ARTE: BELLEZA INMORTAL
madeinsaturnTrabajo14 de Mayo de 2020
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ARTE: BELLEZA INMORTAL
Asignatura: Historia del Arte
Antiguo y Medieval.
Alumno/a: Andrea Luquiño Fernández.
2º año de Humanidades. Grupo 11.
ÍNDICE
- Planteamiento del trabajo. La belleza. ¿Objetiva o subjetiva?
- Introducción.
- Los tipos de esculturas. Características y evoluciones que se han ido dando en cada una de ellas con el tiempo.
- Escultura Clásica.
- Comparación de pensamientos e ideales sobre el canon de belleza entre aquella época y la actualidad.
- El canon de belleza de las esculturas, queriendo reflejar con ellas la estética del ser humano. Visión y perspectiva que se tenía de la belleza.
- Planteamiento del trabajo. Concepto de la belleza. ¿Objetiva o subjetiva?
- Introducción
El concepto de belleza es muy complejo, ya que no limita una sola cosa en particular, sino que engloba cualquiera, dependiendo de la visión personal de cada persona.
La belleza es muy subjetiva, cada persona tiene su propia idea de belleza. Por ejemplo, hay personas a quienes la luna les puede transmitir algo horrible y perturbador, y sin embargo, a otras personas les puede parecer algo hermoso y brillante, que les transmiten tranquilidad. La belleza no es algo objetivo que pueda observar todo el mundo. Para cada persona, belleza puede significar cosas completamente distintas, como: poesía, música, una persona, un concepto, una historia. La belleza existe, solo que bajo el criterio propio de cada ser humano, quien puede ver belleza en algo donde otro no consigue verla, porque su concepto es completamente distinto al del otro. Y a su vez, también les transmite cosas diferentes a cada uno.
Lo que más me ha llamado la atención de los temarios, han sido las esculturas clásicas y griegas, algo que encuentro bastante interesante para debatir. Ya que, indudablemente, representa el canon de belleza que se tenía en aquella época sobre el ser humano. Un canon que ha ido evolucionando y perfeccionándose con el paso del tiempo.
En este trabajo, pretendo no sólo hablar sobre esa evolución que las esculturas griegas y clásicas han tenido con el paso del tiempo y de sus correspondientes características, sino también, hacer una comparación del canon de belleza entre esas antiguas esculturas y las más actuales, las cuales reflejan esa idea que se tenía y se sigue teniendo de la idea de belleza del ser humano. Haciendo a su vez una observación de los cambios que se han producido, no solo en la estética, sino también en el pensamiento de belleza, o la definición de la belleza según el criterio de cada persona.
- Los diferentes tipos de esculturas. Características y evoluciones que se han ido dando en ellas con el tiempo.
- Escultura Clásica.
Las esculturas, además de una función religiosa, también responden al deseo de contemplación estética. Su falta de piezas originales es el principal problema. Los hallazgos recientes que ha proporcionado la arquitectura submarina, han conseguido vislumbrar la perfección que alcanzaron los artistas en la técnica de fundición. El mármol y el bronce, son unos de los materiales que se utilizaban para estas esculturas, sin dejar de lado la técnica crisoelefantina (oro y marfil). Y no hay que olvidar que la pintura se ha perdido casi por completo. Las obras están firmadas, y se avanza en las esculturas mediante una evolución constante del cuerpo humano. También, la belleza era concebida como medida, por tanto, se aplicaron tres conceptos a las estatuas:
- La proporción armónica: basada en la cabeza como módulo (7 cabezas en el siglo V a.C y 8 cabezas en el siglo IV a.C).
- Principio de la diartrosis: concibe el desnudo como un esqueleto perfecto. Marcar con intensidad partes de su cuerpo.
- Postura del contraposto: una pierna actúa de sostén y la otra se flexiona, desnivelándose así la línea recta de las caderas.
Se intenta exteriorizar los sentimientos, y representar el movimiento, añadiéndole así una perspectiva como si se moviesen. Podemos hablar de una escultura “naturalista” y “realista”, que inspirándose en la naturaleza, reproduce la realidad.
Durante el segundo cuarto del siglo IV, tenemos ahora dos obras procedentes del Acrópolis: El Moscóforo, joven que lleva un ternero sobre los hombros. La evolución de esta obra, en comparación con la etapa anterior, se encuentra en la apariencia blanca y redondeada del mármol. En segundo lugar, tenemos El jinete Rampin, con el que alcanza la cima de la primera etapa del arcaísmo. Es la estatua ecuestre más antigua de Grecia. Se pone de moda el pelo corto como una especie de casquete adherido al cráneo. El modelado, logra crear efectos de auténtica relación entre la estructura ósea y la carne.
Durante el arcaísmo medio, se consigue un resultado más minucioso, es decir, más pendiente de la plasticidad de los detalles. Tenemos como ejemplar el Kouros de Tenea, procedente de un taller corintio (s. 550 a.C). En el cual se pueden observar fácilmente rasgos como: la típica sonrisa arcaica o el esfuerzo del peinado por ganar movilidad.
Al final de la época arcaica, quedaba por resolver el problema de la ponderación, es decir, la repercusión del peso del cuerpo sobre cada una de sus partes cuando las piernas realizan acciones distintas. En cuanto a la figura femenina, el desnudo es tardío. El ideal femenino se identifica con el vestido y con el atuendo digno. Esta diferencia entre kouros y kore es esencial, como también lo es la ausencia de inactividad en ésta, que suele sostener en una mano, una flor, un fruto, o bien recogerse los pliegues del vestido, o cruzar los brazos por delante del cuerpo. Por lo demás, pies asentados en el suelo y postura frontal como el kouros. También tenemos: La dama de Auxerre, obra con fuerte carga abstracta y geométrica, concebida con criterio aditivo, con un vestido que marca el pecho y las caderas.
En la primera mitad del siglo VI se dan algunos cambios, el más llamativo es la pérdida de relación entre el cuerpo y el vestido. Un ejemplo claro es: La diosa de Berlín (58 - 370 a.C). Según la costumbre dórica lleva un peplo grueso y cerrado encima de un chitón con mangas, y sobre el peplo se echa un manto. La anchura de los hombros y las formas tectónica de la diosa no distan mucho de los kouroi del alto arcaísmo.
La Hera de Samos (570 a.C), pertenece a un tipo distinto. Viste un chitón plisado y ceñido sobre el que lleva el himation. Lo que resalta la identidad y protagonismo del vestido debido a los pliegues.
Al periodo comprendido entre el 550 - 530, corresponden: La niña de Delos, prodigio de ingenuidad y buena muestra del convencionalismo para representar a la figura en movimiento veloz o carrera. Tiene una postura forzada, que consiste en doblar las piernas y distanciar del cuerpo los brazos doblados. Por otra parte tenemos: La Kore del Peplo, obra del escultor de El jinete Rampin. Conserva restos de policromía y hace gala de la originalidad. Sus formas son más suaves y naturales en ojos y boca. El atuendo típico jónico permite a los escultores crear un juego de paños con motivos ricos y variados, a través de los cuales se adivinan las formas anatómicas.
- Escultura Clásica: La transición del siglo V
Dos escultores áticos predominan en el siglo V: Por una parte tenemos a Kritios, nombre ligado a la aparición del contraposto, que se ha atenido a la representación de la figura humana. De entre las obras que se le atribuyen están: El efebo de Kritios (480 a.C.), representa un avance en la búsqueda de expresión plástica para algo tan abstracto como la energía y la potencialidad del movimiento. El contraposto equivale al hallazgo de un sistema definido por la contraposición de los miembros a través del juego de piernas, en una pierna recae el peso del cuerpo, y la otra queda flexionada. Por otra parte, tenemos una obra llamada: El grupo de los Tiranicidas, las copias de mármol del museo de Nápoles, permiten saber que son obra de aproximadamente 477 a.C. De la misma época que El efebo de Kritios, es La cabeza de efebo rubio, cuya obra respondía al mismo criterio de frontalidad y contraposto. A continuación, por otra parte también tenemos a Euthydikos como escultor del siglo V. La relación entre La cabeza de efebo rubio y este escultor se establece en virtud del estrecho parentesco con la llamada Kore de Euthydikos (490 a.C), ambas esculturas coinciden en la firmeza del modelado, de los detalles y concentrada interioridad de la expresión.
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