RECOMENDACIONES DE ESTILO PARA LA REDACCIÓN EN ESPAÑOL
galtamitok28 de Octubre de 2013
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RECOMENDACIONES DE ESTILO PARA LA REDACCIÓN EN ESPAÑOL
Llamamos ESTILO a cada una de las diferentes opciones que una lengua nos ofrece para la expresión de las ideas. En efecto, en una lengua tan extendida y de tan larga tradición de escritura como el español, un mismo contenido básico puede expresarse de muy diversas maneras, o mejor dicho, en muy diversos estilos.
También llamamos estilo, y más específicamente estilo personal, al repertorio de formas que, entre las opciones que ofrece la lengua, un hablante ha escogido y ha hecho características de su expresión particular. Una primera clasificación puede asimilar los estilos a los niveles de lenguaje: culto y popular, formal e informal. Respecto de la formalidad, es posible distinguir los niveles con mayor precisión:
•Solemne Mayor formalidad / menor informalidad
•Formal
•Familiar
•Íntimo Menor formalidad / mayor informalidad
Hay estilos diáfanos (de expresión clara y comprensión fácil), y estilos oscuros (de expresión confusa y difíciles de interpretar). Asimismo, hay estilos macrológicos (con tendencia a los enunciados largos y complejos) y estilos braquilógicos (con tendencia a las frases cortas o a las expresiones elípticas).
Existen además estilos modernos (como el de la redacción periodística) y estilos anticuados (como el
lenguaje legal).
Finalmente (solo para dar por concluida esta clasificación, que podría extenderse mucho más), mencionaremos que hay estilos “correctos” (ajustados a las normas de la lengua culta), y estilos “incorrectos” (no ajustados a esas normas).
Si no tenemos mucha experiencia en la composición de textos o si percibimos dificultades en el modo en que nos expresamos, nuestra meta ha de ser lograr, al menos en nuestra escritura, un estilo normal correcto medio, es decir, un estilo que reúna las siguientes cualidades:
•Claridad: Entendemos aquí por claridad una construcción tal de las frases y oraciones, que permita identificar sin dificultad los sujetos, los predicados, los complementos y las relaciones entre ellos.
•Precisión: Es la expresión de cada idea con la palabra exacta y más conveniente. No emplee la palabra bueno en la frase un libro bueno si puede usar otra más precisa: interesante, entretenido, instructivo. En vez de ver un asunto prefiera examinarlo.
•Propiedad: Es el empleo de una palabra con el significado que le corresponde según la tradición culta
o la autoridad. Detentar un cargo no es desempeñarlo, americanos no son solamente los estadounidenses. Por tanto, evítense las transgresiones semánticas.
•Corrección: Es la adecuación de los enunciados a lo que se tiene por correcto según la norma culta de la lengua general o estándar, con relación tanto al léxico como a la sintaxis. Evite, pues, los errores gramaticales.
•Coherencia: Es la unidad de sentido del texto, constituida por la relación apropiada entre los sentidos parciales de cada oración y los de cada párrafo. En consecuencia, a menos que se avise convenientemente al lector del cambio de tema, respetando el encadenamiento lógico entre las ideas y los hechos (aunque sean ficticios), no puede tratarse en un mismo texto las especulaciones metafísicas de Aristóteles y pasarse abruptamente a discutir los resultados de un partido de fútbol.
•Trabazón o cohesión: Es el enlazamiento formal adecuado de una palabra con otra, de modo que los enunciados no parezcan entrecortados, truncados o desligados. Por lo tanto, úsense apropiadamente los medios de cohesión textual y los signos de puntuación, y evítense los anacolutos.
•Medianía o naturalidad: Es decir, el justo medio entre las tendencias extremas: ni tan diáfano que llegue a la perogrullada, ni tan oscuro que sea incomprensible; ni tan formal que parezca afectado, ni tan informal que llegue a la vulgaridad; ni tan macrológico que la expresión resulte enrevesada y vacía, ni tan braquilógico que omita lo indispensable para el sentido; ni tan “a la moda” que esté plagado de neologismos, ni tan “arcaico” que parezca de una época anterior.
•Adecuación al contexto: Es la adecuación del discurso al destinatario real o potencial, y a las circunstancias. No escriba una carta al rector como si estuviera escribiendo a un amigo íntimo, o viceversa; no refiera una anécdota graciosa como si estuviera exponiendo un asunto grave, o viceversa (a menos, claro está, que se busque deliberadamente el efecto gracioso que aquello puede producir).
Habiendo aprendido a emplear un estilo correcto medio, podremos entonces dar rienda suelta a nuestra expresión particular, a nuestro estilo personal. Podremos también seguir conscientemente nuestras tendencias estilísticas, aunque se aparten del justo medio recomendable, o incluso —si tenemos la habilidad y los conocimientos para ser audaces— de la corrección normativa.
No obstante los muy variados modos de expresión de los que puede disponer una lengua ampliamente extendida y de larga tradición escrita, el español, como cualquier otro idioma, tiene tendencias o preferencias estilísticas que es conveniente conocer y, en la medida de lo posible, respetar, a fin de que los enunciados no parezcan inusitados, exóticos o inadecuados. Así pues, de tales tendencias pueden derivarse recomendaciones de estilo para la expresión individual, y en el caso que nos atañe, para la redacción.
Ofrecemos a continuación las principales tendencias estilísticas de la lengua española con las respectivas recomendaciones para la redacción.
A. TENDENCIAS ESTILÍSTICAS GENERALES DE LA LENGUA ESPAÑOLA
Llamamos tendencias estilísticas generales a los usos más frecuentes que también se consideran los más adecuados en la lengua general culta, tanto en su variedad hablada como en la escrita. Por consiguiente, de ordinario hay que seguirlos para redactar bien.
Es de advertir que los usos que no sigan esas tendencias pueden no ser gramaticalmente incorrectos, pero no son los preferibles en un estilo correcto medio.
1. Tendencia al orden lineal directo
El español tiene cierta tendencia a disponer los enunciados de la siguiente manera:
Una profesora joven y de cabello corto ha ingresado recientemente en la universidad.
Una
profesora
joven y de cabello corto
Ha ingresado
recientemente
en la universidad.
Sujeto
(posición 1)
Modificadores y complementos del sujeto
(posición 2)
Verbo
(posición 3)
Modificadores y complementos del verbo
(posición 4)
Este orden se llama lineal directo (el modificador sigue al modificado), y en el lenguaje científico o en
los textos expositivos/informativos es el más frecuente, aunque no tanto como en el inglés o en el francés.
Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA REDACCIÓN
Por supuesto, en el español son posibles, gramaticalmente, otras construcciones (algunas de ellas
ocurren a menudo), por ejemplo:
a) Recientemente, una profesora joven y de cabello corto ha ingresado en la universidad
b) Recientemente ha ingresado en la universidad una profesora joven y de cabello corto
c) En la universidad ha ingresado recientemente una profesora joven y de cabello corto
d) Una profesora joven y de cabello corto ha ingresado en la universidad recientemente
e) Ha ingresado una profesora joven y de cabello corto recientemente en la universidad.
Incluso es posible la siguiente construcción sin que el enunciado se vuelva incomprensible o gramaticalmente incorrecto:
f) Joven y de cabello corto una profesora recientemente a la universidad ha ingresado.
Notemos, sin embargo, que, aun teniendo el mismo significado básico, cada orden tiene un matiz expresivo distinto, una connotación diferente; no todos se usan con la misma intención comunicativa o son admisibles en cualquier nivel o variedad de lenguaje. Efectivamente, el último ejemplo (que comienza con los modificadores del sujeto y termina con el verbo) resulta muy afectado, y no se usa en la prosa normal.
Si por razones expresivas se decide seguir un orden no directo, es costumbre colocar los elementos más importantes, o que se desea resaltar, en posiciones distintas de las que ocupan con más frecuencia.
Generalmente, se considera que las posiciones extremas (el principio o el final de la oración) son las más
idóneas para resaltar un elemento o aumentar su expresividad.
Se acostumbra llamar sintaxis lógica a la construcción que sigue el orden lineal, y sintaxis emotiva o
psicológica a la construcción que coloca ciertos elementos en posiciones que los destacan (y que no ocupan
generalmente en el orden lineal), a fin de expresar su importancia en el pensamiento. Sirvan de ejemplos de
sintaxis psicológica las variaciones ofrecidas más arriba.
2. Tendencia a colocar los elementos complejos después de los simples
Por lo general, el orden directo no se sigue si el elemento que normalmente se pospone resulta más
largo y complejo que el que comúnmente le precede. En tal caso:
a) El verbo o predicado se antepone al sujeto. En vez de: El número extraordinario de la revista de
literatura salió, se prefiere: Salió el número extraordinario de la revista de literatura. En las oraciones de cierta extensión, el español evita colocar el verbo al final, o muy cerca del final.
b)
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