Comportamiento ético En El méxico Actual

Comportamiento ético en el mexico actual. Perspectiva y propuestas para un mejor futuro.

Introducción

Hemos vivido las últimas décadas bajo el orden del modelo económico capitalista, lo que ha traído avances tecnológicos y la rápida expansión de empresas transnacionales, dando origen a un mercado global.

Desgraciadamente, la ética ha pasado a segundo o tercer plano en el modo de actuar del sistema y sus principales actores, teniendo como consecuencia una creciente brecha económica y social que ha situado a Latinoamérica como la región mas desigual del planeta.

Los altos índices de mortalidad infantil y el porcentaje de la población viviendo en niveles de pobreza son contrastantes con el potencial de la región. Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, México es la decimocuarta economía del mundo por PIB nominal y la duodécima por paridad de poder adquisitivo.

Gobiernos como el brasileño y el argentino que a principios de los años dosmiles habían sembrado la esperanza en la región han dejado mucho que desear, al quedar al descubierto una serie de prácticas completamente alejadas del comportamiento ético y que incluso han puesto en riesgo la gobernabilidad de dichos países. Las protestas sociales no se han hecho esperar y el malestar de la gente es cada vez mayor.

La estabilidad macroeconómica se ha mantenido después de turbulentos períodos de crisis como la de 1994. Aciertos en las políticas monetarias del Banco de México perimitieron sortear la crisis del 2008. Los medios internacionales anunciaron con optimismo el Mexican Moment cuando el flamante presidente Enrique Peña Nieto y su partido lograron sacar adelante las ansiadas reformas estruturales que darían ese último empujón al país para por fin reclamar un lugar como potencia económica.

Recientemente, Boston Consulting Group nombró a México como una “estrella ascendente” de la actividad manufacturera. El ramo automotriz está viviendo y superando niveles históricos en producción y exportación. “La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) reporta que el país exportó 222,351 unidades, 12.6 % más comparado en febrero de 2014”, siendo su principal cliente, Estados Unidos.

Si tomamos en cuenta estos datos, la perspectiva sobre el bienestar de nuestro país debería ser mucho mas que alentadora y pareciera que nuestros gobernantes habrían encontrado la formula para salir del estancamiento. ¿Pero qué sucede realmente? ¿Porqué México sigue siendo percibido como un lugar lleno de desigualdad, pobreza, crimenes, secuestros, y malas políticas? ¿Porqué a pesar del progreso en la industria manufacturera o el crecimiento de la industria, la desigualdad parece incrementar? Son muchos los factores, pero me atrevo a decir que existe un concepto que engloba la principal causa de los males de nuestro país. La corrupción, una realidad mexicana. Algo que ha logrado permear a las distintas esferas del poder y del gobierno.

La sed de ética es mas que latente en todos los círculos de la sociedad mexicana. Conocemos un sin fin de casos que ponen en evidencia que la búsqueda del bien común y el desarrollo del sector mas vulnerable de la sociedad son la última de las prioridades de una clase gobernante que al llegar al poder hace lo posible por perpetuarse y aumentar su patrimonio.

Este tipo de acciones y posturas no corresponden solo a un color o partido político. Existen numerosos casos de flagrantes actos de corrupción en todos los niveles o partidos. La ciudadanía está también cosnciente de que las últimas reformas políticas restaron autonomía al sistema electoral mexicano dejando en manos de los mismos partidos el control de la democracia. Esto ha dado pie al obsoleto modelo que sigue incitando a la creación de nuevos agrupaciones o partidos políticos en las que abundan “chapulines” saltan de un partido a otro para no perder espacios en la adminsitración pública. Estos partidos son vistos y operados como negocios familiares o clientelares que después de ayudar al enriquecimiento de sus fundadores y allegados, son puestos al servicio del mejor postor y sin remordimiento alguno condicionan su apoyo en las cámaras a la obtención beneficios personales.

Esto no es exclusivo de los que se dedican al servicio público. La empresa privada también tiene un legado no muy ejemplar en temas de prácticas faltas de ética. Se me vienen a la mente casos recientes como el de FICREA en el que ladrones de cuello blanco no se tentaron el corazón para defraduar a más de 1,400 ahorradores que habían depositado su patrimonio y confianza en dicha institución financiera. Se supone que ya están tomando medidas al respecto y la mayor parte de los defraudados serán indemnizados pero no cabe duda que el proceso será largo, cansado y no en todos los casos se llegará a un final justo y feliz.

Creo que no todo está perdido. Afortunadamente la sociedad es cada día mas cosnciente y se preocupa por informarse. El avance de la tecnología y el auge de las redes sociales han permitido que muchos casos salgan a la luz pública y que aunque no se resuelvan, exista la presión social y mediática para que las autoridades tomen cartas en el asunto. Pero eso no es suficiente. Necesitamos predicar con el ejemplo. ¿Cuántas personas no se quejan del actuar de los políticos pero si tuvieran la oportunidad harian lo mismos ¿ ¿Cuántos se lamentan por la inseguridad en el país provocada por la penetración del narcotráfico y crimen organizado en todos los niveles policiales pero son los primeros en quebrantar el reglamento de tránsito y estar dispuestos a dar mordida para librarse de una multa?

Existe una doble moral en la sociedad mexicana. Muchos jóvenes actuan con entusiasmo para lazar la voz y ser activos políticamente pero sus esfuerzo no trascienden el plano digital. Están dispuestos a sumarse a la ola de tweets y publicaciones

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