Novecentismo y vanguardias

NOVECENTISMO

El periodo de entreguerras (1918-1939) se caracterizó por la crisis económica de después de la guerra, agravado en 1929, que llevó al triunfo de los totalitarismos. En España se producen una crisis monárquica que da lugar a la dictadura de Primo de Rivera y a la Segunda República.

El Novecentismo, o Generación del 14, está formado por un grupo de escritores que muestran, minoritaria e intelectualmente, una preocupación por el problema de la regeneración española.

Persiguen la pulcritud y la depuración expresiva. Sus rasgos generacionales son: su vinculación a la Institución Libre de Enseñanza, su espíritu reformador, una sólida formación universitaria pero diversa (Ortega y Gasset en filosofía, Ramón y Cajal en Medicina, Menéndez Pidal en lingüística), un espíritu científico riguroso y racional al margen de los sentimientos, un optimismo en el porvenir de España, una vocación europeísta y un talento liberal y elitista.

El ensayista más importante fue Ortega y Gasset, quien fue el líder espiritual y tuvo mucha influencia en la Generación del 14.

También impulsó proyectos como la Revista de Occidente e influyó en la Generación del 27. En la deshumanización del arte propone que el arte nuevo debe ser elitista (reservado para una minoría culta), depurado (el arte es una realidad autosuficiente y deshumanizado), antirrealista (se huye de la realidad y se crea una nueva con metáforas) e intrascendente (se tratan temas estéticos y no serios).

En España invertebrada expone que España padece el mal del particularismo regional y social. En la rebelión de las masas argumenta que el hombre egrerio, que aspira a la perfección, ha sido sustituido por el hombre, masa incapaz de dirigir la sociedad.

En la poesía novecentista destaca la segunda etapa de Juan Ramón Jiménez o la intelectual, en la cual depura el lenguaje que culmina en la poesía pura o desnuda (eternidades, Diario de un poeta recién casado). En su tercera etapa, en el exilio, alcanza la máxima depuración.

En la novela destacan Gabriel Miró (Las cerezas del cementerio) y Pérez Ayala (Belarmino y Apolonio), que suponen una continuación del Modernismo y depuran la expresión literaria.

VANGUARDIAS

Las vanguardias son movimientos que se extienden por todo el mundo occidental en el primer tercio del siglo XX. Se basan en la renovación y en la ruptura con las normas anteriores.

Entre ellas está el futurismo (Marinetti en 1909), que renueva el concepto de la belleza y exalta la concepción dinámica de la vida (coraje, energía y audacia) a la vez mostrando una veneración por los avances tecnológicas.

El cubismo (Picasso en 1906) propone que el arte es una entidad autónoma separándose de los sentimientos, la realidad y el tiempo. En literatura aparece como caligramas.

El dadaísmo (Tzara en 1916) adopta una actitud subversiva utilizando lenguaje absurdo, irracional, sin sentido.

El ultraísmo (Cansino-Assens y Guillermo de la Torre en 1918 y 1922) es una vanguardia hispánica con aspectos futuristas como eliminar lo sentimental y exaltar lo visual a través de imágenes y metáforas sorprendentes.

El irracionalismo (Huidobro en 1914) propone que el autor no refleje la naturaleza, sino que la crea mediante imágenes o palabras sin sentido.

El surrealismo (André Bretón en 1924) apuesta por la creación y el sentido último de la realidad, y siguiendo a Freud, reivindican la “escritura automática” a partir del subconsciente o del sueño.

Ramón Gómez de la Serna propone el nuevo espíritu de la vanguardia rechazando el subjetivismo y renunciando a la reproducción a la realidad, basándose en la incoherencia y la fragmentación. Fue el impulsor de las vanguardias en España a través de su revista Prometeo (11908-1912). También es el creador de la greguería, género de máxima condensación expresiva que consiste en mezclar la metáfora y el humor. En la greguería se basa su novela vanguardista.

...