. El 27 de junio ordenó a la nobleza y al clero que se unieran a la autoproclamada Asamblea Nacional Constituyente. Luis XVI cedió a las presiones de la reina María Antonieta y del conde de Artois (futuro rey de Francia con el nombre de Carlos X) y dio instrucciones para que varios regimientos extranjeros leales se concentraran en París y Versalles. Al mismo tiempo, Necker fue nuevamente destituido.

La Asamblea Nacional Constituyente comenzó su actividad movida por los desórdenes y disturbios que estaban produciéndose en las provincias (el periodo del "Gran Miedo"). El clero y la nobleza hubieron de renunciar a sus privilegios en la sesión celebrada durante la noche del 4 de agosto de 1789; la Asamblea aprobó una legislación por la que quedaba abolido el régimen feudal y señorial y se suprimía el diezmo, aunque se otorgaban compensaciones

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