Sueño Y Realidad

Todo sueño es realidad, y toda la realidad es sueño

¿La vida es un sueño? ¿Los sueños son parte de la realidad? ¿Qué tan cierta es la realidad y qué tan cierto son los sueños? ¿Se puede decir que los sueños son la realidad y que la realidad son los sueños, o los dos son parte de la realidad?

A partir de esto, voy a comenzar por explicar tres escritos en los cuales se plantea bien el tema de estas preguntas, y así luego poder dar mi punto de vista, y opinión de si todo sueño es realidad, si la realidad es sueño o si hay parte de los dos en lo que nosotros creemos que es lo real. Los textos que elegí para explicar este tema son “La noche boca arriba”, “Axolotl” y “La vida es sueño” debido a que estos los leí este año, y siento que nos pueden introducir bien en el tema a tratar.

El primer texto a analizar va a ser “La noche boca arriba”, este cuento trata sobre un joven el cual va a pasear en moto por la ciudad, durante la noche, conducía rápido con una aparente felicidad. Esta felicidad, se termina cuando atropella a una señora y se accidenta. La tragedia queda en segundo plano, y en lo que más hace hincapié es en el accidentado. Cuenta que lo llevan a la clínica en donde es enyesado y puesto en una habitación junto a otras treinta personas, en condiciones de cuidado. En este lugar, la clínica, es en donde ocurre el hecho mas importante de la historia, lo fantástico que va hacia lo sobrenatural. Es decir, que cuenta acerca de las vivencias -mejor dicho de los sueños- llevadas a la realidad del muchacho.

El es el protagonista de sus suenios. En ellos, trata de huir de los aztecas, sus sueños se remontan a la civilización azteca. El muchacho, en su sueño, pasa días escondiéndose del enemigo hasta que es capturado y su destino es la muerte. Se despierta agitado. Y se da cuenta que todo ha sido un sueño. Un compañero de habitación le explica que seguramente delira a causa de la fiebre y lo consuela. Se angustia al no saber cuál de las dos realidades vive o si est

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á viviendo las dos realidades. En este sueño, se ve apresado y puesto boca arriba, preparado para ser sacrificado por los aztecas. En medio de fuegos fatuos y coros infernales, el muchacho logra despertarse por última vez. Vuelve a entrar en el sueño, como indio apresado por los aztecas.

El chico de la moto no soñaba, sino que fue soñado por otro, el indio que se dirigía a su inexorable final, con el sacrificador azteca ya cerca de él, en un tiempo remoto. Ese indio apresado, soñó mientras estaba en la antesala de su muerte, que iba por extrañas avenidas de una ciudad asombrosa, con luces verdes y rojas que ardían sin humo ni llamas. Iba, en

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