Los Asesinatos De La Calle Morgue

LOS ASESINATOS DE LA CALLE MORGUE

Durante la instancia del autor en París, conoce Poe a Auguste Dupin, hombre ilustre de familia, que ha quedado reducido a la pobreza. Luego de un primer encuentro ocurrido en la biblioteca, siguen viendose seguido, pues una profunda admiración de Poe hacia la imaginación de su amigo les lleva a vivir juntos durante la permanencia de los dos en París. Dupin gusta de salir por las noches, con lo que prefieren encerrarse durante el dia y esperar el momento oportuno de pasear por las calles nocturnas. En ese lapso Poe descubre un fuerte talento analítico en Dupin quien parece deleitarse ejercitándolo.

Una noche mientras andaban por una calle, ambos silenciosos llevan algunos minutos concentrados en sus propios pensamientos y descubre Poe que Dupin logra coincidir con sus propias meditaciones , acertando a deducir sus pensamientos. Tiempo después de esta anécdota se enteran de la noticia de unos Extraños asesinatos de dos mujeres en un cuarto piso de una casa en la calle Morgue a las 3 de la madrugada. Los cadáveres fueron hallados mutilados con escoriaciones y hasta entonces la policía parecía no tener indicios para aclarar el misterio. Al día siguiente el periódico agregaba testimonios de testigos que observaron lo acontecido; varios de ellos pertenecientes a diferentes naciones. Estos alegaron distinguir 2 voces, una grave la cual identifican como perteneciente a un francés y otra aguda y áspera que ninguno logra reconocer su origen.

Al conocer toda esta información Dupin se interesa en el caso y acuden a investigar por su propia cuenta aprovechando los favores de un prefecto amigo, quién les permite ver el lugar de los hechos personalmente. Es allí donde Dupin relaciona una serie de hechos como la localización de la casa, las posibles formas de salir de allí sin ser visto, la mutilación de los cadáveres y los posibles motivos que podrían llevar a la realización de tan feroz crimen. Basado en todo y porque posee un excelente domino de las artes concluye, que el asesino es un orangután y por medio de una trampa planea como atrapar a su dueño.

Una vez acorralado el francés culpable, este confiesa haber capturado junto con un amigo a un orangután, en una reciente visita al archipielago, pero al morir su amigo y dejarlo como único propietario se ve en la necesidad de encerrar al animal en su casa. El orangután aprende a imitarlo cuando se afeita, y en una oportunidad se apropia de la navaja que sirve para tal propósito. El propietario aterrorizado intenta manejarlo con el látigo pero el animal se enoja y huye por una ventana abierta. El francés persigue al orangután hasta la calle Morgue donde es atraído por la luz de la ventana de la casa de las víctimas. Trepa con agilidad, se agarra y entra hacia la cabecera de la cama. No obstante cuando el marinero logra llegar hasta la ventana ve el

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