Vanguardia

Cuando hablamos de arte moderno nos referimos a la producción artística que empieza a finales del siglo XIX hasta aproximadamente la década de los 60, este no sería tal sin la implantación de las expresiones denominadas “vanguardias” palabra que sin menor coincidencia radica del Avant-Garde, término utilizado en la guerra que hace referencia a la parte de una fuerza armada que va delante del cuerpo principal (primeras líneas de la formación del combate) movimiento artístico que busca gran innovación, posee un crítica social, rechaza la idea de mimesis, entre otros argumentos los cuales para muchos críticos no es más que el discurso. Subirats, quien es el autor de la “crisis de las vanguardias” nos plantea el tema de las vanguardias pero también una problemática de estas y de la modernidad, ya que este sostenía que los principios y objetivos del movimiento moderno han perdido la energía creadora y crítica y su manera de diseñar de forma reflexiva y consciente, el futuro, sobre todo si nos ponemos bajo el contexto planteado anteriormente. El artista vanguardista ya no hablaría de qué era lo que iba a plasmar en su obra, a quién iban a retratar en su pintura, qué tema social iba a tratar, si no que se preguntaba: cómo podría jugar con el lenguaje, qué objeto podría ocupar, qué es lo que iba a hacer y cómo iba a disponer ese objeto. Interrogantes como éstas, son las que seguramente se hizo Marcel Duchamp. La obra de vanguardia, muchas veces se desvinculaba del contexto social en que se estaba inserto, se modificaba la función del arte y ésta, ya no sería vista como un mero elemento decorativo.

En chile en el segundo período del siglo XX se caracterizó por la necesidad de establecer una vanguardia local, relacionada con las ideas revolucionarias en el ámbito artístico e ideológico, que tras la revolución rusa se expandían por todo el continente europeo. Los artistas chilenos, pertenecientes a una elite intelectual, política y económica, estuvieron interesados en las ideas revolucionarias, modernas y liberales: esta nueva forma de ver el mundo hizo que el trabajo plástico se asumiera de un modo diferente. Entre las décadas del ’20 y ’40 se produce una afinidad entre artistas e intelectuales. La necesidad que tenían algunos artistas de conocer los distintos movimientos motivados por la enseñanza y los viajes a Europa de Juan Francisco Gonzales, llevo a que otros artistas emprendieran este viaje, artistas como Camilo Mori, Luis Vargas Rosas, Henriette Petit entre otros, personas que pudieron visitar, desde España hasta París.

Este contacto directo con la pintura que se estaba llevando a cabo en Europa, tuvo mucha repercusión en los artistas que fueron allá para aprender, esto se pudo ver reflejado posteriormente en los trabajos de los artistas quienes se apropiaron de estos nuevos códigos. En Octubre de 1923 se realiza un exposición en la sala Rivas y Calvo donde surge de manera tal el nombre del grupo Montparnasse, este grupo fue integrado por Julio y Manuel Ortiz de Zarate, Luis Vargas Rosas, Henriette Petit y Jose Peroti.

Esta exposición y la mayoría de las obras que se expusieron fueron objeto de críticas ya que se estaba mostrando un arte totalmente diferente al de la academia. “La ruptura que ellos originaron era doble: una, al interior de la pintura, pues instalaron una nueva preferencia, la vanguardia; otra, al interior del sistema académico, pues emergía un grupo autónomo, no oficial, que era autosuficiente en todos los planos.

Las obras del Grupo Montparnasse no eran producto de las enseñanzas de la Escuela de Bellas Artes; su difusión no pasaba por los mecanismos de control oficial de los Consejos -selección, jurado, premios-; la crítica no provenía de persona ni aparatos vinculados a las preferencias académicas.

A pesar de que el grupo fue objeto de críticas, si existieron personas interesadas en la renovación de este arte, de esta necesidad que existía, de formas libres, y de un arte vigoroso.

Considerando todo estos aspectos, vemos que es importante la llegada del arte de vanguardia a chile ya que con él se empieza a conocer un nuevo arte, un arte que vas más ligado al conocimiento propio y a la libertad del espíritu, cosa que no existía en ese tiempo en chile. Todo artista que implanta algo nuevo se ve obligado a recibir críticas y malos comentarios, al hecho de transgredir la cultura tradicional, por eso creo que es el momento más importante para la pintura en chile, ya que estos artistas de alguna manera se atrevieron,

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