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Copernicano


Enviado por   •  15 de Diciembre de 2013  •  1.657 Palabras (7 Páginas)  •  283 Visitas

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Lo que dijo deovs-no-sé-qué creo que está bien, no acabé de leer; pero... te lo explico así en dos patadas?

Copérnico descubrió que no es el sol el que gira alrededor de nosotros, sino nosotros los que giramos alrededor del sol.

Kant pensó que no somos nosotros los nos movemos en medio de los objetos independientes a nosotros, sino que los objetos son los que dependen de nuestra perspectiva para ser objetos. Objeto aquí no es lo mismo que cosa, objeto es la determinación de una percepción sensible.

Es decir, Copérnico nos puso a girar alrededor del sol; Kant puso el mundo, las leyes físicas, los objetos, a girar alrededor de nosotros.

¿Que cómo pueden girar esas cosas a nuestro alrededor? ah!:

1. Antes de Kant se pensaba que, por ejemplo, las leyes físicas eran parte del mundo y nos tocaba a nosotros "descubrirlas"

2. Kant pensó que no "descubríamos" leyes en el mundo, sino que determinábamos al mundo en función de nuestro modo de conocimiento, que lo único que descubríamos eran nuestra propia determinación, nada del mundo. Es decir, que las leyes físicas en realidad estaban dentro de nuestra cabeza, no en el mundo.

3. Después de Kant se piensa que o bien las leyes están tanto en nuestro modo de conocer el mundo como en el mundo mismo; o bien Kant tenía razón y no podemos conocer el mundo en sí mismo, sino sólo nuestra manera de percibirlo.

REVOLUCIÓN COPERNICANA (O GIRO COPERNICANO) EN FILOSOFÍA

REVOLUCIÓN FILOSÓFICA PROPUESTA POR KANT PARA ENTENDER CÓMO ES POSIBLE EL CONOCIMIENTO SINTÉTICO A PRIORI. DA LUGAR AL IDEALISMO TRASCENDENTAL.

Kant explica el cambio que supone su filosofía en la concepción del conocimiento basándose en una analogía con la revolución copernicana. En astronomía, Copérnico comprendió que no se podía entender el movimiento de los objetos celestes con la tesis según la cual la Tierra está en el centro del Universo y el Sol y los demás objetos celestes giran a su alrededor, comprendió que para entender el movimiento de los objetos celestes era necesario cambiar la relación poniendo al Sol en el centro y suponiendo que es la Tierra la que gira a su alrededor. Kant considerará que en filosofía es preciso una revolución semejante a la copernicana: en filosofía el problema consiste en explicar el conocimiento sintético a priori; la filosofía anterior a Kant suponía que en la experiencia de conocimiento el Sujeto cognoscente es pasivo, que el objeto conocido influye en el Sujeto y provoca en él una representación fidedigna. Con esta explicación podemos entender, en todo caso, el conocimiento empírico, pero no el conocimiento a priori pues lo extraordinario de este último es que con él podemos saber algo de las cosas antes de experimentarlas, es decir, antes de que puedan influir en nuestra mente. Kant propone darle la vuelta a la relación y aceptar que en la experiencia cognoscitiva el Sujeto cognoscente es activo, que en el acto de conocimiento el Sujeto cognoscente modifica la realidad conocida. Según Kant, podemos entender el conocimiento sintético a priori si negamos que nosotros nos sometemos a las cosas, si aceptamos que son más bien las cosas las que se deben someter a nosotros: dado que para conocer un objeto antes ha de someterse a las condiciones de posibilidad de toda experiencia posible, es decir a las condiciones formales –a priori– impuestas por la estructura de nuestras facultades cognoscitivas, es posible saber a priori alguno de los rasgos que ha de tener cuando esté presente ante nosotros, precisamente los rasgos que dependen de dichas condiciones. Por ejemplo, a priori no podemos saber nunca si la figura que vamos a ver en la pizarra es un triángulo, ni las características contingentes de dicha figura (como su tamaño, su forma concreta, ...) pero sí podemos saber a priori que si es un triángulo ha de poseer todas las propiedades descritas por la geometría, ya que –según Kant– éstas son una consecuencia de la peculiar estructura de nuestra mente, y a ellas se debe someter todo objeto del cual podamos tener experiencia. Estas ideas las resume Kant con la siguiente frase: sólo podemos conocer a priori de las cosas aquello que antes hemos puesto en ellas. En resumen, el giro copernicano hace mención al hecho de que sólo podemos comprender el conocimiento a priori si admitimos que sólo conocemos los fenómenos y no las cosas en sí mismas o noúmenos, si admitimos el Idealismo Trascendental como la filosofía verdadera.

Giro copernicano

Metáfora con que se alude al cambio radical de perspectiva que supone, respecto de la filosofía tradicional, el planteamiento general de la filosofía de Kant, y al cual él mismo alude en el Prefacio de la Segunda edición de la Crítica de la razón pura. El «giro» -término que proviene de la imagen de las estrellas que giran alrededor del espectador-

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