Literatura
EdaMaldonado6 de Diciembre de 2014
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LITERATURA HONDUREÑA
La Corona Española, entre 1492 y 1898, impuso a lo largo y ancho del territorio llamado "Nuevo Mundo" un proceso histórico que comprendió la exploración, la conquista y la colonia.
Durante este período se produjo un choque que dividió la religión, la economía, la historia; que destruyó la vida de las sociedades inca y azteca, y que, además, tra¬tó de destruir el recuerdo y los vestigios de culturas tan grandiosas como la de los mayas. La
Literatura Iberoamericana comienza con el "Diario de Colón" (1451-1506) y luego se amplía grandemente con las crónicas de la Conquista y la Colonización, entre las que sobresalen la crónica de Bernal Díaz del Castillo (1492-1581), cuyo título es Verdadera historia de los sucesos de la conquista de Nueva España obra considerada, literariamente hablando, de resonancia universal.
La etapa colonial de la provincia de Honduras comienza con el establecimiento de la Audiencia de los Confines (que es trasladada a Guatemala en 1550), y termina con los primeros movimientos pre independentistas.
La actividad cultural en la Honduras colonial es mínima por no decir que no existe. Rafael Heliodoro Valle dice en su Historia Intelectual de Honduras que "la provincia hondureña era una de las más atrasa das, si no la más, en todo el cuadro histórico de la Capitanía General de Guatemala". Vemos, pues que la creación literaria no era realizable. No era que no existieran valores intelectuales, pero no habían estudie: superiores, no había universidad en donde pudieran cultivarse el pensamiento, el buen gusto, las artes y las letras; de aquí que muchos se deciden por el éxodo y el exilio voluntario, a medida que se llega al siglo XV.
España, en decadencia como imperio, recibe y se deja influenciar, cada vez más, por la Francia libertar a Es el siglo de la Ilustración, del luminismo, de la Enciclopedia. Se proclaman los tres derechos del hombre libertad, igualdad y fraternidad, y las ideas de Rousseau, Montesquieu y Voltaire penetran el pensamiento americano, no al mismo tiempo, sino con retraso.
Estas ideas constituyen en la literatura y en el arte el Neoclasicismo, que se caracteriza por el predominio de la razón, el rigor doctrinario y científico; lo que será propio del proceso cultural en Honduras hasta muy entrado el siglo XX.
Es en este contexto que se ubica el más grande pensador del istmo, José Cecilio del Valle, quien na en 1777. Valle es el más sólido neoclásico de todo el ámbito regional, escribió ensayos políticos, incursionó en el periodismo y fue un escritor epistolar. Su producción ha sido estudiada más desde una perspectiva Histórica y sociológica y no desde un punto de vista estético- literario; además por haber residido casi toda su vida fuera de Honduras no se le ha incluido en los estudios especializados que se han realizado sol la literatura nacional. (Recientemente, julio del 2008, Matías Funes Valladares, filósofo, político y escritor publicó el libro Valle, su tiempo y el nuestro, en el que analiza el pensamiento de Valle en tres vertientes: la filosófica, la económica y la política). Con su obra literaria se inicia el período de la independencia y preparará el camino por el que transitarán las primeras manifestaciones literarias en el siglo XIX.
Este período independentista que va de 1821 a 1876 es uno de los más conflictivos en la Historia Honduras, Francisco Morazán lucha por afianzar la Federación Centroamericana (1827 - 1842). Se suceden los gobernantes de 1841 a 1862: Ferrera, Chávez, Lindo, Cabañas y José Santos Guardiola; las guerras civiles; el intervencionismo inglés y norteamericano. Todo esto hace muy difícil la producción literaria artística, sin embargo, se debe destacar la labor cultural de José Trinidad Reyes, sacerdote con grandes conocimientos de los clásicos antiguos y de la literatura francesa y española. Era un versificador hábil y en composiciones predominaba el carácter jocoso. Se dedicó mucho a escribir teatro, sus pastorelas con ten como el nacimiento de Jesucristo, la adoración de la Virgen María, con personajes, muy hondureños, en que defiende la vida del campo en contra de la vida urbana. Son sus: Nohemí, Micol, Neftalia, Zelfa, Rubenia, Elisa, Albano, Olimpia y Flora.
A José Trinidad Reyes se le considera como el primer poeta nacional y se le ubica dentro de la corriente neoclásica.
En 1876 surge el gobierno de Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa, época que se denomina de la Reforma liberal. Soto y Rosa no eran políticos, sino intelectuales de mérito. Soto tiene escritos de carácter histórico y económico, y además reseñas literarias sobre diversos temas y lo más importante, creó "Cabañitas", uno de los primeros costumbristas en el país. Rosa fue orador, primordialmente, escribió ensayos e h entre otras, las biografías del Padre Reyes, Valle y Morazán. Uno de sus escritos de carácter narrativo más destacados es Mi maestra escolástica en donde refleja sus ideas positivistas.
Honduras hasta 1876 vivió aislada del exterior y en permanente y sangrienta anarquía. Con la llegada de Marco Aurelio Soto a la Presidencia, con la bandera de la Reforma Liberal, nace un movimiento de gran fuerza cuyo inspirador fue el “Ministro universal” del Presidente Soto, Ramón Rosa.
En este ambiente llega a Honduras el romanticismo, cuando hacía un cuarto de siglo había desaparee en Europa y surge la primera etapa de una generación romántica que se prolonga hasta la primera década del siglo XX.
Estos poetas nacen entre 1850 y 1870, su maestro inmediato es el poeta cubano José Joaquín Palma, entonces exiliado en Tegucigalpa y sus grandes inspiradores son los románticos españoles Gustavo Adolfo Bécquer, José Zorilla y, sobre todo, José de Espronceda.
El género preferido por los románticos hondureños fue la poesía. De los poetas de esta época los más relevantes son Antonio Domínguez.
Manuel Molina Vijil (1853-1883) es el primer romántico hondureño. Hizo cantos a la libertad, a las obras del nuevo régimen y a sus próceres; pero es ante todo el poeta romántico que le canta al amor, a la ausencia, al desencanto, a la muerte. Se suicida de un pistoletazo antes de cumplir los 30 años.
José Antonio Domínguez (1869-1903) es también un poeta romántico y también suicida, fue un hom¬bre huraño y melancólico, lleno del patriotismo belicoso de las guerras civiles y vencido por un gran des¬engaño amoroso juvenil. Este fracaso de su vida sentimental lo cantó en su soneto Amorosa.
De este romanticismo temprano pasa al modernismo en sus últimos años, abandona su vena erótica para expresar su hastío en el poema nihilista y panteísta Himno a la materia.
Otros poetas de esta época son: Carlos F. Gutiérrez (1861-1899), autor de la primera novela hondureña; Juan María Cuellar, Miguel Ángel Fortín, Carlos Alberto Uclés.
También en estos años surge la personalidad de Doña Lucila Gomero de Medina, la gran dama de las letras hondureñas, que en 1903 publicó su novela Blanca Olmedo, evidentemente romántica, en la que se refleja la influencia de María del colombiano Jorge Isaacs.
El modernismo en Hispanoamérica tiene su auge entre 1898 y 1918, aparece principalmente en la poe¬sía y el creador o representante de este movimiento literario es Rubén Darío en Nicaragua, quien con su influencia decisiva dirige a toda Centroamérica por la senda del Modernismo.
Por primera vez aparecen las naciones, la raza o la comunidad hispánica como entes independientes y surge una afirmación antiimperialista y, más concretamente, antinorteamericana.
Para expresar los nuevos temas se busca una nueva forma y vienen las innovaciones estilísticas y mé¬tricas, se hacen sonetos en decasílabos y alejandrinos; la literatura se llena de símbolos y de metáforas: el cisne, el pavo real, la flor de lis. En Honduras no todos los escritores de este período (1898-1918) pueden colocarse como modernistas, pues en muchos de ellos predomina el romanticismo, apuntando apenas al modernismo y otros que muy pronto superan el modernismo.
EI padre y representante más destacado del modernismo hondureño es Juan Ramón Molina (1875 - 1908), un poeta de primera categoría que cultivó la prosa en la que logró bellas y armoniosas realizaciones como sus realizaciones como sus cuentos El Chele y Mr. Black. Entre sus poesías que están dentro del modernismo más puro mencionaremos Pesca de sirenas, Águilas y cóndores, Río grande y la Salutación a los poetas brasileros.
Luis Andrés Zúniga (1878 -1964) es otro poeta íntegramente modernista; es autor de verso y de prosa incursionó también en el género teatral y en el fabulístico. Escribió Los Conspiradores, que, con excepción de las pastorelas del Padre Reyes, constituye la primera pieza teatral escrita en Honduras, estrenada en 1916 al inaugurarse el Teatro Nacional. Es fabulista, el único en Honduras; pero es en su obra poética donde produce sus mejores realizaciones, entre ellas se destaca el poema Águilas Conquistadoras en donde exalta la unidad hispanoamericana frente a la política de Teodoro Roosevelt.
Froylan Turcios (1875 -1943), su huella en las letras hondureñas ha sido más profunda pues supo crear entre sus contemporáneos la inquietud por los problemas intelectuales y fundó algunas de las revistas li¬terarias del continente americano: "El Pensamiento", "La Revista Nueva" y sobre todo, "Ariel" (1926) en la que comenzaron a escribir los mejores escritores de la generación literaria que le sucedió y que se llamó la generación de 1926. Turcios fue un autor polifacético
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