SISTEMA INMUNOLÓGICO
hermys5 de Junio de 2015
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SISTEMA INMUNOLÓGICO
El sistema inmunológico es la defensa natural que protege al organismo. Para ellos reconoce y responde a los antígenos, que se encuentran en la superficie de las células (virus, hongos, bacterias). Por medio de una serie de pasos combate y destruye organismos infecciosos invasores antes de que causen daño. Este sistema es muy sensible para reconocer estos cuerpos extraños y esta adoptado para distinguir entre lo propio (constituyentes corporales normales) y lo extraño.
I.- ASPECTOS ESTRUCTURALES DEL SISTEMA INMUNE
A.-LIMITES: PIEL Y MUCOSAS
El cuerpo humano está protegido del medio por una barrera mecánica continua, formada por una membrana cutánea (la piel) y membranas mucosas. La piel es el órgano más grande del cuerpo y la principal barrera física entre el organismo y el medio exterior. Además, la piel es un participante activo en la defensa del huésped, ya que tiene la capacidad de generar y apoyar las reacciones inmunitarias locales debido a que cuenta entre sus componentes con linfocitos y macrófagos cutáneos.
En su composición, consta de una capa epidérmica separada de la dermis subyacente por una membrana basal. La mayoría de los microorganismos no sobreviven sobre la piel debido a la acción inhibitoria directa del ácido láctico y los ácidos grasos de las secreciones sudoríparas y sebáceas, y el pH ácido que generan.
Al igual que la piel, los epitelios mucosos representan barras entre los ambientes interno y externo y, por lo tanto, constituyen una importante primera línea de defensa. El moco secretado por las membranas mucosas que revisten las superficies internas del organismo también actúa como barrera protectora que bloquea la adherencia de las bacterias a las células epiteliales.
II.- ELEMENTOS DEL SISTEMA INMUNE
El sistema inmune está constituido por una serie de componentes, que en conjunto interactúan para llevar a cabo la función de protección del cuerpo humano. Los principales elementos del sistema inmune son células, barreras físicas y químicas y sustancias antimicrobianas
A.- CELULAS DEL SISTEMA INMUNE
Las células del sistema inmune son los leucocitos o glóbulos blancos. Se llaman así porque que no poseen color propio, por carecer de proteínas coloreadas. A diferencia de los hematíes y las plaquetas, los leucocitos son células completas provistas de membrana, citoplasma y núcleo, en las que es posible distinguir al microscopio diversos tipos morfológicos, cada uno de los cuales posee una actividad concreta dentro del común denominador de la función defensiva que les es propia.
Los leucocitos que normalmente se encuentran en la sangre periférica son de tres tipos:
Granulocitos o polimorfonucleares
Linfocitos
Monocitos
LOS POLIMORFONUCLEARES
También llamados granulocitos, por los gránulos que poseen en el citoplasma, tienen el núcleo segmentado y, según las características tintoriales de sus gránulos, se dividen en: Neutrófilos, Eosinófilos Y Basófilos.
LOS LINFOCITOS
Son las células que específicamente reconocen y responden a los antígenos extraños. Son células de tamaño pequeño (6-8 mm), aunque en ocasiones pueden ser un poco más grandes (linfocitos grandes: 10-25 mm). El núcleo nunca presenta segmentación y es redondeado, con una discreta zona invaginada. El citoplasma suele ser escaso, basófilo (de color azul claro) y forma una delgada banda perinuclear. En ocasiones puede presentar una fina granulación citoplasmática azurófila.
Los linfocitos constan de diferentes subgrupos que difieren en sus funciones y productos proteicos, aunque todos ellos parecen morfológicamente similares. Una clase de linfocitos son los linfocitos B, así llamados porque se observó en las aves que maduraban en un órgano denominado bolsa de Fabricio.
La segunda clase principal de linfocitos son los linfocitos T, cuyos precursores provienen de la médula ósea y después migran y maduran en el timo (de allí su nombre). Los linfocitos T se subdividen en poblaciones funcionalmente distintas, siendo las mejor definidas las células T colaboradoras y las células T citotóxicas.
LOS MONOCITOS
Son las células de mayor tamaño que circulan en la sangre periférica normal. Tienen un diámetro aproximado de 14-20 mm. El núcleo casi siempre es reniforme y está formado por una cromatina laxa y de aspecto ondulado (cromatina “peinada”). El citoplasma es amplio, de color gris pálido y posee una granulación azurófila muy fina y abundante. Se mantienen muy poco tiempo en la sangre (10-20 horas) antes de salir de los capilares hacia los tejidos. Allí se agrandan y se transforman en los macrófagos tisulares. En esta forma pueden vivir meses o incluso años. Pueden activarse por una gran variedad de estímulos y pueden adquirir diferentes formas. Algunos llegan a tener un citoplasma abundante y se llaman células epiteloides, por parecerse a las epiteliales. Y también pueden fusionarse y formar células gigantes multinucleadas.
B.- BARRERAS FISICAS Y QUIMICAS
Piel y mucosas y sus secreciones
Además de formar una pared protectora, la piel y las mucosas operan mediante otros mecanismos inmunes adicionales, las barreras mecánicas y químicas:
Sebo cutáneo: contiene agentes inhibidores de patógenos, ácidos grasos, y generan un pH ácido.
Mucus: la viscosidad impide el movimiento de los microorganismos y de otras partículas extrañas atrapadas en el mucus. Así, por ejemplo, en la mucosa respiratoria, mediante mecanismos como el movimiento de los cilios, la tos y los estornudos, pueden ser eliminados al exterior.
Enzimas: proteínas capaces de destruir patógenos
Secreciones (sudor, lágrimas, saliva): acción de dilución y lavado; además contiene enzimas que inhiben el crecimiento microbiano. Muchos de los líquidos corporales secretados contienen sustancias bactericidas, como el ácido en el jugo gástrico, la espermina y el zinc en el semen, la lactoperoxidasa en la leche y la lisozima en las lágrimas, secreciones nasales y la saliva.
C.-SUSTANCIAS ANTIMICROBIANAS
Diferentes sustancias del cuerpo humano participan y colaboran con la defensa del organismo, como los anticuerpos, las citoquinas, el complemento, y el complejo mayor de histocompatibilidad.
ANTICUERPOS
Los efectos protectores de la inmunidad humoral están mediados por una familia de glucoproteínas estructuralmente relacionadas llamadas anticuerpos. Los anticuerpos siempre inician sus efectos biológicos al unirse a los antígenos. Estas moléculas son producidas por los linfocitos B y actúan como receptores para el antígeno. La interacción del antígeno con los anticuerpos de membrana de las células B constituye la fase de reconocimiento de la inmunidad humoral.
Los anticuerpos también se producen en una forma secretada por la progenie de células B que se diferencia en respuesta a la estimulación antigénica. Estos anticuerpos secretados se unen al antígeno y desencadenan varias de las funciones efectoras del sistema inmunitario.
Aunque los anticuerpos se aislaron inicialmente a partir de la porción líquida de la sangre, se pueden encontrar en diferentes localizaciones anatómicas:
- Los anticuerpos están presentes dentro de compartimentos unidos a la membrana citoplasmática (retículo endoplásmico y complejo de Golgi) y sobre la superficie de los linfocitos B.
- Los anticuerpos están presentes en el plasma (porción líquida) de la sangre y, en menor proporción, en el líquido intersticial de los tejidos donde se acumulan los anticuerpos secretados por las células B.
- Los anticuerpos están unidos a la superficie de determinadas células inmunitarias efectoras, como los fagocitos mononucleares, células citotóxicas naturales y mastocitos, que no sintetizan anticuerpos, pero poseen receptores específicos para unir anticuerpos.
- Los anticuerpos están presentes en los fluidos secretados como el moco y la leche, en los cuales se transportan específicamente ciertos tipos de anticuerpos.
EL COMPLEMENTO
El complemento comprende un grupo de más de 30 proteínas séricas y de la superficie celular, que interactúan con otras moléculas del sistema inmunitario y entre ellas mismas de una manera intensamente controlada, con el fin de suministrar muchas de las funciones efectoras de la inmunidad humoral y de la inflamación.
El complemento tiene la característica de amplificar las respuestas frente a microorganismos por medio de una cascada enzimática. Los componentes séricos solubles del complemento comprenden múltiples enzimas proteolíticas que se activan de forma secuencial al sufrir proteólisis y que se escinden y activan a otras proteínas del complemento
LAS CITOQUINAS
La defensa frente a organismos extraños de ambos tipos de inmunidad (inespecífica y específica) están mediadas en gran medida por una hormonas proteicas llamadas citoquinas. En la inmunidad innata, las citoquinas efectoras son producidas principalmente por los fagocitos mononucleares, y por eso se llaman habitualmente monoquinas. Las monoquinas provocan reacciones inflamatorias ricas en neutrófilos que sirven para contener y, si es posible, erradicar las infecciones microbianas. Aunque la secreción de monoquinas puede ser desencadenada directamente por los microorganismos, también son secretadas por los fagocitos mononucleares en respuestas a las células T estimuladas por el antígeno, es decir, como parte de la inmunidad específica. La mayoría de las
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