Un Obscuro Recuerdo

Un obscuro recuerdo.

• Narrador2 (Alejandro) [describiendo]: En una habitación de un hospital psiquiátrico se encontraba Alejandra una señorita quien es protagonista de esta historia.

• Alejandra (Julia) [con un poco de rabia y melancolía]:- Aun recuerdo esa tarde, sigo viendo esas horribles imágenes en mi mente, a pesar de los años siguen vivas, todavía me erizan la piel y a veces me hacen gritar, no puedo describir esa horrible sensación que sacudo mi cuerpo, es tanto el terror que a veces solo quisiera salir de este mundo y entregar mi alma a lo desconocido, de pronto otro intenso miedo me vuelve a invadir, ¿Qué pasaría cuando mi corazón dejara de latir y mi cuerpo dejara de inhalar oxigeno? La ansiedad volvía con más fuerza a mí. Recordaba cómo había hundido el pedazo de cristal en su garganta, como el trataba de gritar pero su misma sangre se lo impedía volviendo sus gritos en pequeños quejidos que me costaban trabajo escuchar.

• Narrador1 (Ghala) [presentando]:- Les contare como fue que termino en este lugar…. Todo comenzó un verano que fue a visitar a la abuela, aun tengo vagos recuerdos de esa casa. Era demasiado grande tanto que le era fácil perderse; su abuela era viuda su única compañía era un gato negro y huraño, también solía tener un payaso que en lo personal a ella le causaba un terror impresionante. Un día ella pregunto:

• Alejandra (Julia) [con una pizca de curiosidad en su voz]: -Abuela ¿Dónde conseguiste ese payaso?

• Abuela (Mariana) [con serenidad]: - Un día me encontraba plantando mis flores y cuando estaba escarbando en la tierra lo encontré ahí enterrado, me sorprendió que estuviera en tan buen estado.

• Narrador 2 (Alejandro): - Esa tarde su abuela salió y ella se quedo solo en la casa se percato de que el gato miraba al payaso con un intenso miedo quiso cargar al gato para calmarlo un poco, lo cual no funciono ya que este se abalanzo sobre ella y le causo varios rasguños, corrió hacia el baño cuando abría la puerta encontró al payaso sentado en el lavabo sintió como su respiración se comenzaba a acelerar, no podía explicarse que hacia el payaso ahí, ella recordaba haberlo vito sentado en unos de los sillones de la sala, de un portazo cerró la puerta y corrió hacia el armario. De pronto alguien abrió la puerta del armario por suerte era su abuela.

• Abuela (Mariana) [La mira con confusión: -Hijita ¿Qué haces ahí adentro?

• Alejandra (Julia) [Con terror y con cierto miedo aun en la voz]: Abuelita ¡El payaso! ¡El payaso me estaba persiguiendo! –Corre a abrazarla—

• Narrador 1 y 2 (Alejandro y Ghala): -- A pesar de las terapias, la figura del payaso la seguía torturando. Luego de diez años parecía que su trauma ya estaba superado. Una tarde se encontraba en un elevador del edificio donde

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