Viaje A Itaca

VIAJE A ITACA

SUBIRATS, Eduardo (1979). El viaje a Ítaca en “Figuras de la conciencia desdichada”. Madrid, Taurus. Pp. 75-83. Versión digital autorizada para Proyecto Ensayo Hispánico y preparada por Silvia Inés Cárcamo.

La finalidad del escrito está centrada en la búsqueda de un objetivo, en la necesidad de ver condensado el profundo deseo de llegar a Itaca, con todo lo que ese viaje representa, es decir, con la riqueza (material y/o espiritual) que se gana con las experiencias y las vivencias de esta travesía.

Este filósofo nos adentra en las percepciones de la existencia, donde la libertad y la felicidad constituyen valores individuales que repercuten en las actuaciones de los individuos. Para esto cita a varios ilustres pensadores como Descartes, Kant, Hume y Hegel. Además, hace una breve crítica sobre el desarrollo del pensamiento religioso, donde la vida ya no es el pretexto del más allá.

El texto está escrito en un lenguaje filosófico-poético, pues aunque no deja de lado el rigor filosófico, el autor se expresa de manera metafórica, es decir, utiliza un lenguaje más artístico y menos complejo.

Esta obra nos hace reflexionar sobre la vida, la perspectiva que tenemos de ella; sobre los sueños y anhelos que a diario tienen las personas. Nos hace preguntarnos ¿Realmente eso que tanto he deseado, es lo que quiero? ¿Es lo que me haría feliz?

Pero de eso se trata la vida, de aciertos y desaciertos, de enfrentar al mundo, de luchar por nuestros sueños, y de descubrir que no es tan cierto que lo dice el adagio popular, “el fin justifica los medios”. Pues a veces ese fin no nos satisface, la verdadera realización personal y el verdadero sentido de la vida se encuentra precisamente en la manera como llevamos a cabo esos medios. Es en el camino donde nos desarrollamos como personas, donde adquirimos experiencia por los acontecimientos que se generan en nuestro entorno.

Como lo dice el autor en el capítulo VI “Itaca no puede identificarse por tanto con la isla odiseica de un regreso posible; se ha convertido más bien en la ruta de toda una vida que, en pos de cualquier lugar, va de ninguna parte a ninguna parte”.

No obstante, en nuestro afán de acumular riqueza, de garantizar nuestro futuro económico y el de nuestros hijos, hemos obviado temas tan importante como lo son las pequeñas cosas que nos llenan, los instantes de felicidad que no sabemos apreciar, porque preferimos quedarnos en el sufrimiento, en el estrés de los problemas diarios ya que nuestro principal fin es asegurar algo que no se sabe si llegará, nos mantenemos frenéticos en la infinita búsqueda de garantizar un futuro que no es tangible, que es irreal y utópico para muchos.

El viaje a Itaca es en mi opinión, el viaje que emprendemos

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