Prejuicio

En mi muy particular punto de vista el “prejuicio”, es uno de los aspectos o actitudes más limitativas a la hora de conocer a las personas, porque si bien es cierto que la primera impresión es importante y que de ella depende mucho la opinión que nos llevamos de una persona, nadie puede dejarse llevar solo por esta, porque constantemente nos equivocamos o dejarse influir por lo que otros han dicho sin dar la oportunidad de comprobar por nosotros mismos.

Como se define es un juicio sin conocimiento previo, es decir sin fundamentos y por tanto es muy subjetivo. Estos prejuicios que la mayoría de las personas practicamos en nuestra vida como crítica hacia los demás, va mucho más allá pues nos pone en una actitud a la defensiva o incluso a la ofensiva y tomamos partido en cómo tratar a los demás; esto podría desencadenar en otras acciones peores, porque si echamos un vistazo a la historia, muchas de las batallas y desgracias se han iniciado con actitudes como estas que luego desencadenan racismo, odio y discriminación; yo me imagino que desde la muerte de Jesús y la muerte de los judíos en manos de los nazis es un claro ejemplo de estos prejuicios que se descontrolan en mentes de algunos poderosos.

Otro aspecto de los prejuicios y que me gustaría abordar es que también se pueden dar por lo contrario, es decir favorecer en lugar de rechazar o discriminar; por ejemplo en el ámbito educativo, un docente que se vea afectado por un prejuicio hacia los alumnos provenientes de familias de renombre y con buena posición económica, tal vez se deje llevar por esto y no sea objetivo a la hora de evaluar o de otorgar calificación y le otorgue mayor calificación que la que realmente le corresponde.

Los prejuicios lejos de desaparecer pareciera que van reafirmándose pues al paso del tiempo nos encontramos con mayor número de estos y que lamentablemente este se adquiere o se transmite por el entorno en que se desenvuelve el individuo, el prejuicio puede ser incluso aprendido desde la infancia temprana, cuando un bebe da por hecho, correcto y real todo lo que ve en su casa o con sus padres y adopta estas actitudes como propias sin dudar, sin esperar a descubrir por sus propios medios aquello contra lo que se ha prejuzgado.

Existen además otros aspectos que hacen que los prejuicios se estén arraigando más en la sociedad, creando grupos de individuos que se sienten menospreciados y quieren sentirse reafirmados en su autoestima y que harían cualquier cosa con tal de ser aceptados y pertenecer a algo. Tal es el caso de las llamadas novatadas en las escuelas, en el ejército, en los equipos de deportes o en las llamadas fraternidades universitarias.

Cabe destacar que la manera de combatir estos comportamientos, no es mediante castigos ni utilizando la violencia para suprimirlos, al contrario a través del ejemplo, de vivir en una actitud que demuestre que no nos dejamos llevar por las apariencias y que no tratamos a las personas por lo que nos parece que son, sino por lo que son, individuos al igual que nosotros y con los mismos derechos de ser respetados y valorados, esto definitivamente no es nada fácil e incluso con las campañas de valores, de aceptación, de difusión de la equidad e igualdad de género, será una lucha que durara tanto como lo que duremos nosotros en practicarlos y en hacer que nuestros hijos los adopten como un patrón de conducta normal y natural hacia los demás.

Cuando todos como grupos pertenecientes a una sociedad tomemos acciones que demuestren nuestra aceptación a otros grupos y promovamos el respeto y trato equitativo para aquellos que nos parecen distintos a nosotros en su manera de pensar, actuar y vivir. Si no cambiamos de actitud, los modelos atractivos que nos presentan los medios masivos nos envolverán y seducirán alejándonos de las buenas intenciones de hacer una familia, una sociedad y un país y un mundo mejor.

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