La belleza en el ser humano

La belleza en el ser humano.

Por: Valeria Arias García

Taller de lectura y redacción II.

A 27 de marzo del 2023.

La belleza en el ser humano.

Definir lo que es la belleza puede resultar complejo ya que esta no se limita a algo o alguien, en realidad adopta varias formas, sentimientos, colores, personalidades, memorias, etc.; mas poseo la creencia de que todos hemos tenido la dicha de contemplarla, por ejemplo, en la cálida caricia de un rayo del Sol, en la luminosa sonrisa de una persona, en la delicadeza de una flor, en el amor, en las palabras alentadoras y llenas de esperanza, entre otros casos.

Pero… ¿qué sucede cuando nos referimos a ella en nosotros, los seres humanos?

Una cuestión tan debatida en el actual vano mundo social es la siguiente: ¿qué es mejor, más bello e importante?, si bien, no todas las respuestas son iguales debido a las vivencias, ideologías y creencias de cada individuo, muchas estarán orientadas hacia los mismos puntos: la apariencia física, los bienes materiales y el estatus económico.

Mi opinión en esto, amigo lector, es que, en lo que corresponde al ser humano, vale más la pena el perseverar en moldearse para sí una personalidad y actitudes bellas; usted se preguntará el por qué de mi opinión, verá, a mi parecer es más duradera y permite acceder a más y mejores cosas (en ocasiones abstractas) que contribuyan a un verdadero beneficio y progreso ético, moral y social.

“En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios”.

1 Pedro 3:4 Nueva Traducción Viviente (NTV).

Estimado leyente, tú que me escuchas a través de mi escritura, yo creo y tengo fe en Dios, por lo que para el primer punto de mi opinión (sobre que es más duradera la hermosura del interior) mi argumento es el siguiente: no siempre serás atractivo físicamente, la vida puede presentar circunstancias muy variadas y adversas; sin embargo, una bella persona es duradera si está en las manos de Dios, inclusive después de la muerte.

Mi segundo punto (acerca de que le permite acceder a más y mejores cosas que beneficien y ayuden a progresar a la sociedad), guarda una estrecha relación con el primer punto; a continuación, le mostraré algunos ejemplos de lo que se puede obtener de una personalidad agraciada:

-Hace florecer, mediante la fe, el amor, la paz, la paciencia, la serenidad, el gozo, así como cualquier otra virtud apreciada.

-Como dijo Robert Overstreet: “La belleza exterior atraerá a las personas hacia ti, la belleza interior las mantendrá en tu presencia”.

Yo pienso que todo lo anterior, así como el disfrutar la vida y el aprender a perdonar no se pueden obtener si no se tiene primeramente a Dios, ya que de Él mismo es del cual surge el cambio a la verdadera belleza.

Si usted no cree ni tiene fe en Dios probablemente se cuestione entonces el sentido que tiene el esforzarse en esto, y ciertamente ni yo le encuentro sentido a querer ser una verdadera persona bella si no se quiere tener a Dios en la vida. Considero que tanto en este caso como en el mío mucho de lo que va a influir es la escala de valores que cada uno de nosotros tenga.

“Así todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos”.

Mateo 7: 17-18 Reina-Valera 1960.

En base a mis creencias personales yo puedo afirmar que en el ser humano es más importante la belleza interna que la externa, sin embargo, para cada quien será variante y distinto lo que puede serlo; aun así, quiero invitarlo a usted a reflexionar sobre lo que al final de cuentas será lo más importante, acerca de aquello que al último habrá valido o no la pena, ya que al igual que lo que menciona el anterior versículo, hay ciertas cosas que no son relativas ni subjetivas, que por naturaleza hay algunas que son mejores que otras.

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