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Creer, Saber, Conocer


Enviado por   •  1 de Febrero de 2016  •  Ensayos  •  2.126 Palabras (9 Páginas)  •  633 Visitas

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ENSAYO

TEMA:

CREER, SABER, CONCER

Por: Mtra. Marisol Sánchez Guerrero

Un atributo importante del ser humano es la capacidad de pensar, y con ello trae como consecuencia  la curiosidad que despierta el deseo de encontrar una lógica a lo nuevo que ha este se le presente, detonando entonces el análisis del conocimiento del hombre que envuelve para ello una perspectiva compleja, donde el creer, saber y conocer comúnmente se confunden por la relación que estos conceptos poseen.

Para comprender cuando el hombre adquiere conocimiento es un preciso examinar los conceptos de creer, saber y conocer.

El conocimiento es un proceso psíquico que acontece en la mente del hombre Villoro L. (1982).  Al dar lectura de lo que nos muestra valiosamente el autor Villoro,  se puede mencionar que el  creer es un sentimiento o acto de una cualidad específica que ocurre en la mente de todo individuo, y sólo es accesible a él. Una creencia mental es subjetiva al saber, corresponde a la cualidad del acto, no a su contenido. Mientras que una creencia no es una propiedad observable de los objetos, sino característica que se les atribuyo para explicarlos. Las doctrinas de Russell y Husserl caracterizan que todas las creencias tienen algo en común, es decir, todas son mentalistas e idealistas, derivado a que determinan la creencia como una ocurrencia o un dato en la conciencia privada.

Para Creer en algo no siempre tiene que estar pasando, como ejemplo podemos señalar “creo que el sol sale siempre por el oriente”, aunque no lo vea en este momento, sé que va a pasar aún que no tenga la certeza de que le estoy viendo.

Podemos decir que estamos dispuestos a afirmar una creencia cuando realmente creemos en ella, siempre y cuando no haya motivos que nos impidan creer. Pero creer implica tener ventajas, dentro de ellas esta que no toda creencia es un acto, hay creencias latentes que son inconscientes; también la introspección para determinar las creencias de una persona es objetivamente comprobable; así como, creer no se usa como un término descriptivo de algo dado, sino como un término teórico.  Según Rokeach, M (1973) las creencias tienen tres componentes: el cognitivo, en el que creo según lo que he aprendido,  el afectivo-voluntario en lo que creo según deseo y el connotativo lo que uno tiene como concepto propio.

El conocimiento como tal a diferencia de la creencia, es una guía de la práctica firmemente asegurada en razones y el conocer es pues la orientación en forma acertada y segura de la acción.

El saber para Villoro implica creencia pero no toda creencia implica saber. Saber es una proposición que puede ser verdadera o falsa, o bien, que puede mencionar una actividad. Por ejemplo, quien sabe la actividad de arreglar un motor de automóvil también tiene algún saber proposicional acerca del cómo se realiza esa actividad, sabe que esa actividad tiene tales o cuales características. El saber es un estado interno de alguien, si nos referimos a una verdad sabida, el sujeto debe aparecer en los dos términos de la relación de verdad. La noción de verdad y su correlativa de realidad son necesarias para comprender el contenido de objetividad. Para Platón, saber es tener una creencia verdadera y justificada. Saber en un sentido concreto es estar informado, es tener noticia de algo o de haberse enterado. El saber en primera persona implica que “creo” no descarta la posibilidad de estar equivocado.

El saber es un estado interno de alguien, si nos referimos a una verdad conocida, el sujeto debe aparecer en los dos términos de la relación de verdad. La noción de verdad y su correlativa de realidad son necesarias para comprender el contenido de objetividad. La noción de realidad y de verdad es indispensable para explicar la objetividad de la justificación.

Por otro lado el conocer en general es un estado condicionado a actuar, adquirido o determinado por un objeto o situación objetiva aprehendida, que se acompaña de una garantía segura de acierto. Conocer supone un contacto directo, al contrario que saber. La aprehensión inmediata de las cualidades dadas puede ser sometida a ordenaciones y síntesis mediante reglas aplicables a toda experiencia.

De manera que adquirimos un conocimiento agrandamos el mundo del hombre en algo que aún no está incorporado al objeto de nuestro conocimiento presente, y en este sentido parece imposible un conocimiento exhaustivo. Polanyi, M. (1966). El presente autor hace referencia a dos tipos de conocimiento el explícito y el conocimiento tácito, donde podemos afirmar que tácitamente tenemos por cierto el conocimiento explícito ambos derivados de la comprensión.

El conocer implica poder contestar múltiples y variadas cuestiones, de la más diversa índole sobre el objeto. Por ejemplo la ciencia como conocimiento consiste en un conjunto de saberes compartibles por una comunidad de conocimiento determinado, con un cuerpo de proposiciones fundadas en razones objetivas suficientes, donde los enunciados objetivos se verifican por una experiencia directa. Así pues la ciencia es un saber impersonal. Este es el sentido fuerte del conocer, ya que la ciencia muestra una certeza estricta o perfecta de algo cierto.

En cambio la sabiduría no se fija en la existencia de razones objetivamente suficientes para una creencia. No necesita ser aceptada universalmente, solo narra una experiencia vivida, y transmite un trato directo con las cosas. Así pues la sabiduría es un conocimiento personal.

La ciencia y la sabiduría corresponden a dos ideales distintos de conocimiento, es decir, a la ciencia le importan los objetos singulares en cuanto a los miembros de una clase susceptibles de ejemplificar relacionados entre conjuntos de objetos; para ella conocer un hecho es poderlo subsumir en enunciados generales que lo expliquen. En cambio la sabiduría se interesa por lo singular y concreto en toda su complejidad, ya que intenta conectar relaciones entre los objetos particulares hasta captar un todo igualmente concreto.

La ciencia aspira hacia la claridad, y la sabiduría hacia la profundidad. La ciencia dice de lo que no se puede hablar con claridad, es mejor callar. El ideal de la ciencia entonces es derivar todo el saber de una fórmula elemental compuesta de términos definidos con precisión.

La sabiduría a cambio no desprecia la confusa variedad de lo individual, no pretende analizar con ideas claras y distintas, esta intenta aclarar su centro que permita comprenderla. La sabiduría procede por repeticiones verbales, metáforas, asedios, lingüística e imágenes sucesivas. Porque las presentaciones del sentido profundo del mundo y de la vida pueden ser infinitas.

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