¡que Sucede Despues De La Vida?

¿Nunca se han preguntado que pasa después de la muerte? ¿A dónde vamos?

Muchos creen que nos vamos al cielo. Algunas madres les cuentan a sus hijos que se convertirían en estrellas o en pedacitos de cielo y que verían a todos desde arriba. Mi madre me lo contaba siempre antes de dormir. Sin embargo nadie lo sabía. Nadie podía regresar de la muerte y contar que había pasado. Era algo completamente desconocido para todos, tal vez por eso causa tanto miedo a la gente. Todos tenemos miedo a lo desconocido; todos.

Siempre me pregunte que me pasaría a mí. La verdad nunca pude responder a mis dudas, pero dentro de poco lo sabría. Me sentía triste por dejar a mi familia, pero a la vez feliz; y la verdad no estaba segura de porqué. Tal vez era porque siempre había pensado que era una carga para mi familia. Mi padre ya lo había dicho, en una borrachera.

Ahora no molestaría a mis padres, ni a mis hermanos. Vi como la sangre empezaba a extenderse alrededor de mí y me di cuenta de que mi final se acercaba. No recordaba muy bien lo que había pasado antes de estar tendida en el suelo; pero si recordaba algunas partes.

Era viernes. El reloj dio las 11 pm y mi padre aún no había llegado. Mi madre me dejó quedarme con ella para esperarlo. Era tonto quererlo después de que le había pegado a mi madre y nos había insultado en alguna que otra borrachera a mí y a mis hermanos, pero era mi padre. Tenía que quererlo. Dieron las 11:30 cuando entro. De nuevo se había ido con amigos a tomar cerveza. Mi padre era lo mejor cuando estaba sobrio. Nos abrazaba, trabajaba y ayudaba a mi madre en lo que le pidiera. Pero en ese momento era otro. Era otro como cada viernes en la noche después del trabajo. Después de irse a la cantina en donde ya era un cliente frecuente.

-¿Qué pasa?-dijo molesto mientras entraba con una botella de cerveza en la mano. Estaba más borracho que de costumbre.- ¿Me esperan a mí? ¿Porque? ¡Yo puedo cuidarme solo!-empezó a gritar. Escuche como alguien salía de la cama arriba. De seguro era Jorge, mi otro hermano, tenía el sueño muy ligero.

-¿Qué pasa?-pregunto Jorge bajando de las escaleras que rechinaban tanto. -¿Papá, mamá? ¿Qué sucede?

-¡NADA!-grito mi padre-Sube a tu cama. Y tú también Carla-dijo dirigiéndose a mí. ¿Carla? ¿Porque me había llamado así? Ese no era mi nombre. Lo miré confundida y mi madre y Jorge también lo hicieron; pero no dijeron nada. Era mejor no corregir ni hacer enojar a papá cuando estaba en esas condiciones.

-¿QUÉ TE PASA?-grito mi madre.- ¡¿Qué acaso no conoces a tu hija?!-sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas de rabia y dolor. Mi padre apretó los dietes y tensó la mandíbula. Quería calmar a mi mamá, quería decirle que no dijera nada, pero no lograba auricular ninguna palabra.

Mi padre se acercó hacia nosotras y le dio una bofetada a mi mamá. Y mi hermano avanzó un paso instintivamente. ¿Qué debería hacer ahora? Si, ahora sabía que debería hacer. Mi amor hacia mi padre se acabó cuando trató de pegarle de nuevo a mamá. Tomé la lámpara que estaba al lado nuestro y traté de lanzársela a la cabeza, pero las fuerzas no estaban de mi lado ese día y la tiré torpemente al lado mío.

Mi padre se percató de mi intento de lastimarlo y estrelló la botella en mi cabeza. Me tiré en el suelo sin fuerza. Sentí como empezó a patearme y los intentos de Jorge y Esteban, que ya se había levantado, tratando de detenerlo. Escuche como algo golpeaba a mi padre y dejé de sentir los golpes en mi estómago; sin embargo me había hecho mucho daño. No sabía cómo empezaba a salirme sangre de mi cuerpo ni de que parte pero ya la estaba viendo. Sentí mi corazón con más fuerza que antes palpitando en mi pecho; entonces se detuvo. Y el final se acercaba...

Ahora me veía en un lugar obscuro. Más obscuro que una noche sin luna. ¿Me había muerto?

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