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SI TU ME OLVIDAS QUIERO que sepas una cosa.

cosme12329 de Mayo de 2013

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SI TU ME OLVIDAS

QUIERO que sepas

una cosa.

Tú sabes cómo es esto:

si miro

la luna de cristal, la rama roja

del lento otoño en mi ventana,

si toco

junto al fuego

la impalpable ceniza

o el arrugado cuerpo de la leña,

todo me lleva a ti,

como si todo lo que existe,

aromas, luz, metales,

fueran pequeños barcos que navegan

hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,

si poco a poco dejas de quererme

dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto

me olvidas

no me busques,

que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco

el viento de banderas

que pasa por mi vida

y te decides

a dejarme a la orilla

del corazón en que tengo raíces,

piensa

que en ese día,

a esa hora

levantaré los brazos

y saldrán mis raíces

a buscar otra tierra.

Pero

si cada día,

cada hora

sientes que a mí estás destinada

con dulzura implacable.

Si cada día sube

una flor a tus labios a buscarme,

ay amor mío, ay mía,

en mí todo ese fuego se repite,

en mí nada se apaga ni se olvida,

mi amor se nutre de tu amor, amada,

y mientras vivas estará en tus brazos

sin salir de los míos.

Pablo Neruda

Excusándose de un Silencio...

Pedirte, señora, quiero

De mi silencio perdón,

Si lo que ha sido atención,

Le hace parecer grosero.

Y no me podrás culpar

Si hasta aquí mi proceder,

Por ocuparse en querer

Se ha olvidado de explicar.

Que en mi amorosa pasión

No fue descuido ni mengua

Quitar el uso a la lengua

Por dárselo al corazón.

Ni de explicarme dejaba,

Que como la pasión mía

Acá en el alma te hablaba

Y en esta idea notable

Dichosamente vivía;

Porque en mi mano tenía

El fingirte favorable.

Con traza tan peregrina

Vivió mi esperanza vana

Pues te puedo hacer humana

Concibiéndote divina.

¡Oh, cuan loco llegué a verme

en tus dichosos amores,

que aun fingidos tus favores

pudieron enloquecerme!

¡Oh, cuán loco llegué a verme

en tus dichosos amores,

que aun fingidos tus favores

pudieron enloquecerme!

¡Oh, cómo en tu Sol hermoso

mi ardiente afecto encendido,

por cebarse en lo lúcido,

olvidó lo peligroso!

Perdona, si atrevimiento

Fue atreverme a tu ardor puro;

Que no hay Sagrado seguro

De culpas de pensamiento.

De esta manera engañaba

La loca esperanza mía,

Y dentro de mí tenía

Todo el bien que deseaba.

Mas ya tu precepto grave

Rompe mi silencio mudo;

Que él solamente ser pudo

De mi respeto la llave.

Y aunque el amar tu belleza

Es delito sin disculpa,

Castíguense la culpa

Primero que la tibieza.

No quieras, pues, rigurosa,

Que estando ya declarada,

Sea de veras desdichada

Quien fue de burlas dichosa.

Si culpas mi desacato,

Culpa también tu licencia;

Que si es mala mi obediencia,

No fue justo tu mandato.

Y si es culpable mi intento,

Será mi afecto preciso;

Porque es amarte un delito

De que nunca me arrepiento.

...

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