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Un Golpe De Suerte


Enviado por   •  7 de Julio de 2013  •  1.223 Palabras (5 Páginas)  •  290 Visitas

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A LA DERIVA – TATIANA BOLAÑOS

Mi nombre es Auanda, vivo en una pequeña pero hermosa aldea rodeada de esbeltos paisajes los cuales tienen bellos colores lo que hace que mi hogar sea único. Soy la hija menor del jefe así que siempre estoy llena de atenciones y comodidades pero a diferencia de mis hermanos, que se regocijan en sus privilegios me gusta aventurar y aprender, es por eso que todos los días me esmero en conocer cosas nuevas mi padre ha puesto a mi disposición a los mejores exploradores de la aldea y a los ancianos más cultos que hacen que mi sabiduría se acrecenté con cada palabra que pronuncian.

Una mañana como cualquier otra, me levanté con el mismo entusiasmo que me caracteriza al comenzar, no un día sino una aventura.

Estaba emocionada puesto que Sagipa, el más grandioso navegante del lugar me enseñaría como usar la canoa que me había regalado mi padre, también me iba a mostrar como pescar y me revelaría algunos secretos que guarda el extenso y misterioso mar.

En tarde llegó Sagipa, esto quería decir que había llegado el momento de partir así que nos pusimos en marcha y comenzamos nuestra hazaña.

Sagipa era paciente y me enseñaba, paso por paso el oficio de la pesca aquel personaje era interesante puesto que sacaba el lado humorístico de cada situación, así pasaron horas y horas hasta que se hizo el momento de regresar a casa pero estaba tan encantada con esto de la navegación que le pedí que nos quedáramos unos minutos más a lo que accedió.

Cuando nos disponíamos a volver, una gran tormenta se desató estaba muy asustada puesto que nunca me había sucedido algo como esto Sagipa trató de tranquilizarme, pero con lo que no contábamos es que cada vez nos alejábamos más de la aldea cuando la tormenta estaba terminando rápidamente tratamos de regresar, pero ya era muy tarde, estábamos perdidos en la inmensidad del mar además la suerte no estaba con nosotros ese día ya que Sagipa nunca había explorado esa zona, así que no podíamos hacer otra cosa que resignarnos a la realidad que estábamos viviendo y tratar de encontrar una solución a nuestro gran problema.

Teníamos algunos peces Sagipa los preparó de una manera especial, no sabían tan mal como me los imaginaba. Anocheció, estábamos muy cansados por lo cual decidimos acostarnos a dormir.

Al día siguiente tratamos de buscar alternativas pensamos en qué hacer y cómo volver Sagipa trató de ubicarse de todas las maneras posibles gritamos, hicimos señas, intentamos pedir auxilio una y mil veces, pero nada daba resultado, lastimosamente lo único que nos quedaba era dejar que la corriente nos arrastre y esperar pacientemente hasta que mi padre nos mande ayuda.

Para pasar el tiempo haciendo algo, le pedí a mi guía que me contara algunas de sus hazañas este asintió y me relató fantásticas historias. Era hora de almorzar y como la noche anterior, Sagipa acomodó algunos pescados para que podamos. Temíamos llegar a algún pueblo vecino, porque mi padre no mantenía buenas relaciones con los jefes de estos, pero era la única opción que teníamos en ese momento.

Así pasaron: días, semanas, meses, y no llegábamos a tierra firme la vida había perdido el sentido para mí lo único que hacía era vagar sin un rumbo fijo se nos habían acabado las historias, las palabras, las ganas de seguir, todo lo que teníamos lo habíamos perdido, me sentía culpable quizás si no hubiese querido quedarme por más tiempo no estaríamos en aquella situación, pero con arrepentirse no se ganaba

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