Clasificación de las Falacias

“Los razonamientos, como los hombres,

a menudo son hipócritas”. –Platón

“Introducción a la Lógica”

-Sofismas y Falacias-

De Irving M. Copi

Falacias No-Formales

Clasificación de las Falacias

La palabra falacia se usa para designar cualquier idea equivocada o creencia falsa, como la “falacia” de creer que todos los seres humanos son honestos. Una falacia es un tipo de argumentación incorrecta. Una falacia es un razonamiento incorrecto. La lógica nombra como “falacia” a aquellos razonamientos que, aunque incorrectos, son psicológicamente persuasivos. Por tanto, definimos falacia como una forma de razonamiento que parece correcta, pero resulta no serlo cuando se analiza cuidadosamente.

En éstas páginas trataremos las falacias no-formales, errores de razonamiento en los cuales podemos caer por inadvertencia o falta de atención al tema, o bien porque nos engaña alguna ambigüedad en el lenguaje usado para formularlo. Podemos dividir las falacias no-formales en 1) falacias de atinencia (conexión) y 2) falacias de ambigüedad .

Falacias de atinencia (conexión)

Son aquellas en las que las premisas carecen de atinencia lógica (conexión lógica) con respecto a sus conclusiones y, por ende, son incapaces de establecer su verdad. La inconexión es aquí lógica y no psicológica.

La explicación de por qué ciertos argumentos son persuasivos, a pesar de ser incorrectamente lógicos, debe buscarse en algunos casos en su función expresiva destinada a provocar actitudes que probablemente inclinen a la aceptación, es decir, en el terreno psicológico.

Falacia 1

Argumento ad baculum (apelación a la fuerza)

Es la falacia que se compete cuando se apela a la fuerza, o a la amenaza de la fuerza, para provocar la aceptación de una conclusión. El argumento ad baculum significa la guerra o la amenaza de la guerra.

Falacia 2

Argumento ad hominem (ofensivo)

Se traduce como argumento “contra el hombre”. Éste es de tipo “ofensivo”, y se le comete cuando, en vez de tratar de refutar la verdad de lo que se afirma, se ataca al hombre que hace la afirmación. Hay que recordar una primicia de la buena moral, el respeto y las buenas costumbres: “Atacar siempre el mensaje nunca al mensajero”. El carácter personal de una persona carece de importancia lógica para determinar la verdad o falsedad de lo que dice o la corrección o incorrección de su razonamiento. También se le conoce a éste argumento como “falacia genética”. Aún en más perverso de los hombres puede a veces decir la verdad o razonar correctamente.

Falacia 3

Argumento ad hominem (circunstancial)

Corresponde a la relación entre las creencias de una persona y las circunstancias que la rodean. En una discusión entre dos personas, una de ellas puede ignorar la cuestión relativa a la verdad o falsedad de sus propias afirmaciones y tratar de probar, en cambio, que su antagonista o rival debe aceptarlas debido a especiales circunstancias en las que éste rival pueda hallarse. Los argumentos de este género no vienen realmente al caso; no ofrecen pruebas satisfactorias de la verdad de sus conclusiones, sino que solo están dirigidos a conquistar el asentimiento o aprobación de algún oponente a causa de circunstancias especiales en las que éste se encuentra.

El argumento ad hominem circunstancial acusa de contradicción a la persona que discute la conclusión del otro, o sea, una contradicción entre sus creencias o entre su prédica y su práctica, lo cual puede ser interpretado como reproche o ataque. El argumento ad hominem también acusa al adversario con el que se discute de tener tanto prejuicio que sus presuntas razones son meras racionalizaciones de conclusiones dictadas por el propio interés, esto también es atacar a la persona y no al argumento. es lo que también se conoce como “envenenar la fuente”.

Falacia 4

Argumento ad ignorantiam (por la ignorancia)

Se comete esta falacia cuando se sostiene que una proposición es verdadera simplemente sobre la base de que no se ha demostrado su falsedad, o que es falsa porque no se ha demostrado su verdad.

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