Adela Cortina.

El texto comienza con una breve explicación de lo que es la ética aplicada, la plantea como lo que se ocupa de reflexionar sobre la presencia de principios morales en los ámbitos de la vida social, hay diferentes tipos de éticas, cada una se encarga, como lo hemos visto en clases pasadas de un tema especifico.

La ética, según Adela es aquella parte de la filosofía que reflexiona sobre la moral, la estudia y la analiza.

La moral, la autora la aborda desde el tema de la vida cotidiana, planteando que en esta los seres humanos podemos poner en practica tanto la moral religiosa como la moral secular. Ya sea guiando nuestra vida desde un campo regido por la religión o desde un entendimiento con la sociedad dejando a un lado lo anterior, esto lo podemos nombrar como una moral cívica, en la cual la convivencia viene a partir de la autonomía de las personas, en las cuales se puede convivir así no se tengan los mismos principios religiosos.

La idea de hablar de una moral cívica, es tener una especial de “contrato”, estas leyes existen para darle un orden a las cosas, para que cada persona que trabaja para la comunidad tenga sus derecho y deberes claros.

La autora plantea que para poder entender la ética cívica, debemos comprender tanto la ética de máximos y mínimos: la primera nos habla de la ética de la felicidad, el bien y la autorrealización personal, intenta dar razón a la moral a partir de una propuesta de vida buena. Son los ideales, los modelos de excelencia que cada persona aspira. Mientras que la ética de mínimos se refiere al deseo general de encontrar una mejor comunicación y entendimiento, habla de las relaciones con los otros y de una mejor convivencia y tolerancia.

Continuando con el tema de la moral cívica, es importante hablar de lo que hablan los filósofos que la autora menta en su texto, nos hablan de los seres humanos como seres autónomos, capaces de tomar sus propias decisiones y de “crear sus propias leyes” pero también se refiere, a personas que por medio de estas leyes creadas y las ya conocidas es capaz de convivir con sus pares, bajo el sistema que se le impone, pero esto lo hablan en base a la tradición en la que la persona es criada.

La ética discursiva, aspira fundar un principio moral que tenga validez universal, no se base en una cultura determinada o una época. Es “una ética del razonamiento normativo abstracto basado en principios y especializada en cuestiones que afectan el bien común”.

Adela también hace énfasis en la educación moral, nos habla de que actualmente al individuo se le tiene que educar para ser alguien “tecnológico”, los maestros ya no se preguntan si las virtudes se pueden enseñar, sino si vale la pena enseñarlas; se preocupan por dar los conocimientos para que la persona alcance un grado de bienestar, este siempre ligado al potencial tecnológico.

Conclusiones.

La autora sostiene la racionalidad del ámbito práctico, carácter universalista de la ética, la diferencia entre lo justo y lo bueno.

Adela gira en torno al modo en el que el ser humano puede alcanzar un total

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