El Apego

El apego es una temática de interés social, muchas personas hablan del apego al referirse a relaciones afectivas, pero pocas conocen el verdadero significado y valor que este tiene en el ser humano y principalmente en el niño.

Los estudios sobre este fenómeno surgieron a raíz de dos interrogantes: ¿por qué los niños son apegados a sus primeros cuidadores? Y ¿Cuáles son los efectos emocionales que resultan de la separación madre- hijo?

Sin embargo, la mayoría de expertos definen el apego como el vinculo afectivo que se crea desde la concepción, durante el embarazo y posteriormente.

El concepto de apego evolucionó del psicoanálisis, en particular de la teoría de las relaciones objétales. Bowlby afirma que el apego es la conducta que reduce la distancia entre las personas y objetos que suministrarían protección; “Por esto resulta importante la figura del primer cuidador, generalmente la madre, ya que el tipo de relación que se establezca entre ésta y el niño será determinante en el estilo de apego que se desarrollará. No obstante, otras figuras significativas como el padre y los hermanos pasan a ocupar un lugar secundario y complementario, lo que permite establecer una jerarquía en las figuras de apego” (Bowlby, 1998).

Del mismo modo Kennell asegura que los niños se apegan a sus primeros cuidadores, pues los primeros indicadores de apego aparecen durante la lactancia, cuando se toma al bebé en brazos, acaricia, besa y se le mira con cariño, este sistema reciproco de retroalimentación y de relación afectiva es lo que Kennell afirma que es la base de la primera Comunicación Emocional.

De acuerdo con Robert Hinde las madres atribuyen una serie de significados a los sonidos ó gestos de su bebé, aún desde el embarazo, estas atribuciones le dan forma a cada experiencia, conducta ó rasgo del bebé de tal manera que tienden a catalogarlo (bueno, malo, inteligente, etc.) lo cual determina el valor que el propio niño le dé a sus cualidades. De la misma manera Margareth Mahler afirma que la madre tiene una doble percepción, es decir, es capaz de “leer” a su hijo objetivamente con lo que le da forma a las cualidades y personalidad que en fantasía tiene con respecto al niño.

Generalmente todas las definiciones en torno a el apego llevan a un mismo fin, tanto que se podría decir en pocas palabras que el apego es un “vinculo emocional reciproco”

Algunos autores señalan que de la forma en que el niño inicia sus relaciones afectivas con los seres cercanos a el (madre, padre, hermanos, familiares, cuidadores) depende mucho su desarrollo personal, pues a medida que el niño crece y se va relacionando con otras personas, su desempeño socioemocional tiene mucho que ver en cuan sólidas y firmes estén sus bases de afecto recibido.

En este punto cabe resaltar que según Erikson los niños que mantienen vínculos seguros, afrontan la vida con un sentido de confianza fundamental y ello se refleja en los diferentes aspectos de su vida. Lo cual nos lleva a pensar que existen diferentes formas de apego.

De hecho los autores Ainsworth, Blewar, Waters Y Wall definieron tres patrones importantes de apego y las condiciones familiares que los promueven, estos son:

- Apego estilo seguro: es cuando los niños son capaces de utilizar a sus cuidadores como base cuando están angustiados.

- Apego estilo ansioso ambivalente: responden a la separación con angustia intensa, mezclando comportamientos de apego con expresiones de protesta, enojo y resistencia.

- Apego estilo evasivo: muestran un aparente desinterés y desapego a la presencia de sus cuidadores durante periodos de angustia, estos niños manifiestan inseguridad hacía los demás, prefieren estar solos.

De acuerdo con las apreciaciones que los expertos nos brindan sobre el apego, la madre debería permanecer al lado de su hijo al menos hasta los tres años de edad para formar ese vinculo afectivo que le proporcione al niño la seguridad para relacionarse con otras personas, por lo cual no sería prudente una separación entre

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