Poema Familia elegida

Familia elegida

Creer en el cariño de alguien, intentar ayudarlo cada vez que te pedía consejo, intentar no dañar sus sentimientos o callar algo que creías que perturbaría sus pensamientos. Creer, inocente, que era realmente amistad, que a pesar de ser tan diferentes seguiríamos siendo amigos, aunque el tiempo pasara o la niebla nublase el camino del otro y nos alejara por un instante.

Y sin más, despertar de esa falsa realidad de esa maldita mentira y que te duela sin quererlo, desear sentir rabia hacia esa persona por mantener ese engaño tanto tiempo, y no poder sentir más que pena y dolor. Años plagados de momentos, momentos que hoy recuerdo y duelen, mas no duele el recuerdo, duele la duda de saber si eran ciertos.

Tan sólo espero que todo esto no sea más que una simple etapa, uno de esos instantes de neblinas, un mal trago, un espejismo, o una travesura del destino. Porque, al final, aún sigo queriendo a ese al que llamaba "amigo". Aunque en ocasione lo que uno dice que es amigo no lo reconoce una amistad sincera pero lo amigos son una familia escogida

Amigos verdaderos, esos a los que miras y sin mencionar palabra alguna llegas al fondo de sus pensamientos, de sus sentimientos...

Muchos no creen en la verdadera amistad, más yo sé que existe, pues solo mirando a los ojos de aquellos que, sin saberlo, llegaron a mi corazón y yo al suyo, aquellos que sonríen fingiendo que están bien para no preocuparme, mientras que en sus ojos veo que sufren por dentro, encontré a esos hermanos que escogió mi corazón.

Personas que aún sin compartir sangre o apellido, han sido testigos de mis sueños, de mis secretos, de mis caídas, de mis lágrimas y mis sonrisas...

Es extraño este sentimiento, pues cada abrazo, cada palabra de aliento, cada lágrima que se escapa sin quererlo, te traslada a algún recuerdo y te das cuenta de que, de un modo u otro, ellos han estado en cada momento.

Amigos, no, hermanos más allá de la distancia o del tiempo. ¿Por qué? Porque la amistad no es más que la conexión entre dos personas, una confianza infinita, una lealtad incondicional...

La amistad es ser criticado y admirado, es ser abofeteado y protegido por la misma persona, es ofrecer tu vida y formar parte de otra, es querer a alguien tanto que te duele verlo mal, y luchar a su lado, protegerlo de balas perdidas, de sueños destrozados, curarle un corazón roto en mil pedazos. Apoyarlo en sus fantasías y ponerle los pies en la tierra cuando, sin darse cuenta, emocionado comienza a desvariar. Darle un empujón si desfallece en el camino, una mano cuando tropiece con los baches de la vida, es sonreír como un estúpido cuando lo ves feliz e ilusionado, es llorar con sus lágrimas y reír con sus risas. Esa es la verdadera amistad.

Esta servidora tuvo la gran suerte de encontrar a lo largo del camino

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