ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Vanguardismo


Enviado por   •  21 de Abril de 2013  •  3.691 Palabras (15 Páginas)  •  378 Visitas

Página 1 de 15

Es la más radical revolución que sufre el arte y la literatura en su historia.

Esta tiene lugar alrededor de 1914, año en que comienza la primera guerra mundial, que de la mano con los avances tecnológicos, los amplios conocimientos históricos, la crisis espiritual que surge por el momento que se vive despierta conciencia para un nuevo cambio que se origina en la humanidad. Esta es la razón del punto de partida del surgimiento de varias escuelas artísticas que expresan el desmoronamiento del orden burgués y del clasicismo. Entre esas escuelas están: El expresionismo, cubismo, ultraísmo, futurismo, el creacionismo, entre otras .El Vanguardismo inaugura un nuevo modo de ver la literatura caracterizado por la primacía del prosaísmo versus musicalidad, feísmo versus preciosismo y absurdo versus comunicación lógica. De ahí que las vanguardias tuviesen en sí un carácter límite. Ruptura de la traición que habíamos heredado pero también ruptura de la ruptura, rechazo de la imitación. El artista de Vanguardia buscaba destruir de una vez por todas las servidumbres con respecto a la representación mimética de la realidad: ese ídolo de la burguesía victoriana que habría de emerger (después del estallido de las Vanguardias) convenientemente disfrazados de arte socialista o academicismo fascista en la horrible época del intervalo entre las dos guerras mundiales. Lo que era común a las Vanguardias era la propuesta de un arte libre en una sociedad libre.

El Vanguardismo

El término Vanguardias surge en Francia durante los años de la Primera Guerra [1914-1917]. Su origen está precisamente en el vocablo francés avant-garde, término de origen militar y político, que venía a reflejar el espíritu de lucha, de combate y de confrontación que el nuevo arte del siglo oponía frente al llamado arte decimonónico o académico.

Desde el principio, el arte vanguardista adquiere una impronta provocadora contra lo antiguo, lo naturalista o lo que se relacionara con el arte burgués. No será causalidad que todas las primeras manifestaciones de estos vanguardismos estén repletos de actos y gestos de impacto social, como expresión de un profundo rechazo a la llamada cultura burguesa. La Primera Guerra, como expresión del afán imperialista y del profundo fracaso de esa burguesía por conseguir la paz, será el período en que, junto a actitudes diversas de rechazo a la guerra, afloren todas estas manifestaciones artísticas extraordinarias con una versatilidad y agilidad desconocidas hasta entonces. Los llamados ismos se sucederán uno tras otro.

No es ninguna casualidad que el surgimiento de los vanguardismos artísticos y literarios esté relacionado íntimamente con el periodo de mayor intensidad social, ideológica, en definitiva histórica, del siglo XX: el periodo que va desde la Primera guerra del 14 al inicio de la Segunda en 1939. En esos 15 ó 20 años cuajan las experiencias del nuevo arte: unas pasarán rápidamente, otras quedarán incorporadas al arte para siempre, pero la revolución de las formas y de los contenidos se producirá, sin duda, a partir de aquellas vanguardias de los años 20.

Movimientos de Vanguardia en Latinoamérica

En tanto que el romanticismo, el realismo, el naturalismo y el simbolismo llegaron con cierta lentitud al Nuevo Mundo, y hasta tardaron décadas en algunos casos, los movimientos europeos de Vanguardia de los primeros treinta años del siglo xx encontraron un eco casi inmediato en los centros urbanos más desarrollados de Latinoamérica. El proceso de asimilación y metamorfosis de los modelos comenzó a realizarse en la fuente y por escritores que no solo fueron espectadores de esos movimientos. Estos escritores hispanoamericanos encararon el fenómeno de las Vanguardias con una originalidad en que no faltaba el enfoque paródico o la lectura carnavalesca. Para ellos, el futurismo, el cubismo, el dadaísmo, el expresionismo y, más tarde, el surrealismo fueron menos escuelas cerradas y fiscalizadas por líderes apocalípticos (Marinetti, Tzara, Bretón, por ejemplo) que opciones abiertas al escritor Latinoamericano. De ahí que las Vanguardias de la vieja Europa llegaran a la América en una versión singular que asumía distintos nombres (ultraísmo, creacionismo, Estridentismo) de polémica inserción en un concepto europeo. Una vez más, América practicaba sistemáticamente la carnavalización cultural. Para el escritor latinoamericano testigo y, a veces, hasta actor en las Vanguardias europeas la tarea principal era recoger no lo que había de singular en cada uno de aquellos movimientos, sino lo que ellos tenían de búsqueda de una estética de la cultura emergente del siglo. Al margen de sus singularidades el cubismo fragmentaba la sintaxis de la obra de arte; el futurismo y el dadaísmos minaban el concepto mismo de obra poética; el expresionismo insertaba su poesía en el conflicto edípico que desgarraba la piel política de la Europa de la hecatombe de 1914, esas Vanguardias tenían un propósito común: liberar las artes y las letras del peso muerto de las Academias, Liceos, Universidades, Museos y Bibliotecas. Sobre la ruina de una cultura humanística, eurocéntrica, que reconstruye una utopía cultural grecolatina a partir del Renacimiento, en las Vanguardias del siglo XX se buscaba una libertad que les permitiese el acceso al nuevo mundo creado por la segunda revolución industrial, ya posible en el papel, si no en la fábrica. Lo que los unía era la Modernidad, concepto que no debe confundirse con el modernismo finisecular dominante en Latinoamérica y España en la transición de un siglo a otro y es el último movimiento del siglo XIX. El artista de Vanguardia buscaba destruir de una vez por todas las servidumbres con respecto a la representación mimética de la realidad: ese ídolo de la burguesía victoriana que habría de emerger (después del estallido de las Vanguardias) convenientemente disfrazados de arte socialista o academicismo fascista en la horrible época del intervalo entre las dos guerras mundiales. Lo que era común a las Vanguardias era la propuesta de un arte libre en una sociedad libre.

Características generales del Vanguardismo

1. Cosmopolitismo: las calles de todas las ciudades forman una red internacional más vital que la red de las academias.

2. Actitud ante la literatura como juego intrascendente, esteticismo. Abolición de los ornamentos, oscuridad rebuscada. Esquematismo.

3. Ingenio: ingeniosidad y fantasía frente a la realidad. Aforismos. Culto a la novedad y a la sorpresa.

4. Sentimientos: deshumanizan el arte obliterado todas las fuentes del sentimentalismo. Destruían el “yo”. Horismo.

5. Feísmo: desorden, estrafalario, chocante, anti-bello.

6. Morfología: lengua no comunicativa, el letrismo, la jitanjáfora y caligramas.

7. Sintaxis: destrucción de la sintaxis. Palabras en libertad. Se tachaban los nexos, las frases medianeras.

8. Métrica: abandono de los moldes eutróficos, de la rima, de la medida, del ritmo. Prosaísmo.

9. Temas: exclusión de lo narrativo y anecdótico.

10. Imaginismo: la metáfora.

11. El poeta vanguardista es inconforme, ya que el pasado no le sirve, tiene que buscar un arte que responda a esta novedad interna que el hombre está viviendo, apoyándose en la novedad original que se lleva dentro.

12. Se deben abandonar los temas nuevos, ya que carecen de sustancia y no responden al hombre nuevo.

13. En algunos movimientos hay una tendencia a hacer plástica en la coloración de las palabras.

14. En la poesía se juega constantemente con el símbolo.

15. Los poetas reaccionan contra las reglas tradicionales de la versificación, necesitan una mayor libertad para expresar adecuadamente su mundo interior.

16. Reacciona contra el modernismo y los imitadores de los maestros de esta corriente, existe una conciencia social que los lleva a tomar posiciones frente al hombre y su destino.

17. Nuevos temas, lenguaje poético, revolución formal, desaparición de la anécdota, proposición de temas como el anti-patriotismo.

18. El punto de vista del narrador es múltiple.

19. Existe un vínculo estrecho entre al ambiente y los gustos del personaje.

20. Profundiza en el mundo interior de los personajes, pues se les presenta a través de sus más escondidos estados del alma.

21. El tiempo cronológico no es de suma importancia, sino el tiempo anímico y se toma en cuenta el aspecto prestacional, pues se limita a sugerir para el lector complete, el autor exige presencia de un lector atento que vaya desentrañando los hechos que se presentan y vaya armando inteligentemente las piezas de la novela de nuestro tiempo.

Antecedentes del vanguardismo

Hacia fines de los años 20, la creciente politización de la cultura latinoamericana reintrodujo la polémica sobre el significado y el uso de la palabra «vanguardia» mediante la clásica oposición del arte por el arte y el arte comprometido. En realidad, la controversia no se da en torno de la utilización específica del término sino en el sentido más amplio de una definición del propio estatuto del arte. Inicialmente restringido al vocabulario militar del siglo XIX, acepción todavía prioritaria en los artículos de los diccionarios, el término «vanguardia» acaba adquiriendo en Francia un sentido figurado en el área política, especialmente entre los discípulos de Saint-Simon (1760-1825). Para el creador del socialismo utópico el papel de la vanguardia artística, en la medida en que pretende revolucionar a la sociedad, se reviste de una función pragmática y de una finalidad social. Según Donald Drew Egbert, para Saint-Simon «el arte debería dedicarse a alcanzar fines sociales y de ahí sería necesariamente funcional, utilitario, didáctico y finalmente, comprensible».

Sólo con las teorías del socialista utópico Charles Fourier (1772-1837), contemporáneo de Saint-Simon y opositor de sus ideas, surge en las primeras décadas del siglo XIX la posibilidad de disociar el arte de un sentido rigurosamente político. Los anarquistas, inspirados en las ideas de Fourier, serían atraídos por la posibilidad de desvincular la producción artística de toda causa social. Esto va a permitir que algunos artistas declaradamente anarquistas, como Oscar Wilde, puedan dedicarse al ejercicio del «arte por el arte», sin recibir interferencias de orden político. La utilización estrictamente política del término vanguardia comienza a mediados del siglo XIX, con Marx y Engels. Como fundadores del comunismo, ellos se consideraban parte de la vanguardia social. Pero, en realidad, es Lenin quien usa apropiadamente el término al decir que «al educar a los trabajadores del partido, el marxismo educa a la vanguardia del proletariado». A partir de 1890 proliferan en Europa numerosos periódicos políticamente partidarios, comunistas, socialistas y anarquistas, que traen en su nombre la palabra «vanguardia»; las relaciones del arte con la vida parecen firmemente establecidas y en ellas se atribuye al arte una función pragmática, social y restauradora. El caso extremo de la utilización en este sentido del término vanguardia en el siglo XX, se dio con el Estalinismo, que en forma paradójica se identificaba con la vanguardia política al mismo tiempo que restringía ferozmente cualquier tipo de expresión artística que no estuviese subordinada a las reglas estéticas impuestas por el Partido. Las décadas del 30 y del 40 marcan el apogeo del realismo socialista, responsable de la abolición de las vanguardias artísticas dentro del sistema, al considerarlas expresión de un arte decadente. Incluso un crítico tan fino como Mariátegui, en 1927, llega a decir que «una gran parte de los presuntos vanguardistas revela, en su individualismo y su objetivismo exasperados, su espíritu burgués decadente. Al mismo tiempo en que las facciones anarquistas y comunistas se apropiaban del término vanguardia, como sinónimo de una actitud partidaria capaz de transformar a la sociedad, el surgimiento de los ismos europeos dio un gran margen para la experimentación artística, desvinculándola, en mayor o en menor grado, de todo pragmatismo social. Y aunque las vanguardias artísticas tenían como denominador común la oposición a los valores del pasado y a los cánones artísticos establecidos por la burguesía del siglo XIX y comienzos del XX, ellas se distinguieron no sólo por las diferencias formales y por las reglas de la composición, sino por su toma de posición ante las cuestiones sociales. En este sentido, el expresionismo alemán y el surrealismo francés, situados al inicio y al final del período de las vanguardias, respectivamente, a pesar de estar muy diferenciados en otros aspectos, tienen como factor semejante su preocupación social.

Escuelas del vanguardismo

Dentro de la corriente vanguardista los ismos surgieron contra una corriente envejecida y propusieron innovaciones radicales de contenido, lenguaje y actitud vital. Entre ellos se encuentran:

Expresionismo: Nació en Alemania en contra del naturalismo y fue encabezado por Georg Tialk en 1920. Entre sus principios se señalan: la reconstrucción de la realidad, la relación de la expresión literaria con las artes plásticas y la música y la expresión de la angustia del mundo y de la vida a través de novelas y dramas donde se habla de las limitantes sociales impuestas a la libertad del hombre.

Cubismo: Nació en Francia y fue encabezado por Guilaume de Apollinari. Sus principales rasgos consisten en: la asociación de elementos imposibles de concretar, desdoblamiento del autor, disposición gráfica de las palabras, sustitución de lo sentimental con el humor y la alegría y el retrato de la realidad a través de varios enfoques.

Futurismo: Surge en Milán, Italia por parte de Filipo Tommaso Marinetti. Este movimiento rompía con la sintaxis, el ritmo y los signos convencionales de la puntuación. Consideraba como elementos principales de la poesía, el valor, la audacia y la revolución, ya que se pregonaba el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso gimnástico, el salto peligroso y la bofetada. Tenía como postulados: la exaltación de lo sensual, lo nacional y guerrero, la adoración de la maquínale retrato de la realidad en movimiento, lo objetivo de lo literario y la disposición especial de lo escrito, con el fin de darle una expresión plástica.

Dadaísmo: Apareció en Zurich, Suiza entre 1916 y 1922 con Tristán Izarra como su fundador. Fue una oposición al pasado violento de la guerra mundial. El poema dadaísta suele ser una sucesión de palabras y sonidos, lo que hace difícil encontrarle lógica. Se distingue por: la inclinación hacia lo dudoso, terrorismo, muerte y nihilismo, lo fantasioso, busca renovar la expresión mediante el empleo de materiales inusuales o manejando planos de pensamientos antes no mezclables y tiene una tónica general de rebeldía o destrucción.

Ultraísmo: Apareció en España entre 1919 y 1922 en reacción al modernismo. Fue uno de los movimientos que más se proyectó en Hispanoamérica contribuyendo al uso del verso libre, la prescripción de la anécdota y el desarrollo de la metáfora, que se convierte en el principal centro expresivo. Influenciado por poetas como Vicente Huidobro y Guillaume Apollinari.

Creacionismo: Surgió en 1917 y fue patrocinado por el poeta chileno Vicente Huidobro, quien concibe al poeta como un pequeño Dios para crear con la palabra. Según él, el poeta no deber de ser un hombre.

Surrealismo: Surgió en Francia con André Bretón, quien siguiendo a Freud se interesó por descubrir los mecanismos del inconsciente y sobrepasar lo real por medio de lo imaginario y lo irracional. Se caracteriza por: pretender crear un hombre nuevo, recurrir a la crueldad y el humor negro con el fin de destruir todo matiz sentimental y a pesar de ser constructivo, los aspectos de la conducta moral humana y las manifestaciones no son de su interés.

Estridentismo: Surgió en México y nace de la mezcla de varios ismos, como aportación nacidos a la vanguardia europea. Se dio entre 1922 y 1927 y se caracterizó por la modernidad el cosmopolismo y lo urbano, así como por el inconformismo, el humor negro, el esnobismo, lo irreverente y el rechazo a todo el pasado. Su representante fue Manuel Maples Arce.

Impresionismo: Reacciona contra los excesos del realismo, concentrando su interés en el proceso mental desarrollado en el interior de un personaje cuando se enfrenta a alguna situación. Se caracteriza por: trasladar a la obra la verdadera existencia radicada en los procesos mentales, la intuición y la desvinculación de un personaje, así como el manejo de personajes cuya es denominada por las asociaciones psicológicas.

Cosmopolitismo: Surge en 1940 con la finalidad de mostrar la problemática urbana, varía ya que el paisaje cambia según la geografía y economía de cada ciudad. Es filosófico, moral y psicológico pues trabaja con la incertidumbre y tensión de los habitantes de las grandes metrópolis. Su máximo representante fue Borges.

Neorrealismo: Se relaciona con el existencialismo, exagera el problema de la angustia, ya que transforma el escritor de males irreversibles pareciendo no tener solución.

Superrealismo: Movimiento que se apoyó en los trabajos de Freud. Consiste en la captación de la coincidencia-realidad surgida en un personaje, cuando vive un hecho que le provoca recuerdos recónditos. Su representante es Miguel Ángel Asturias.

Existencialismo: El existencialismo es un movimiento filosófico que postuló fundamentalmente que son los seres humanos, en forma individual, los que crean el significado y la esencia de sus vidas. Emergió como un movimiento en la literatura y filosofía del Siglo XX, heredera de los argumentos de filósofos como Sören Kierkegaard, Friederich Nietzsche y Miguel de Unamuno. Este movimiento generalmente describe la ausencia de una fuerza trascendental; esto significa que el individuo es libre y, por ende, totalmente responsable de sus hechos, sin la presencia de una fuerza superior que pudiera determinarle en su actuar. Esto les atribuye a los humanos el crear una ética de responsabilidad individual, apartada de cualquier sistema de creencias externo a él. Esta articulación personal del ser es el único camino existente para superar, generalmente, a las religiones, que tratan del sufrimiento, la muerte y el fin del individuo.

Autores representativos

• Jorge Luis Borges Argentina Fervor en Buenos Aires

• Nicanor Parra Chile Antipoemas

• Pablo Neruda Chile Canto general

• Nicolás guillen Cuba Motivos del son

• Ernesto Cardenal Nicaragua Salmos

• Octavio paz México Libertad bajo palabra

• Cesar Vallejo Perú Trilce

El Vanguardismo inaugura un nuevo modo de ver la literatura caracterizado por la primacía del prosaísmo versus musicalidad, feísmo versus preciosismo y absurdo versus comunicación lógica. De ahí que las vanguardias tuviesen en sí un carácter límite. Ruptura de la traición que habíamos heredado pero también ruptura de la ruptura, rechazo de la imitación. Los poetas vanguardistas se caracterizan, además, por:

• Rendir culto a la novedad y a la sorpresa. Los poetas vanguardistas cambian la estructura formal del poema.

• Renovar completamente los recursos expresivos. Metáforas, la imagen y otros recursos se convierten en reveladores de una dimensión interior.

• Exploración de lo irracional. El verso se presenta sin leyes métricas ni lógicas, regido por el juego, las similitudes y el azar.

• Introducir referencias a la vida moderna y al desarrollo. Modos de vida, tecnología, preocupaciones, miedos, etc.

Como en la época del “modernismo”, los dos centros de la vanguardia fueron Buenos Aires (Borges, Girando, Molinari) y México (Pellicer, Villaurrutia, Gorostiza). En Cuba aparece la poesía mulata: para cantar, bailar y mal decir (Nicolás Guillén, Emilio Ballagas); En Ecuador, Jorge Carrera Andrade inicia un “registro del mundo”, inventario de imágenes americanas, pero el poeta que encarna mejor este período es Pablo Neruda. Cierto, es el más abundante y desigual y esto perjudica su comprensión; también es cierto que casi siempre es el más rico y denso de nuestros poetas. La vanguardia tiene dos tiempos: el inicial de Huidobro, hacia 1920, vitalización de la palabra y la imagen; y el segundo de Neruda, diez años después; ensimismada penetración hacia la entraña de las cosas. Su instrumento es la palabra y la fantasía ilimitada. Por medio de la palabra se destruye la realidad y transforma al objeto en idea pura, en esencia espiritual, en juego de ensueños plurivalentes. La sugestión sonora y asociativa del lenguaje importa más que su significado, los versos suenan e insinúan, más que dicen. La palabra tiene múltiples ecos y se carga de contenidos misteriosos, de significados equívocos, no unívocos, de reflejos interiores. Esta poesía no es inteligible y como se abre a múltiples interpretaciones, el lector se convierte en un cocreador.

• Pablo Neruda (1904 - 1973). El poeta revela preocupación por diversos temas: El amor y la mujer. La mujer aparece asociada en su poesía a la fertilidad, símbolo de lo ideal e indestructible. La soledad y la angustia. Sus poemas empalman una unidad entre los diversos elementos de la naturaleza: fauna, flora, símbolo del abandono, el caos, de las sociedades hispanoamericanas. El compromiso político y social. El poeta se convierte en portavoz de las masas, acopia las denuncias, invocaciones y la historia épica del continente americano. Las cosas sencillas de la vida cotidiana. El poeta nos hace descubrir la belleza de lo sencillo e insignificante en sus famosos libros de odas elementales.

• Octavio Paz (1914). La poesía de Paz representa la conciliación de los recursos de la modernidad: surrealismo, dadaísmo, con la tradición. Tienen primacía en su poesía los temas de la identidad y el origen, sus grandes poemas como Piedra de Sol, Himnos entre ruinas, Pasado en claro… son una exploración del conocimiento de la mentalidad, de los mitos y de los somos del tiempo. El amor, la mujer, el erotismo son los temas que pesan en la conciencia del poeta.

• César Vallejo (1892 - 1938). Los temas esenciales en la poesía de Vallejo son el dolor, la pasión y las obsesiones y el absurdo. Su poesía representa el drama del hombre ante la percepción o el sentido de su propia existencia.

• Vicente Huidobro (1893 - 1948). En Huidobro la poesía concebida como un modo de conocimiento. La palabra poética es sorpresa y maravilla; rechaza la imitación de la naturaleza y el poema extrae sus temas de lo social y de lo político. El poeta expresa un culto a las ideas.

Conclusiones

• El Vanguardismo inaugura un nuevo modo de ver la literatura caracterizado por la primacía del prosaísmo versus musicalidad, feísmo versus preciosismo y absurdo versus comunicación lógica.

• El artista de Vanguardia buscaba destruir de una vez por todas las servidumbres con respecto a la representación mimética de la realidad.

• El término Vanguardias surge en Francia durante los años de la Primera Guerra [1914-1917]. Su origen está precisamente en el vocablo francés avant-garde, término de origen militar y político.

• El expresionismo nació en Alemania en contra del naturalismo y fue encabezado por Georg Tialk en 1920.

• el surgimiento de los ismos europeos dio un gran margen para la experimentación artística, desvinculándola, en mayor o en menor grado, de todo pragmatismo social.

• aunque las vanguardias artísticas tenían como denominador común la oposición a los valores del pasado y a los cánones artísticos establecidos por la burguesía del siglo XIX y comienzos del XX, ellas se distinguieron no sólo por las diferencias formales y por las reglas de la composición, sino por su toma de posición ante las cuestiones sociales.

• Algunos escritores hispanoamericanos encararon el fenómeno de las Vanguardias con una originalidad en que no faltaba el enfoque paródico o la lectura carnavalesca. Para ellos, el futurismo, el cubismo, el dadaísmo, el expresionismo, surrealismo fueron escuelas cerradas y fiscalizadas por líderes apocalípticos.

Bibliografía

• Oseguera Eva Lydia, Historia de la literatura latinoamericana, Pearson Education, México, 200, P.p. 367

• Lengua y Literatura, Curso 1ro (Segundo Ciclo), Santillana

• Macropedia, 1995, Enciclopedia Hispánica,

• Enciclopedia Norma, 1997, Literatura Universal

...

Descargar como  txt (24.3 Kb)  
Leer 14 páginas más »
txt