SITUACIÓNES Y ANALOGÍAS.

SITUACIÓNES Y ANALOGÍAS

• Comenzaré con lo que da inició al gran viaje que Alicia emprende y esto lo haré planteando desde que la misma se encuentra recostada en las piernas de su hermana, al pie de un árbol cuando inesperadamente observa a un conejo blanco portando objetos de humanos, entre ellos un reloj del que más adelante haré mención, murmurando múltiples cosas que reparaban en lo mismo, la falta de tiempo. Alicia sin percatarse al momento de tan extraordinario suceso, lo analizó, poniéndose, rápidamente, en marcha tras él, sin advertir lo que esto le podría ocasionar. A mi criterio, el autor de la manera más ingeniosa, nos muestra, al mismo tiempo que se burla, cómo es que el hombre vive atormentado por el tiempo, es decir, obsesionado con el futuro de tal forma que no logra percatarse del valor tan inmenso que tiene el ahora, el presente.

• Alicia, después de haber caído por tan prolongada madriguera, se encuentra en una habitación con múltiples puertas y con un juego de llaves, mismas que parecían ser inútiles (puesto que no concedían la entrada a ninguna) hasta que se percató de una pequeña puerta, la cual si pudo ser abierta. El problema aquí era, la tan notable, diferencia de tamaños, misma que pudo haber tenido solución gracias a una bebida y un pastelillo, que al ser ingeridos, le permitirían el cambio que deseaba pero debido a la falta de, digamos, sensatez, lo único que logro fueron cambios bastante desproporcionados que sólo ayudaron a desorientarla.

Esto sin duda, lo podemos asociar con las diversas transformaciones por las que nuestro cuerpo atraviesa durante la adolescencia, mismas que en su momento sólo consiguen desorientarnos y claro, en su mayoría, nos llevan a sentirnos más tristes pues nos cuesta mucho trabajo encontrarnos a nosotros mismos y por lo mismo nos sentimos defraudados al ver la falta de comprensión por parte del mundo que nos rodea.

• Retomando la situación anterior., Alicia, al sentir que ya no había solución no hizo más que llorar y debido a su gran tamaño, la cantidad de lágrimas que producía llegó a ser tan abundante, logrando así, inundar la habitación. Esto lo podemos asociar con lo que comúnmente pasamos, y con esto me refiero a que muchas veces, cuando estamos en una situación complicada nos envuelve el pánico y hacemos de esto, todavía un problema más grande de tal forma, que si no tenemos cuidado, lo que pudiese tener solución, no termina más que “ahogándonos”.

• Después de que Alicia escapa de la casa del conejo, se adentra en el bosque, llegando así con una oruga, misma que la recibió con diversas incógnitas que reparaban en quién era aquella niña. Alicia, al escucharlas, estaba segura de que las hubiese respondido con total veracidad por la mañana, pero lamentablemente, en aquel momento ya no estaba segura de nada, por lo que las constantes preguntas y su incapacidad para contestarlas, la agobiaron, tomándolas ya como una ofensa a su persona y desconcertándola más de lo que ya estaba. Esto lo traduzco como la falta de identidad con la que, sin duda, todos los humanos vivimos y con esto quiero decir que muchas veces creemos tener la certeza de quiénes somos pero está respuesta no es más que un conjunto de las opiniones que la gente se forma acerca de nosotros.

• Alicia entra a la casa de la Duquesa, en dónde, desde el comienzo, percibe la agresión y la locura de las personas que aquí habitan, tales como la cocinera (que al parecer es la única cuerda), su gato de Chesire (que nos aclara que ellos también sonríen) y la Duquesa, que lleva en brazos a un supuesto bebé que más tarde, Alicia, viendo que corre peligro de muerte decide llevar consigo. En el camino, este se convierte en puerquito, y pareciéndole la mejor opción a aquella niña, lo deja a su suerte en el bosque.

• Retomando el suceso anterior, durante su estancia

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