DEL NACER AL MORIR SOMOS UN TODO

DEL NACER AL MORIR SOMOS UN TODO

“Planear la vida, diseñarla, ponerle fronteras, acotarla, dibujar sus contornos y luego andarla [...] para ser sujeto con identidad clara, hombre no masificado”. (Rojas, 2002)

¿Cuestionar nuestra existencia es importante? Puede parecer redundante preguntarnos si deberíamos preguntar, pero la vida, eso entre el nacimiento y la muerte, está compuesta así como esta oración, de momentos repetitivos como pequeñas nuevas oportunidades de elegir y a la vez únicos dependiendo de las opciones escogidas.

Los espacios como el curso de Desarrollo del Ser Humano son considerados en muchas ocasiones un paso más por el semestre, pero ¿qué pasaría si alguien verdaderamente eligiera vivir el curso porque ha decidido que su “yo” que se encontrará con otros es lo más importante para sí mismo? Esta redacción es entonces mi elección voluntaria de vivir la clase, aprovechar el curso de mi vida para entenderme, reconocerme, hacerme crecer y hacerme caminar por la vida, de una manera más segura y plena preparándome así para el encuentro con otros y con el fin de la misma.

Por ello considero importante desarrollar no solo una, sino varias de las temáticas de curso, analizandolas como un aprendizaje acumulativo que facilite el reconocimiento del ser humano como un ser integral que está destinado a la vivencia de la libertad y la muerte.

Así, iniciando con la muerte, aunque parezca que está destinada a ser el final, podría mencionar que el conocimiento más novedoso que recibí fue sobre el poder igualitario e individualizador de la misma, sobre lo que Savater menciona “nadie es ni más ni menos que nadie, sobre todo, nadie puede ser otro del que es” (Savater, 1999) visualizando como yo y cada uno de los seres queridos que me rodean, así como los conocidos que son transitorios en mi vida, están vivos hoy pero no sé por cuánto más y que por ello mis relaciones con ellos deben ser encuentros significativos aunque no haya una autotrascendencia en todos los casos. Respecto a la muerte puedo mencionar como pude encontrarme frente a una realidad desconcertante y a la vez tranquilizadora al leer las palabras de Savater “no hay nada que temer porque nunca coexistimos con ella, mientras estamos nosotros, no está la muerte, cuando llega la muerte dejamos de ser nosotros” (Savater, 1999), siendo pues un pensamiento que me permite encontrar a la muerte como el sitio, circunstancia o momento de vida, en la que regreso a la nada de la que partí.

Así, con la muerte en mente comienzo a pensar en la vida con su imprevisibilidad, sus opciones irreversibles y su temporalidad irrevocable como amenaza, como condena y aún así como motivación. La muerte debe pues hacernos pensar en la vida. Alfaro desarrolla en la lectura la vida como un proyecto, puedo así analizar mi vida como una proyección a futuro que debe ser trabajada en el presente, puesto que no se posee la certeza de dicha realización.

López Quintás plantea la idea de ampliar el horizonte vital, compuesto de la interpretación, las pautas de conducta, las perspectivas de apreciación de la existencia, como una manera de darle sentido a la vida, dicho argumento me hizo considerar la idea del vivir la vida como si esta debiera ser juzgada, pero recordandome que no se trata de ser juzgados por nadie más que por nosotros mismos y de no hacerlo con ojos de desesperación, viviendo una experiencia anticipada de muerte.

En la actualidad este ampliar el horizonte ha sido uno de los ejercicios de autoconocimiento y autoapreciación que he podido llevar del papel a la acción, entendiendo pues que el papel de la actividad creadora en mi vida puede verse reflejado en los tres personajes que Nietzche mencionaba, el filósofo, el santo y el artista, mezclando las mejores características de cada uno de ellos, y siendo la propia moldeadora de mi vida, como ellos con sus obras. Esta temática me pareció muy acertada para mi situación personal ya que me hizo darme cuenta como ciertas actitudes propias han estado enfocadas a ese cuestionamiento y crecimiento personal en búsqueda de darle un sentido a mi vida aún sin haberles dado esa connotación filosófica que va como fundamento,

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