Apego Y Deseos Mundanos
santy6721 de Junio de 2014
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APEGOS Y DESEOS MUNDANOS. COMO COADYUVAR AL SER HUMANO A SUPERAR EL SUFRIMIENTO Y LA INFELICIDAD.
El buda Shakyamuni consideró que la causa fundamental del sufrimiento era la tendencia del ser humano a desarrollar apegos de la más variada índole, y el desconocimiento del principio de la transitoriedad de todos los fenómenos, es decir, el hecho de que todo está en constante cambio y nada permanece igual.
El bienestar, la dicha, la suerte, el afecto, la salud y la prosperidad están sometidos al flujo incierto de la vida. Sin embargo, el ser humano sufre cuando se ve despojado de las cosas que le son valiosas, y se ve profundamente impactado cuando, por ejemplo, debe enfrentar la realidad de la muerte. Por ello, el Buda enseñó que una manera de no dejarse abatir por el sufrimiento era erradicar los deseos mundanos, o los impulsos derivados de la ilusión, y que tal condición de vida liberada de apegos conducía a la iluminación.
Este concepto está desarrollado más profundamente en el Sutra del loto.
Algunas enseñanzas tempranas consideran la iluminación o la Budeidad como algo que se logra de manera posterior, en el futuro. Sin embargo, en el Sutra del loto se recalca la idea de que cada individuo es un buda de por sí, de manera inherente y desde un principio.
Vivir en la filosofía budista, permite a las personas desarrollar libremente su potencial y su estado de vida, de manera que pueden transitar por vidas positivas y significativas. Es en base a dicho trasfondo que Nichiren, con el afán de instar a la gente a convertir la ilusión y el sufrimiento en convicción, alegría y esperanza, orientó que "los deseos mundanos son la iluminación" y "los sufrimientos de la vida y la muerte son el nirvana" (Los escritos de Nichiren Daishonin, Alemania, Soka Gakkai, 2008, pág. 228).
Es imposible vivir sin apegos o deshacerse de ellos. El interés, la pasión, el afecto por otros, la búsqueda del éxito y el apego por la vida misma son inclinaciones que se convierten en causa de sufrimiento, pero también son un componente esencial de nuestra humanidad.
El budismo explica que así como la flor de loto abre sus inmaculados pétalos en medio de aguas fangosas, el ser humano puede vivir una existencia triunfal en medio de las vicisitudes de la vida.
Daisaku Ikeda, presidente de la SGI, escribe: "Shakyamuni nos dice que él trató de liberar a los seres humanos de los diversos deseos e ilusiones (…) La causa fundamental de la infelicidad en que vive la gente es la tendencia a desarrollar apegos de la más variada índole. Un apego, así como suena, es una sujeción que nos mantiene 'atados' en algún aspecto de nuestro corazón. El término se refiere a los deseos mundanos, las ansias e impulsos.
Quienes viven sujetos a los apegos generados desde su yo inferior, invariablemente quedan controlados por el egoísmo y la negatividad.
El presidente Ikeda afirma: "Cuando profundizamos nuestra fe en la Ley Mística atravesamos nuestra ignorancia y oscuridad interior, y vivimos fieles a nuestro yo superior o identidad verdadera, en forma natural, llegamos a sentir un agradecimiento infinito por todos los que nos rodean, por quienes nos han apoyado, y nos han ayudado a ser lo que somos. (…).
Todo se reduce, entonces, a si vivimos basados en nuestro yo superior o permanecemos apegados a nuestro pequeño yo". (Daisaku Ikeda: "Saldar las deudas de gratitud", Aprendamos del Gosho: La rebosante esperanza en los escritos de Nichiren Daishonin)
Una de las características principales del yo superior es la misericordia o el amor compasivo. Un estado liberado de los apegos es cuando una persona puede utilizar toda su energía en actuar con consideración por el bien ajeno, en lugar de utilizarla en debatirse en el remolino de sus apegos.
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