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Mitos Y Leyends


Enviado por   •  21 de Febrero de 2013  •  4.931 Palabras (20 Páginas)  •  358 Visitas

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ALUMNO: CARLOS FRANCISCO FABIAN CAMPOS

MAESTRA: ANDREA JIMENEZ GAYTAN

GRADO: ‘’1’’

CALIFICACION:

INTRODUCCIÓN

ESTE ES UN LIBRO DE MITOS Y LEYENDAS

PUES LAS LEYENDAS SON ALGUNAS CIERTAS

Y ALGUNAS NO SON CIERTAS PERO CADA

LEYENDA ES UN MISTERIO ¿POR QUÉ? CUANDO

LLEGAS A LA MEJOR PARTE SE TERMINA

POR ESO ES UN MISTERIO LOS MITOS SON

INTERESANTES PUES ESPERO QUE

DISFRUTEN DE MIS LEYENDAS Y MITOS

DEDICATORIA

PARA : ANA SILVIA FABIÁN CAMPOS

¿POR QUÉ? ME AYUDA CON MIS TAREAS

Leyendas

La huida de Quetzalcóatl…………………………………….1

El diluvio…………………………………………………………2

La conquista del fuego……………………………………….3

La primavera………………………………………………….....4

Leyenda de dédalo e Ícaro……………………………………5

Los hijos del sol……………………………………………..6

El conejo de la luna…………………………………………….7

MITOS

La dama de negro………………………………………8

El cementerio……………………………………………9

La enfermera sin cabeza………………………………10

La serpiente gigante…………………………………..11

El hombre y la bruja…………………………………..12

La tejedora………………………………………………13

Mito del duende……………………………………….14

Huída de Quetzalcóatl

Hace ya cerca de medio siglo que un joven historiador escribió una obra de teatro en tres actos a la que llamó La huida de Quetzalcóatl. La ofreció para ser publicada y, pese a que llevaba una presentación de don Ángel María Garibay, le fue rechazada. Debió pasar el tiempo, ese tiempo de que trata la obra, para que personas con mayor empeño y visión animaran al doctor Miguel León-Portilla, aquel joven historiador hoy convertido en un historiador consagrado, a publicarla. El Fondo de Cultura Económica no dejó pasar la oportunidad y, con gran tino, nos da la versión original de aquel intento. Ahora tenemos el intento hecho realidad.

Tanto arqueólogos como historiadores jugamos con el tiempo. Ese es nuestro quehacer y a él nos entregamos. Buscamos el tiempo ido y a veces lo encontramos. En otras ocasiones se nos escurre entre las manos. Miguel León-Portilla ha sabido encontrarlo y aun detenerlo. Prueba de ello es esta obra que está tomada de los viejos relatos nahuas a la que ha subtitulado Prólogo y monólogo del tiempo. Bien captó Ángel María Garibay el contenido y la intención de nuestro autor al decir, con buena pluma, las siguientes palabras:

La forma exterior está en armonía. Frases rítmicas, con un verso interior. En una lengua hoy ya ecuménica, el castellano, se torna presente la figura del hombre que huye de sí mismo, del hombre que huye de sus obras, del hombre que huye del tiempo, que huye del lugar, que huye, que huye... que sabe de dónde, pero que no sabe a dónde, a pesar de que finge un mundo, el que más tarde fingió el poema primitivo para explicar su ausencia. El hombre, calcinado por su propia angustia, la angustia de sus barreras interiores, deja la hoguera para volverse estrella.

Este es el tema que hoy nos brinda Miguel León-Portilla. Basado en el mito de la huida del hombre-dios Quetzalcóatl, nos hace vivir los momentos en que el Señor de Tula goza y vive sus obras que pretende trasciendan el tiempo. Así dice Quetzalcóatl: "Repito que mi imagen/ es Tula y la Toltecáyotl./ ¡Obra muy grande,/ incrustación de esmeraldas!/ Creación que nunca se acaba,/ un porvenir como un horizonte/ que se abre y crece y crece sin fin./ Esta es la manifestación de mí mismo./ ¡Esta es mi imagen!

Ante la soberbia del hombre y dios, los tlacatecólotl –hombres búhos y hechiceros– le reconvienen. La insistencia de Quetzalcóatl obliga a uno de ellos, de nombre Quetzal, a reducirlo al tiempo. Dice así el diálogo:

El diluvio

Entonces Jehovah dijo a Noé: “Entra en el arca tú, y toda tu familia, porque he visto que tú eres justo delante de mí en esta generación.

De todo animal limpio toma contigo siete parejas, el macho y su hembra; pero de los animales que no son limpios sólo una pareja, el macho y su hembra.

De las aves del cielo toma también siete parejas, macho y hembra, para preservar la especie sobre la faz de la tierra.

Porque después de siete días yo haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y arrasaré de la faz de la tierra todo ser viviente que he hecho.”

Y Noé hizo conforme a todo lo que Jehovah le mandó.

Noé tenía 600 años cuando vino el diluvio de aguas sobre la tierra.

Noé entró en el arca, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio.

De los animales limpios y de los animales no limpios, de las aves y de todo lo que se desplaza sobre la tierra,

De dos en dos entraron en el arca con Noé, macho y hembra, como Dios había mandado a Noé.

Y sucedió que a los siete días vinieron sobre la tierra las

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