Nosotros vivimos dentro de una burbuja.

Nosotros vivimos dentro de una burbuja. Dentro de esa burbuja se encuentra nuestra familia, amigos, escuela, compañeros y nuestra sociedad. Estamos tan concentrados en saber lo que pasa dentro de ella, que no nos damos cuenta de lo que pasa fuera. La realidad es que no nos interesa. Como no nos afecta directamente, no le prestamos suficiente atención. Tal vez, algunos de nosotros estamos conscientes de lo que pasa en el mundo, pero no hacemos nada al respecto, solo sentimos lástima.

Muchas veces no agradecemos o aprovechamos las cosas materiales, los privilegios que tenemos o las múltiples e irrepetibles oportunidades que se nos presentan debido a nuestros privilegios. Se nos hace muy fácil pedir y exigir, sin tomar en cuenta el gran esfuerzo que hacen todos los días nuestros padres poder darnos tales privilegios. Fuera de nuestra burbuja hay personas que están en peores condiciones que las nuestras, y a diferencia de nosotros, ellos no ven la necesidad de tener cierta cosa material para ser feliz. Por desgracia, nos dejamos llevar mucho por la marcas, las apariencias y nos preocupamos más por lo que la gente que no rodea piensa de nosotros, que por ayudar aquellos que en verdad lo necesitan. Es muy frecuente o común que pensemos ¿Está bien lo que llevo puesto? ¿Me veré bien y acaso combina mi atuendo? ¿Qué pensarán los demás de mí?

Muchas veces no nos damos cuenta, y mucho menos apreciamos, lo que tenemos. No valoramos las cosas y situación en la que nos encontramos y no nos damos cuenta de lo afortunados que somos. Hay muchas personas que no tienen la misma fortuna que nosotros, nuestras vidas son como un sueño para ellos. Pero como no están dentro de la burbuja en la que vivimos, no nos damos cuenta y mucho menos nos interesa. Por lo tanto, seguimos viviendo nuestras vidas como normalmente las vivimos con pocas preocupaciones que realmente valen la pena. Por ejemplo, si se nos rompió el celular decimos “Ay, no pasa nada, ya estaba viejito. Al fin y al cabo, luego me dan otro” o “Luego me arreglan, no pasa nada”. Mientras fuera de nuestra burbuja hay personas quienes de verdad sufren y batallan día con día preocupándose de donde vendrá su próxima comida, si es que habrá una.

Mahatma Gandhi una vez dijo “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Si queremos ver y crear nosotros mismos el cambio que deseamos, en primero y más importante es que debemos cambiarnos a nosotros mismos. Un cambio empieza con una sola persona que eventualmente creará un efecto domino. Una sola persona puede llegar a marcar una gran diferencia en este mundo. Quizá crean que no es posible, quizá se rindan antes de lograrlo, pero quizá es exactamente el cambio que necesitamos. Después de todo, el mundo es un lugar grande, vasto, ¿cómo es posible que una sola persona, de las millones y millones que hay, pueda lograr hacer un cambio? Pero en realidad es muy sencillo. Una persona con su forma de ser, sus cualidades, su personalidad y sus características puede causar un impacto en las demás personas. Sin embargo, esta persona necesita poseer cualidades que lleguen a influenciar positivamente en los demás. Tiene que ser responsable, caritativa, bondadosa, con iniciativa y liderazgo, entre otras cualidades. Esta persona debe de valorar y aprovechar lo que tiene, entender que no puede tener todo y que no es necesario tenerlo. Una vez que esta persona sea considerada una “buena ejemplo a seguir”, sus acciones, basadas en su personalidad e ideas, lograrán causar el impacto deseado en las demás personas. Si una persona crea un impacto en alguien más y logra cambiar su vida para bien, entonces, esa persona va a cambiar su forma de ser y actuar de manera en que podrá crear un impacto positivo en el mundo. Ahora era persona podrá crear ese mismo impacto en alguna otra persona. Como consecuencia, se va a crear una cadena, están personas cambiadas causarán

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