“La Teología de la Liberación como fuente de Derechos”
juan pablo haddadTesina16 de Julio de 2017
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Escuela del Servicio de Justicia
Posgrado UNLaM
Especialización en Magistratura
Curso: “Constitución, Democracia y Hegemonía” del Dr. Alberto Filippi.
Título Tesina: “Teología de la Liberación como fuente de Derechos”
Sobre los Textos: “Consuelo de Prado”, Pedro Hughes, Libertad y Esperanza. A Gustavo Gutiérrez por sus 80 años, Centro de Estudio y Publicaciones – Instituto Bartolomé de Las Casas, Lima 2008, (pp. 11-12, 415-434, 223-238, 465-480, 133-142, 113-131, 371-411).
Alumno: Juan Pablo Haddad
Comisión n° 6
2014/2015.
Introduciendonos a la Introducción
“Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles
y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones.
Un santo temor se apoderó de todos ellos, porque los Apóstoles
realizaban muchos prodigios y signos. Todos los creyentes
se mantenían unidos y ponían lo suyo en común,
vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos,
según las necesidades de cada uno.
Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas,
y comían juntos con alegría y sencillez de corazón.”
(hc. 2, 42-46)
La elección de este tema se encarna en la curiosidad y admiración que desde niño tengo sobre la vida de Jesús de Nazareth, su nivel de conciencia siendo un simple campesino en un contexto de suma opresión, su rebeldía y forma de caminar la revolución. A ello se le debe agregar mi formación en un colegio católico, que con su visión antipopular de la política, reforzó la necesidad de practicar un cristianismo para la liberación, y la gracia de haberme cruzado, nutrido y discutido con maestros como Ruben Drí, Antonio Puigjané, entre otros.
Por otro lado, considero que esta rama teológica puede colaborar en muchos aspectos con el mundo jurídico.
Dificil es escribir sobre el trabajo realizado por nuestros referentes ideológicos sin temor a cometer horrores de interpretación. Sin embargo, sus enseñanzas nos dicen que debemos ser irruptivos, pensadores autónomos, rebeldes. A ello, se le suma la condición burocrática de aprobar la cursada para obtener el certificado que diga que uno es especialista en magistratura.
Es dentro de este contexto, que me animaré a esbozar algunas ideas, partiendo de textos escritos por teólogos que escribieron sobre otro teólogo, Gustavo Gutierrez.
Sólo tomaré el método de reflexión propuesto por Gutierrez, asimilándolo a la práctica reflexiva de las primeras comunidades cristianas, para demostrar que cuentan con características similares.
Luego haré un mínimo paralelo con el cristianismo practicado por Bartolomé de Las Casas, para terminar concluyendo en que la teología de la liberación tiene orígenes en el cristianismo primitivo, partiendo de una reflexión crítica de la praxis histórica a la luz del mensaje de Jesús.
Introducción
Al hablar de la figura de Jesus de Nazareth, casi inevitablemente, se nos presenta un obstaculo epistemológico configurado por el proceso de espiritualización de su práctica y proyecto, reforzado por el de sacralización.
El proceso de espiritualización implica la división de la realidad en dos partes, una material y la otra espiritual; al mismo tiempo que, se le atribuye toda práctica a la simple realidad espiritual. Por ejemplo, si Jesús entró en Jerusalén y se apoderó del Templo anunciando su destrucción, ello se refiere a la destrucción de su cuerpo mediante la muerte; si habló de los pobres, se refirió a los “pobres de espíritu” en cuya categoría entran también los ricos en sentido material.
Desde esta perspectiva Jesús es presentado como un ser perteneciente al ámbito espiritual desentendido de los conflictos humanos, políticos y sociales, volviéndose impensable un Jesús que se indignó violentamente en contra de los fariseos, sacerdotes y escribas.
Este proceso, se vió reforzado por el de sacralización. El mensaje del campesino de Nazareth, su proyecto y práctica, se reinterpretó en el marco de las religiones tradicionales que consideran como sagradas todo lo que el proceso de espiritualización considera simplemente espiritual.
Son dos procesos distintos, en el que el primerio se vió reforzado por el segundo. El proceso de espiritualización le proviene al crisitanismo del ámbito helenistico en el que se desarrolló la teología de la práctica de Jesús, y de la filosofía griega. En el segundo proceso, fueron las religiones en general quienes influyeron sobre el mismo.
En consecuencia, se tiene un estereotipo inamovible del Nazareno. Un Jesús incapaz de reacciones violentas, amante del sufrimiento, sin ideología, despolitizado.
Estereotipo que ofrece una grave resistencia si se quiere interpretar la concepción sobre el proyecto y la práctica de Jesús.
A los fines de este trabajo, alcanza con mencionar que el poyecto de Jesús es un proyecto politico basado en el carácter servicial del poder, y en un proyecto economico basado en el Don de compartir, en contraposición con el modelo de acumulación de su época. Para mayor profundización en su proyecto de liberación se sugiere la lectura del libro “El movimiento Antiimperial de Jesús. Jesús en los conflictos de su tiempo”, del autor Ruben Dri.
Teología en las primeras comunidades cristianas
La fuente primera sobre el proyecto y la práctica de Jesús la constituyen los escritos que conforman el Nuevo Testamento, en especial los evangelios, que son expresiones escritas de la reflexión que las comunidades cristianas primitivas (cercanas al Jesús histórico), realizaban sobre su propia práctica de fe. Es decir, los evangelios no son biográficos.
Esto, implica la necesidad de distinguir entre un Jesús histórico, que realmente exisitó, y un Jesús de la fe o Cristo, que surge de esa práctica y reflexión de las comunidades cristianas primitivas.
Estas comunidades pretendían vivir en coherencia con el proyecto que Jesús había militado, y en ese sentido, reflexionaban sobre su sentido teniendo como norte la práctica del nazareno. En otras palabras, el objeto de la reflexión era la propia práctica, medida en la práctica de Jesús.
Concepciones enfrentadas en la Biblia
De una lectura integral de La Biblia, podemos encontrarnos con discursos que presentan tensiones entre sí, según sea la práctica social de las comunidades a las que se hacen referencia.
Éstas prácticas serán desde el poder o desde los sectores populares, según con quién Dios pacte. Es decir, son discursos legitimantes del poder, o de las prácticas populares de liberación.
Dichos discursos se dividen en: a) monárquico-sacerdotal; b) profético y apocalíptico.
El primero es esbozado desde las estructuras de poder, de arriba hacia abajo, legitimando las monarquías (ej. davídico-salomónicas), estando los sacerdotes cercanos a esta estructura dominante.
En cambio, el discurso profético es esbozado desde el seno del pueblo, es Dios pactando con los sectores populares para motivar su liberación. Por otro lado, el discurso apocalíptico, sólo se diferencia en que la liberación vendrá de Dios.
Estas dos concepciones, tienen caracterisiticas propias disímiles entre sí, que a los fines de este trabajo no vienen al caso detallar. No obstante, es de suma importancia aclarar que Jesús opta decididamente por la vía profética, lo que nos proporciona el criterio por excelencia para interpretar su práctica y el sentido de su mensaje.
Es desde este lugar, que el nazareno presenta su proyecto político y económico.
¿Dónde se ubica la teología de la liberación?
Es en esta linea de pensamiento se enmarca la reflexión teológica de Gustavo Gutierrez.
Su método, se puede sintetizar en la frase “ver, juzgar y actuar”, que recupera lo mejor de la tradición de las primeras comunidades cristianas.
Se trata de un metodo, que encuentra su fundamento en los orígenes mismos del cristianismo. Es por ello, que no concuerdo con el sacerdote Luis Fernando Crespo, cuando afirma que se plantea una nueva manera de plantear la tarea teológica. Podría animarme a coincidir con esta afirmación, si tomo los últimos tramos de la historia o si dicha afirmación es para diferenciarla de la teología propuesta por Santo Tomás de Aquino.
El metodo teológico esbozado por Gutierrez, se asimila a la teología de las primeras comunidades cristianas, pues tanto esta como el método de ver, juzgar y actuar, se basan en reflexiones de la propia praxis histórica.
Se debe hacer teología desde la propia realidad (ver), interpretándola (juzgar), y en base a ello, actuar a la luz de la fe (actuar), que significa a la luz de la práctica y mensaje de Jesús.
Ahora bien, si entendemos que este metodo se enmarca dentro de una teología de la liberación, es porque presenta ciertas características que no se deben obviar.
En primer lugar, está alineada al discurso profético. No puede haber teología de la liberación si no se parte desde las prácticas populares. Es una teología que se encuentra en el seno del pueblo.
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