¿Cómo El Filósofo Que más Duda De Todo No Duda De La Existencia De Dios?

La necesidad del método reside en remitir, a través de ciertas reglas, todo conocimiento a la certeza. El método no es más que un camino seguro para llegar a la verdad y evitar el error, y de esta manera, llegamos a afirmar ciertas cosas en las cuales nosotros tendríamos cuestiones o dudas y esto fue lo que quiso hacer Descartes, de alguna manera realizar un conjunto de pasos para que todas esas problemáticas que tenemos tengan solución alguna.

Desde el punto de vista puramente matemático la duda metódica cartesiana es impecable. Ahora bien, si trasladamos la duda cartesiana a otros ámbitos y la aplicamos a la vida, caeríamos en un primer error; es claro que el mundo exterior existe así, que lo evidente no debe someterse a duda tal y como el propio Descartes propuso hacerlo, un ejemplo claro sería la gravedad, esa que fue descubierta por Newton y que sentó sus bases, pero ésta no es más que una simple teoría, una teoría que puede ser refutada y bueno, aplicando la duda metódica podemos dudar de la gravedad, pero no, es algo más que obvio la gravedad está allí y nadie lo puede cambiar, por el hecho de que sea una teoría no vemos gente lanzándose de los edificios para probar que dudan de la gravedad, primera contradicción.

Pero ahora, hay ciertas cosas “obvias” que no pueden ser probadas y estas requieren uso de la irracionalidad e imaginación (que tanto critica), pero también él podría haber sometido a duda la existencia de Dios, siguiendo este conjunto de pasos, jamás demostraremos la existencia de este ser, sencillamente, la teología es algo separado, algo que jamás será ciencia, y por lo tanto no será ninguna verdad absoluta, pero el problema es que mucha gente toma la religión como fin absoluto cuando no es así, creen que todo pasa por los dados que mueve un dios, como afirmo Einstein, sencillamente llovió sobre la cosecha porque a un conjunto de reacciones climatológicas del planeta, no porque un dios escucho las oraciones de la noche anterior de un pobre campesino que podía llegar a la quiebra.

Deberíamos aplicar ésta duda, en cuanto a ese “mejor amigo”, de que no todo lo que dicen pseudoprofetas lo tomemos como verdad, de que basemos nuestra vida en esas cosas, de que tomemos algo que no sea metafísico, algo imaginario o utópico, sino algo real, algo demostrable, que es la ciencia.

El segundo gran error de la filosofía cartesiana es la forma de crear el método que se crea a partir de conceptos elegidos a gusto del filósofo, es decir, somete a duda lo que le interesa, pero ¿por qué no dudar de la existencia de Dios?

Quizás el método no alcanzo para justificar tantas cosas, pero sí que aporto demasiado, y pues dese mi punto de vista ese aforismo “Pienso, luego existo” Está un poco mal, ¿qué pasaría con los animales? Ellos existen pero no tienen raciocinio.

En conclusión, considero que la filosofía cartesiana

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