ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Poesia A Las Madres


Enviado por   •  4 de Mayo de 2014  •  353 Palabras (2 Páginas)  •  168 Visitas

Página 1 de 2

Las manos de mi mama.

Manos las de mi madre, tan acariciadoras, tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras...

¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman, las que todo prodigan y nada me reclaman!

¡Las que por aliviarme de dudas y querellas me sacan las espinas y se las clavan ellas.

Para el ardor ingrato de recónditas penas,

no hay como la frescura de esas dos azucenas.

¡Ellas cuando la vida deja mis flores mustias

son dos milagros blancos apaciguando angustias!

Y cuando del destino me acosan las maldades,

son dos alas de paz sobre mis tempestades...

¡Ellas son las celeste; las milagrosas, ellas,

porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas!

Para el dolor, caricias: para el pesar, unción:

¡son las únicas manos que tienen corazón!

(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:

aprended de blancuras en las manos maternas).

Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,

cuando tengo las alas de la ilusión caídas,

¡las manos maternales aquí en mi pecho son

como dos alas quietas sobre mi corazón!

¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!

¡Las manos de mi madre perfuman con ternezas!Las manos de mi mama.

Manos las de mi madre, tan acariciadoras, tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras...

¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman, las que todo prodigan y nada me reclaman!

¡Las que por aliviarme de dudas y querellas me sacan las espinas y se las clavan ellas.

Para el ardor ingrato de recónditas penas,

no hay como la frescura de esas dos azucenas.

¡Ellas cuando la vida deja mis flores mustias

son dos milagros blancos apaciguando angustias!

Y cuando del destino me acosan las maldades,

son dos alas de paz sobre mis tempestades...

¡Ellas son las celeste; las milagrosas, ellas,

porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas!

Para el dolor, caricias: para el pesar, unción:

¡son las únicas manos que tienen corazón!

(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:

aprended de blancuras en las manos maternas).

Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,

cuando tengo las alas de la ilusión caídas,

¡las manos maternales aquí en mi pecho son

como dos alas quietas sobre mi corazón!

¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!

¡Las manos de mi madre perfuman con ternezas!

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (2 Kb)  
Leer 1 página más »
Disponible sólo en Clubensayos.com