Un golpe de suerte.

UN GOLPE DE SUERTE

La infancia de Paola fue una etapa muy alegre, ya que al ser hija única tenía todo lo que quería, y recibía todo el amor y cariño de sus padres.

Gozaban de una acomodada situación económica, su madre era enfermera y su padre ingeniero. Así pues, podían consentirse caprichos mayormente innecesarios.Como cuando Paola se encaprichó con tener un perro, y sus padres cedieron sin rechistar, yendo el mismo día a por la mascota.

Incluso podían permitirse varios viajes al año, como demostraba la enorme cantidad de recuerdos que exponían en el salón de su casa.

Vivían en una casa céntrica cerca de un pueblo de Barcelona, Hospitalet. Disponía de un enorme jardín con flores y palmeras por donde la mascota de la familia podía correr libremente. La habitación de Paola era de tamaño mediano y decorada con las típicas princesas de Disney.

Cuando ella tenía 10 años llegó su hermano, al que llamaron Alfredo. Esta llegada cambió su vida totalmente, ahora ya no tenía todo lo que quería, y toda la atención de sus padres estaba centrada en el pequeño. Cosa que le hizo sentir celos y adoptó un comportamiento borde y poco adecuado, que le trajo serias consecuencias.

El pequeño Alfredo estaba sometido a las continuas peleas de Paola. Esta le pegaba, maltrataba, le rompía juguetes, lo tiraba de la cuna... Sus padres la castigaban constantemente pero ella no rectificaba su comportamiento. Esta actitud también se veía repercutida en sus estudios, ya que se negaba a estudiar y hacer los deberes. Tras este mal año Paola repitió curso y influenció bastante en su expediente académico. Al ver esto decidió cambiar su comportamiento.

Al empezar el instituto conoció a nuevos compañeros, entre ellos había un chico que le llamaba bastante la atención.

Era Alberto, un chico alto, guapo, ojos azules y pelo castaño. Aparentaba ser un chico inteligente, trabajador y responsable.

Estos dos tenían una buena relación en clase, se sentaban juntos, charlaban y hacían varios trabajos.

En clase de arte, la profesora les pidió hacer un proyecto, este consistía en construir una escultura de arcilla. Como el padre de Paola era ingeniero, decidieron hacer el trabajo en su casa, así él les podría echar una mano. El día que quedaron su padre tenía mucho trabajo y ellos se esperaron hasta que este llegara. Se sentaron en el sofá y empezaron a conocerse más. Al cabo de un buen rato llegó su padre, y se pusieron manos a la obra con su trabajo. ¡Quedó genial y la profesora les felicitó!

A lo largo del curso, empezaron a quedar solos y fuera del horario escolar. Empezaron a gustarse más y más y terminaron enamorándose. Un día Paola, como estaba sola, le invitó a su casa a merendar. Hicieron crepes y más tarde se pusieron a ver una película. De repente

...