Reseña
bibianaramirezEnsayo9 de Octubre de 2013
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EL ANCHO MUNDO DE LA BREVEDAD
Grados 1°, ° y 3°
Erikca Andrea Mendoza Laguna
Yenny Johana Peña Morales Ana Isabel Téllez Rubio
La antología de minificción “Un espacio para la brevedad”, es una selección realizada para ser llevada a las aulas de clase en la educación básica primaria, buscando un acercamiento a la literatura y un reconocimiento del género de minificción, contribuir a la ampliación del canon formativo con esté nuevo género. En ella se escogen cuarenta de las más pertinentes creaciones, ya que son destinadas a estudiantes de primero a tercero de primaria; como condición, cada una de las ellas tiene una extensión máxima de 200 palabras.
En ese sentido, el tipo de relatos compilados aquí, son llamados minificción, ya que ellos cumplen con la epifanía como perfil de este género. Parafraseando un poco a Lida Aronne, donde el carácter epifánico alude a ciertas cualidades referenciadas como: sentido estético, su forma breve, se admite la fantasía, lo simbólico y lo onírico, tiene una estructura laberíntica, con elipsis y artificios con fin de que el lector construya el sentido del texto; es una composición breve, en prosa pero que requiere de la interacción de lector y el autor para que se dé el proceso de interpretación de lo que está oculto entre líneas.
Este carácter epifánico, que da cuenta de algunos rasgos de la minificción, permite relacionarlos con algunas de las constantes del género, pero antes de establecer dicha relación es necesario tener claro una definición de este género, así lo menciona Lauro Zabala (2007)
La minificción es el género más didáctico, lúdico, irónico y fronterizo de la literatura. También es el más reciente, pues aunque surgió a principios de siglo XX, no fue hasta la última década de ese mismo siglo cuando empezó a ser considerado como un género literario autónomo, si bien sus raíces se encuentran en las vanguardias hispanoamericanas del periodo de entreguerras. (p. 23)
En Un espacio para la brevedad, se denota que algunos de los relatos se relacionan directamente con la constante del humor, puesto que en ellos se hallan aspectos cómicos y divertidos, como por ejemplo en el relato Desafío: “-¡A que no! – susurró la sombra desde la pared. - ¡A que sí! –contestó el chico y apagó la luz. (López, 2007, citado por Bustamante & Kremes, (p. 85)
Aquí el autor maneja un humor ingenioso de manera muy lúdica, como un juego de “a que no – a que sí”; pero el juego no radica simplemente en el recreo de palabras del no y del sí, también radica en el poder de la creación frente a una luz que establece los contactos de la sombra y de su dueño. Con ello podemos demostrar que el hombre puede zafarse, o incluso, apartarse momentáneamente de su yo, como una diversión de niños, que no tiene que ser necesariamente infantil, pero sí recreativo.
Así mismo en El triángulo amoroso donde la ballena se enamora de un submarino y La cabeza sobre los hombros; estos aspectos resultan adecuados, ya que facilita un ambiente agradable y lúdico para los niños, de igual manera muy útil para ser llevado al aula de clase, pero al mismo tiempo es una forma muy distinta de lo tradicional. Es esta forma de trasgredir lo real por medio de lo literario y de crear mundos posibles para comprender los aspectos de la condición humana por medio de lo alegre. Al respecto Schopenhauer (citado por Rodríguez, Nana, 1996) dice “El humor va más allá de la simple risa, es una risa intelectual entre el autor y el receptor” (p. 88); por otra parte se puede evidenciar que relatos como La zorra, La mosca, Jaque mate y Esta es la triste historia, manejan un humor cáustico, y como lo menciona Enrique Anderson Imbert el humor es:
Intelectual, es un mecanismo consciente, puede construir para el narrador una manera de actuar, disimular su verdadera naturaleza bajo una máscara taciturna pero en algunas ocasiones profiere con ese guiño de complicidad que se revela como una lucecita en medio de las tinieblas, con su malicia, su gracia y crea entre él y los lectores un vínculo afectivo; ya que el humor, aunque utilice un mecanismo intelectual, como medio de provocar la risa, sería un fenómeno esencialmente afectivo. De todas maneras, en la interpretación, se hace imprescindible tener en cuenta las intenciones del narrador y el estado de espíritu con que el lector acoge sus observaciones. (Sección 2. Acerca de la dialéctica del humor, párrafo 5)
Otro caso de humor está en Le pedí al genio: “Tomé el frasco antiguo de donde salió le señalé la entrada con mi índice y ordené: -entra aquí. Y entro en mi dedo. Desde entonces sufro esta inflamación bajo la uña que me atormenta día y noche”. (De castro, 2003, p. 34) Este relato a su vez maneja la ironía ya que le da una variación al hecho de que el genio en lugar de entrar en el viejo frasco de donde salió, entra en su dedo índice. Esto lo afirma Enrique Anderson Imbert (2007) cuando dice:
El narrador que ironiza es porque está en conflicto consigo mismo, dividido en sus juicios, y quiere expresarse en dos niveles, con dos perspectivas, confiando en que el lector se ha de divertir con el espectáculo de esa duplicidad. (…) Decir una cosa significando la opuesta y al mismo tiempo indicar por el tono de voz lo que de veras se significa es una ironía. (p. 34)
Igualmente, la parodia, ese mismo violador de lo conocido como base para formar otros mundos, se encuentra establecido en el minicuento anterior. El genio ya no tiene la costumbre como en los relatos de Las mil y una noches, donde en el cuento de Aladino, el genio entiende cual es el lenguaje que caracteriza a su amo, y o lo obedece sin reproches. Mientras que en le pedía al genio, puede darse una broma por parte del genio y causar dicho dolor en la uña. En lo diminuto puede esconderse lo más mortal y eterno, y es por medio de la uña (diminuto) que el genio cae en otro poso de malestares humanos, en la carne, en la dicha, en la angustia.
Muchos de los relatos breves citados en esta antología reflejan la ironía en sus diferentes campos como un efecto estético de sugerir significados, una ironía humilde, a la vez sarcástica realizada a personajes creados por la televisión que funcionan como arquetipos, por ejemplo en el Coyote: “El coyote tan flaco, con tanta hambre, y siempre ese solazo y tan pocas maticas. Hace tantos esfuerzos, gasta tanta plata comprándose cohetes patines, paracaídas, dinamita, helicópteros, y nada le resulta.” (Leañez, 2004, p. 64) Pero a este le cambiará la vida porque de cena le servirán pechuga de correcaminos. Son los mismos personajes en su propia naturaleza y la incongruencia de algunas situaciones los que encarnan la ironía. Dentro de este esquema televisivo y de entretenimiento, resulta factible que con este minicuento se logre acercar mucho más a sus fantasías y recreaciones de personaje, esta vez convertidos no simplemente en personajes de tiras cómicas, sino en personajes literarios que le dan un giro a la cotidianidad de un mundo casi absorbido totalmente por la era virtual.
En El cachorro y el tigre, atraviesa el discurso desde su inicio hasta el final ya que en ella se presenta el engaño de un menudo cachorro a un feroz tigre que resulta burlado. Pero esta burla y engaño resulta muy coherente y con un discurso trabajado de uno de sus personajes (El perro), y que logra insertar la astucia para causar temor al tigre. Sin embargo, lo que establece el minicuento mencionado con anterioridad, es el temor a la finalización de la carne, sentir una instante cerca de la muerte y que los huesos, como un símbolo de la dama del olvido (muerte), causa impresiones al ver que la manera de roer los huesos, ya sea de animal o de humano, logra tener un contacto en el transcurso de los últimos instantes del ser viviente. Dentro de este relato, otro de sus personajes (el mono), es utilizado como un chivo expiatorio, pero sin su consentimiento cuando el perro en su astucia desentraña los discursos y los aprovecha para su convicción.
En Feo, feo, de Braulio Llamero, la hipérbole como figura retórica es la mejor representación de la ironía. La fealdad como un castigo de los dioses, de Dios, del destino etc., forma parte de nuestro imaginario y nuestra imagen arquetípica de la belleza. Si en este cuento el humor es convocado de una manera que los otros personajes (ogros) tomen una actitud decisiva para alejarse, porque puede manifestar su espejo también, y se pueda hablar del mito de Narciso, ya que estos ogros al verse enfocado en la pantalla de la realidad tomen como posición del mundo, es su abandono, y ello, es lo que hace que en un mundo lleno de vanidad inmiscuya varios caminos donde la salida a este conflicto vanidoso tome por consecuencia evadir su verdad. De igual forma, este minicuento, además de construir los imaginarios que se desea proponer con dicho proyecto, se pueda guiar a los educandos en ser críticos frente a su realidad.
Otra de las características encontradas comúnmente en la minificción es la intertextualidad en tanto que con un discurso que recrea al mundo del niño, permita desarrollar una historia, y la toma, la recrea o simplemente le cambia algo, al respecto Violeta Rojo (1996) menciona:
Efectivamente, entre los minicuentos podemos encontrar algunos con apariencia de ensayo, o de reflexión sobre la literatura y el lenguaje, recuerdos, anécdotas, listas de lugares comunes, de términos para designar un objeto, fragmentos biográficos, fábulas, palíndromos, definiciones a la manera del diccionario, reconstrucciones falsas de la mitología griega, instrucciones, descripciones geográficas
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