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Resumen De Las 7 Semillas!


Enviado por   •  30 de Mayo de 2012  •  49.364 Palabras (198 Páginas)  •  1.022 Visitas

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CAPÍTULO 1

Ignacio Rodríguez esperaba angustiado su turno can el cardiólogo. A sus cuarenta y dos años, aun no podía creer que él tuviera problemas con el corazón. Siempre había sido un hombre sano. Últimamente trabajaba dieciocho horas diarias, de lunes a sábado, y sólo paraba para dormir. Había descuidado a sus hijos, a su esposa y a su cuerpo. Jamás practicaba deportes. Bebía alcohol y fumaba en exceso. Se alimentaba principalmente de comida rápida, ya que con frecuencia almorzaba en la oficina mientras trabajaba.

Todavía recordaba el día en que murió su padre. Antes de morir, don José le pidió que asumiera la gerencia general de R & G, un importante negocio familiar de importaciones. Don José había logrado que R & G fuera líder del mercado y ahora él tenía la responsabilidad de mantener esta posición. Pero las casas se habían com- plicado. En verdad, se sentía como esos tablistas que reman contra la corriente para avanzar entre las olas sin lograr entrar al mar. Las olas de cambio que afectaban a R

& G eran tan fuertes que con cada una retrocedía más de lo que avanzaba, quedándose en un círculo vicioso de esfuerzo y desgaste.

La apertura de los mercados y la globalización habían llevado a que grandes empresas, con economías de escala, se instalaran en el país. Existía una guerra de precios y una mayor competencia en un mercado más pequeño afectado por la re- cesión. Los pocos competidores nacionales que quedaban estaban aliándose con empresas transnacionales. R & G era la: única que trabajaba sólo con capital nacional. El incremento de la competencia los había afectado en el peor momento. Hacía dos años que los balances arrojaban perdidas económicas y la empresa estaba sobre endeudada. Por ello, los bancos le habían cortado el crédito e inclusive algunos estaban tomando acciones legales para recuperar sus préstamos. Los fines de mes eran una tortura para Ignacio, porque muchas veces no contaba con liquidez para pagar las planillas. Había hecho ya dos reducciones de personal, pero aún no era suficiente.

En R & G se vivía un ambiente tenso y lleno de incertidumbre. El personal estaba desmotivado y se comentaba a voces lo diferente que eran las cosas cuando don José manejaba la empresa. El personal había perdido la confianza en Ignacio y añoraba los tiempos en que todo era éxito.

Una semana atrás, el gerente de ventas le había presentado su carta de renuncia confesándole que se iba con la competencia por el doble del sueldo. Ignacio, enfurecido, grito y lo insulto, pero en pleno episodio le vino un dolor muy fuerte debajo del esternón. Sintió una presión en el pecho y se le adormeció el brazo

izquierdo. Luego se sintió muy agitado, le empezó a faltar el aire y se desmayó. Horas después, ya en la clínica, le informaron que había sufrido una angina dolorosa, conocida comúnmente como preinfarto, y que tenía mucha suerte de estar vivo. A su edad, un alto porcentaje de personas que sufrían dolencias al corazón perdían la vida.

Una semana después del incidente, Ignacio se sentía tan bien que en realidad creía que estaba perdiendo su tiempo esperando al doctor. Tres días en la clínica habían sido más que suficientes para llenarlo de ansiedad por regresar a la empresa a poner en orden el trabajo acumulado.

Finalmente, el doctor lo hizo pasar. En un principio corroboró el optimismo de

Ignacio.

–¡Es sorprendente! –le dijo–. Tu corazón se ha recuperado más rápido de lo normal.

Ignacio se levanto rápidamente de la silla.

–¡Qué bueno! Ahora, doctor, creo que es el momento de regresar a la oficina y ponerme al día...

–¡No tan rápido –le dijo el doctor con tono enérgico y agarrándolo del brazo–.

Tómalo seriamente, Ignacio. Comprende que tienes dos posibilidades: si sigues viviendo una vida desbalanceada, con permanente angustia y estrés, te doy sólo algunos años más antes del infarto fatal. Pero si cambias tu estilo de vida radical- mente, tendrás una vida más sana y prolongada. Tú decides. Será mejor que te cuides. Tener un infarto a tu edad es muy riesgoso. No existe una estadística de muerte por infarto por edades, pero según mi experiencia con mis pacientes, a tu edad aproximadamente la mitad de las personas que tienen un infarto mueren.

–¡Vamos, no exagere! –Ignacio mira con un gesto de incredulidad la cara del médico–. Ya ve usted como me he recuperado fácilmente. No se preocupe, soy de hierro y tengo para rato. Ahora me disculpará; tengo que regresar a la empresa para evitar males mayores. Uno nunca puede estar totalmente tranquilo con sus subordinados.

El doctor lo miró con ternura, como si Ignacio fuera un niño incapaz de darse cuenta de los errores que comete.

–Mira, Ignacio. Eres libre para decidir que haces con tu vida. Si eliges morir, es tu decisión. Pero por favor deja de pensar tanto en ti mismo y piensa en tus hijos. Tienes dos hijos chicos, no permitas que pierdan a su padre a esta edad. Eso los marcaría para siempre.

–Ok –dijo Ignacio y se sentó con resignación–. ¿Que tengo que hacer?

El doctor le sugirió vivir una vida más balanceada e iniciar una dieta alimenticia sana; le pidió que dejara de fumar, que si tomaba alcohol lo hiciera muy moderada- mente, y que bajara el ritmo de trabajo y el estrés.

–Doctor, puedo hacer todo eso; pero lo que no puedo evitar ni controlar son los problemas en la oficina, la agresividad de la competencia, la falta de liquidez de la empresa y la recesión.

–De acuerdo –respondió el doctor–. Pero lo que sí puedes controlar es tu reacción ante esos estímulos. Para esto necesitas relajarte y aprender a tomar la vida con una perspectiva diferente. ¿Has oido hablar de la meditación oriental?

–Disculpe doctor, pero yo no creo en ninguna de esas cosas esotéricas –respondió Ignacio con un aire de autosuficiencia–. Eso le encanta a mi mujer. A mí me parece ridículo.

Mientras hablaba, Ignacio miraba su reloj y se movía como si no cupiera en su asiento. El medico sintió que la única manera de convencerlo era llegando al fondo de la explicación.

–Ignacio, el tema de la meditación ya no se considera esotérico. Incluso ha sido investigado por universidades muy serias como la de California. El doctor Benson, de Harvard, estudió los efectos

...

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