SER O NO PODER SER

SER O NO PODER SER

“La vida no significa vivir, sino saber para que vives”

Nicolae Iorga

Hace unos días, cuando me solicitaron hacer un ensayo, debo confesar que no tenía idea de cómo lo iba a realizar. Leí textos y textos que hablaban de la redacción perfecta de éste, pero las ideas no fluían, es raro no poder escribir; en la escuela te enseñan a redactar, a leer, y pensar, pero ¿Nos enseñan a ser libres?

En el texto “Un manual para ser niño” de García Márquez la idea de la libertad de ser y elegir una forma de vida respecto a nuestras preferencias, deseos y talentos nos plantea una cuestión ¿Somos lo que queremos o lo que quisieron que fuéramos?

Basta con recordar los años de secundaria donde uno mismo tenía millones de deseos, de anhelos que junto con las hormonas daban cierta explosión de autonomía, de liberación, de pensar que podíamos ser lo que deseáramos, sabiendo que no había miedo y que los limites eran desconocidos para nosotros ¿Dónde fue que nos hicimos cobardes? ¿Cuándo empezamos a enterrar nuestras aspiraciones? Es cierto que “no existen sistemas establecidos de captación precoz de aptitudes y vocaciones tempranas” (Márquez 1995) y que existen muchísimos factores que pueden mermar nuestras ambiciones, sería lógico culpar al sistema, a la organización social, al gobierno, pero ¿Realmente estamos preparados para luchar por conseguir eso que desde jóvenes deseábamos tanto?

García Marquez plantea que “se educa a las espaldas del arte” (3), poco a poco nos vamos alejando del concepto de ser humanos, de sentir y disfrutar, nos mediatizamos, nos volvemos seres sin alma y sin espíritu, somos absorbidos y trituramos nuestros talentos.

San Agustín dice “La sabiduría no es otra cosa que la medida del espíritu, es decir, la que nivela al espíritu para que no se extralimite ni se estreche” (45) en medida que somos más sabios debemos acercarnos al arte y la cultura, para así volver a ser humanos, como Márquez y su Colombia, aquí en mi México no existe una educación artística lo cual nos hace vulnerables, sin visión y sin crítica, nos hace menos sabios y por lo tanto menos humanos y más cobardes.

Se preguntarán por qué hablo de sueños y luego critico la educación artística; la respuesta sería fácil, si no estamos cerca del arte y la cultura, jamás podremos defender nuestros anhelos, porque carecemos de lo más básico, carecemos de creer en los sueños.

Bibliografía

COHEN, Sandro “Redacción sin dolor” Editorial Planeta, México, 2010. P.P. 408

GARCÍA, Gabriel “Documentos de la Misión, Ciencia, Educación y Desarrollo: Educación

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