Niño con el pijama de rayas

EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS

Bruno y Shmuel hablan para encontrarse en la cerca del campo de concentración. Shmuel le contó a Bruno que él se dio cuenta, que cada grupo de personas que entraban a las chimeneas eran quemadas con gases, ya que en el grupo de la noche anterior, su padre estaba allí, y este no había vuelto.

Shmuel tenía mucho susto ya que su padre había muerto, había quedado sólo y no quería ser el siguiente; Bruno asustado empezó a ingeniarse un plan para salvar a su amigo.

Él recordó el mensaje que le había dado su profesor la tarde anterior: “El día que encuentres el primer judío bueno, serás el mejor explorador del mundo”.

Bruno, le dijo a su amigo Shmuel que se encontraran en dos horas, él llevaría una pala y Shmuel iría con él a vivir a su casa.

Bruno regresó a su casa, alistó la pala, preparo un sándwich grande con lo que más pudo encontrar en la nevera para él y Shmuel y salió para el campo de concentración donde su amigo lo esperaría.

Salió de su casa por la ventana de su pieza la cual se encontraba en el último piso, se deslizo por las tejas viejas del techo y ato sus camisas una por una hasta armar una cuerda larga que colgaba hasta el piso, atravesó los árboles, después cruzó una quebrada larga llena de lagartijas hasta llegar a la cerca.

Shmuel lo esperaba allí como habían quedado, nervioso pero feliz de salir de este lugar tan aterrador donde lo habían encerrado.

Bruno con su pala hizo un hueco, hasta que por fin salió Shmuel de allí, abrazándolo lleno de felicidad por lograr la promesa que le había hecho su primer amigo alemán.

Camino a casa de Bruno, llenos de felicidad pero a la vez de susto, Shmuel iba comiéndose el sándwich que le preparo Bruno, ya que había pasado muchos días sin comer nada.

Al llegar a casa Bruno le dijo a Shmuel que lo esperara en el patio de atrás escondido mientras que él iba hablar con su madre a contarle todo lo ocurrido hasta el momento. Él sabía que sería difícil que ella lo aceptara pero ella no estaba de acuerdo con el trabajo que realizaba su esposo.

Bruno entró donde su madre y le contó toda la verdad, ella lo regaño muy fuerte por haber hecho todo eso y más aún haber sacado a Shmuel de aquel lugar; pero al Bruno llevar a su madre atrás donde se encontraba el pequeño judío y verlo, comenzó a llorar y de inmediato los abrazo.

Shmuel entró a casa, escondido junto con Bruno y su madre, subieron las escalas y entraron los tres juntos a la oficina del comandante.

Su padre al ver al pequeño judío, gritó, se levantó y le pego a Bruno, pero su madre intervino e hizo que se calmara y se sentaran hablar.

Hubo un silencio

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