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BARUCH SPINOZA TRATADO TEOLÓGICO-POLÍTICO


Enviado por   •  14 de Mayo de 2013  •  488 Palabras (2 Páginas)  •  739 Visitas

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Spinoza parte de que la libertad de pensamiento está grabada en el alma humana por la naturaleza y de que cada ciudadano es por naturaleza “señor de sus pensamientos”. Por eso, sostiene que cualquier pretensión encaminada a eliminarla o cualquier intento gubernamental de imponer a los ciudadanos un pensamiento único o de impedir la libertad de expresión está encaminado al fracaso por irracional e inútil y puede desembocar en violencia.

El fin del estado no es uniformizar sino conseguir que todos sus miembros obren conforme a las leyes.

La primera situación del ser humano es el estado natural por el que cada uno puede actuar según sus deseos conforme a su poder. Si el ser humano se deja llevar por su estado natural es posible que tuviera problemas para conservar y desarrollar su vida. Es por eso por lo que se hace necesaria la sociedad, es decir, un estado civil que sea la unión de todos para el bien común.

El fundamento del Estado se sitúa según lo expuesto por Spinoza en su Tratado Teológico Político en un pacto (implícito o explícito) según el cual, para vivir en paz y concordia todos los ciudadanos renuncian a su derecho de actuar cada uno como le parezca comprometiéndose a actuar según lo pactado y a acatar los mandatos del Estado.

Sin embargo, para Spinoza la libertad de expresión tiene un límite: mientras la opinión de un ciudadano expresada libremente no se haga mayoritaria, dicho ciudadano está obligado por la ley vigente a acatar el dictamen de la mayoría, aunque puedan seguir expresando un pensamiento minoritario. Esta opinión crítica del ciudadano en absoluto lesiona la autoridad del gobierno o del soberano; por el contrario, cualquier gobierno que intente ir más allá del pacto por el que se funda el Estado quebranta dicho pacto, comete injusticia o violencia. Más aún, es un empeño inútil, como demuestra la razón y se puede comprobar por la experiencia histórica: cuando un gobierno impone una única manera de pensar o una única fe a sus ciudadanos, a medio o largo plazo se ve que no lo consigue y lo único que logra es momentáneamente aislar o desterrar a sus ciudadanos más críticos e incluso convertirlos en mártires de la libertad, en resumen, producir sufrimientos.

Hay que concluir que la libertad de pensamiento y de expresión, lejos de ser un inconveniente para el Estado, lo fortalece y enriquece. El fin del Estado es la libertad, esto es lo racional, lo demás es violencia. Dicho de otro modo y con el texto: el Estado democrático es el mejor y el más natural.

La vigencia y actualidad de esta defensa de la libertad que hace Spinoza es plena y constante, pues la democracia es un ideal que permanentemente hay que buscar. Para ello hay que estar vigilantes, pues todos los gobiernos tienen la tentación de manipular el pensamiento y la voluntad de los ciudadanos, de mil maneras, alguno muy sofisticado

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