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Reseña Literaria La loca de Gandoca de Anacristina Rossi


Enviado por   •  16 de Agosto de 2018  •  Biografías  •  2.410 Palabras (10 Páginas)  •  1.468 Visitas

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Reseña Literaria

La loca de Gandoca  de  Anacristina Rossi

Blanca Malca Cavero

“La loca de Gandoca” es un libro de contenido muy variado, que es susceptible de análisis desde diferentes perspectivas, como ejemplo bien podría ser un claro ejemplo de la perseverancia de una mujer en la lucha por salvar su matrimonio y de manera aún más comprometida, en su lucha por preservar la riqueza del Refugio de Vida Silvestre de Gandoca. Pero en esta reseña no pretendo escribir sobre lo evidente, ni sobre las denuncias que se hacen, ni sobre la corrupción en el gobierno, ni sobre lo que pasó con el refugio en la historia narrada, para eso querido lector, usted puede leer el libro y le aseguro que sacará más información de la que yo le puedo aportar. Por mi parte iré abordando tres aspectos que me llamaron la atención al leer este libro, en primer lugar el título, muy controversial al adjudicarle un padecimiento psiquiátrico al personaje principal: ¿Por qué atribuir locura a quien está defendiendo sus derechos?, ¿Será una etiqueta conveniente? O ¿Será que tiene algún trastorno que motiva ese calificativo?. También quiero explorar la relación de la historia con el epígrafe ¿Es lo que aparenta o representa algo más?, ¿algo que hay que descifrar? Y finalmente, veremos que existe la posibilidad de una relación estrecha entre el inicio y el final del libro: ¿Cuál será esta relación? ¿Lo que se narra es pasado? ¿Presente? ¿Futuro? ¿Real? Le invito a acompañarme en este descubrimiento literario y le sugiero que abra su mente dándole paso a la imaginación.

Sobre el Título

La loca de Gandoca, a simple vista se podría pensar que efectivamente la protagonista es una “loca” y hasta el Ministro lo dice en el libro: «Vociferando que Daniela Zermat es una loca, que tiene una loca en su ministerio y a esa loca hay que echarla» (Rossi, 2001, pág. 44). Y es que insistía con firmeza en que debía protegerse el refugio de Gandoca y fu subiendo en instancias para conseguirlo, obviamente al Ministro no le convenía alguien tan determinada y dispuesta a ir a todas las instancias para que se resuelva el caso.

En el pacto narrativo de esta obra, uno como lector asume y acepta que lo que irá leyendo se tratará de acuerdo con el título, de alguien cuyas acciones e historias, derivaran en la conclusión de que la protagonista está loca, y en una parte de la historia hasta podría suponerse así cuando menciona a un amigo:        

Sos tan buena gente, amigo. Qué haría sin vos en este desierto plano y unilateral que es la viudez. Me acompañás a la Playa del Árbol de Uva con los chiquitos.

Te enseño mi tesoreo: la noche marina. Cuando los niños se duermen nos quedamos conversando en el corredor. Hablamos bajito, como se habla en las iglesias, por respeto a la profundidad interior de la noche. (Rossi, 2001, págs. 63-64)

Una posibilidad es que la presencia de este amigo con el que conversa en algunas ocasiones, pueda ser producto de todas las experiencias que está viviendo y el estrés post trauma tras la muerte del esposo, no queda claro de quien se trata este amigo o si es real o imaginario. Esta interacción con alguien que no queda clara sería un indicador de una posible locura. Pero el libro va más allá de ese tipo de locura.

La locura es definida de varias formas según  el diccionario on line de la Real Academia de Lengua Española, pero la tercera definición es la que nos interesa para este análisis: «Acción que por su carácter anómalo causa sorpresa» (Real Academia Española, 2014)

Tomando la definición de locura, el título puede interpretarse también como que la locura es una característica y hasta requisito para ir contra corriente, para luchar a favor de una causa, aunque no se sepa si se ganará o no, pero sí con la posibilidad de ser parte de la lucha de manera directa e intentando cambiar mentalidades y animando a otras personas a seguir con la defensa y lucha por proteger el refugio de Gandoca. Estas actitudes, sí causaron asombro, pues se escapaba de la norma, de la actitud sumisa de muchas personas ante autoridades que no cumplen con las leyes, ni se preocupan por hacerlas cumplir.

Con todo lo expuesto podemos decir que Daniela si estaba loca, loca por luchar, loca por denunciar, loca por seguir avanzando aunque los mismos vecinos sean quienes no quieren apoyar, porque no hay suficiente conocimiento de lo que está por pasar en la playa. Hay que estar realmente loco o loca para generar las estrategias de abordaje y volver a enfrentar a quienes prefieren el lucro antes que hacer valer las leyes. Daniela no está loca de psiquiátrico, pero si está loca porque ve ante sus ojos la inminente pérdida de un lugar que ha sido parte de su historia, está loca porque prefiere seguir avanzando y llevar hasta las últimas instancias su propuesta de mejora y atención al lugar que ama. Esta realidad la mueve, la mueve a actuar diferente, a causar el asombro que posteriormente se traduce en decirle que está loca.

El refugio de Gandoca estaba en peligro y ahí surgió la loca, la que fue minimizada, humillada, despedida y despojada de sus derechos y hasta de su imagen como ciudadana, la envolvieron en chismes que seguían reforzando su etiqueta de locura, la locura que ellos querían ver, la locura que marca inicios y finales, la locura que incentiva el alzar la voz para defender nuestros derechos o el de nuestros seres queridos. En el caso de Daniela, la locura que le dio un motivo para seguir y luchar por lo que ella quería y consideraba justo, por sus ideales personales y sociales, para lo que legalmente era justo y que en medio de corrupción se tornaba difícil defender. Nada de eso la detuvo.

Relación epígrafe e historia

El libro inicia con las siguientes palabras como epígrafe:

«Oye bien, hijita mías, palomita mía: no es lugar de bienestar en la tierra, no hay alegría, no hay felicidad. Se dice que la tierra es lugar de alegría penosa, de alegría que punza.» Palabras del padre náhuatl a su hija, Códice Florentino. (Rossi, 2001, pág. 9)

Esa frase es tan profunda y chocante, yo quisiera verla como pesimista, como que quien la escribió de verdad debió haber sufrido mucho, pero no, luego de pensarla y leerla y confrontarla con la historia de Daniela, con las historias de los otros personajes que intervienen, también con mi propia historia y las historias de personas cercanas, ¡que gran verdad! Y la realidad es que es difícil determinar cuánto dolor puede haber en una historia de vida, cuanta alegría y cuanto dolor, parece ser que la vida es un ciclo continuo de experiencias en las que se mezclan emociones, no considero que exista una emoción pura sin la presencia de otras, es decir, la alegría sin tristeza, el enojo sin miedo, o el amor sin alguna de las otras, o si podrán existir las otras si una de las emociones falta. Así mismo en cada experiencia hay de todo, a veces en más grado alguna, a veces varias comparte la supremacía. Y así como la vida en general es compleja, la historia de Daniela lo es, Daniela enamorada de Carlos Manuel y una vida muy plena, que se ve golpeada física y emocionalmente con el alcoholismo y los cambios que suponen a un proyecto personal que ella consideró perfecto. Por otra parte el refugio de Gandoca, tan perfecto como lo tenía, tan lleno de vida y grandeza, de riqueza y paz, de comunión del hombre y la naturaleza, que de pronto se ve amenazado, muestra de esta dualidad de alegría y tristeza o alegría punzante se encuentra en varios puntos del libro.

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