Mi perspectiva.

Mi perspectiva.

En un principio, cuando me pidieron escribir este ensayo, no entendía como relacionar mi vida con lo que el autor del libro quería decir, mucho menos con las notas definitorias, hasta que finalmente le pedí un consejo a mi mama, y ella me dijo…”Yo sé que lo entenderás, lee bien”. Entonces comprendí que no debo forzar lo que quiero decir.

Una de las maneras más sencillas que encontré para relacionar todo, fue ir nota por nota, con una respectiva cita y mi experiencia, para luego relacionarlas en un pequeño párrafo.

La primera nota que define a la persona es la intimidad, que indica un dentro que sólo ella conoce. Mis pensamientos no los conoce nadie hasta que los comunico. “Tener interioridad, un mundo interior abierto para mí y oculto para los demás, es intimidad: esto es, una apertura hacia dentro”. La intimidad es el grado máximo de inmanencia porque no se trata sólo de un lugar donde las cosas quedan guardadas para uno mismo sin que nadie las vea, sino de un dentro que crece y del que brotan realidades inéditas que no estaban antes: son las cosas que se nos ocurren, los planes que ponemos en práctica, nuestras invenciones, etc. Como la intimidad tiene capacidad creativa, la persona es una intimidad de la que brotan novedades: es capaz de crecer. Ahora bien: aunque las novedades brotan de dentro, tienden a salir fuera; como sería el caso de quien escribiese una novela.

“No cabe duda que las personas sensibles acostumbradas a una vida intelectual rica sufrieron muchísimo (su constitución era a menudo endeble), pero el daño causado a su ser íntimo fue menor: eran capaces de aislarse del terrible entorno retrotrayéndose a una vida de riqueza interior y libertad espiritual.” 1

Cuando era menor, yo sufrí el denominado “bullying” tanto físico, como psicológico, viví muchas cosas, más los problemas en mi hogar, era una época de crisis, yo llegaba del colegio llorando, y mi mama no entendía, pero con todo los problemas que ya tenía, yo no podía ser una carga más, decidí que no molestaría a mi mama con cosas mínimas, y me aguante, hasta que el bullying ya sobre paso mi limite, ahí fue cuando empezaron las agresiones físicas hacia mí. Agresiones que podían constar de un golpe, un chicle en el cabello, una mochila quemada, cuadernos rotos e incluso fotos mías rayadas y quemadas, en ese entonces, yo era una niña calmada, callada, extremadamente tímida, y nunca tuve cosas materiales que se pudieran envidiar, como ya había comentado, mi familia estaba en crisis, tanto “familiar” como económica. Todo esto llego a tal punto en que yo avisaba algo a los profesores, y ellos no hacían nada, y yo caí en depresión, si antes hablaba poco, ahora ya ni siquiera una palabra salía por mis labios, me distancie de todo, y me encerré en mi mundo interno, escapando de todo

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