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Definiciones de Filosofía


Enviado por   •  25 de Julio de 2022  •  Trabajos  •  2.447 Palabras (10 Páginas)  •  52 Visitas

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Actividad 1: Definición y valor de la filosofía

Estudiante: Yorman Dayan Castro Santos

Curso: Introducción a la filosofía

Trabajo: Cuadro comparativo

Filósofo

Período

Definición de filosofía

Opinión personal

  1. Presocráticos

(640 - 370 a.C.)

La filosofía es especulación libre sobre la naturaleza, el Cosmos y la realidad sensorialmente palmaria y objetiva.

Es admirable el esfuerzo de los filósofos presocráticos por superar el mito mediante intuiciones metafísicas. La filosofía nace del “asombro” o de la insatisfacción ante explicaciones poco racionales que no desvelan el “principio último”. La especulación es valiosa en cuanto se libera de prejuicios y da lugar al conocimiento teórico mediante la contemplación.

  1. Pitágoras

(582 - 500 a.C.)

“La filosofía es un afán de saber libre y desinteresado”.

Considero que, cuando se quiere filosofar sólo para resolver un conflicto personal o para presumir una reflexión, la filosofía pierde su razón de ser, ya que ella no es una herramienta o un arma de defensa, sino una adhesión gustosa a la verdad. En este sentido, el pensamiento de Pitágoras es muy acertado. La sabiduría debe amarse por lo que es en sí misma, y no sólo por su utilidad.

  1. Sócrates

(469 - 399 a. C.)

“Filosofía es la búsqueda de la verdad como medida de lo que el hombre debe hacer y como norma para su conducta”.

Es cierto que la filosofía es búsqueda de la verdad, pero difiero en que la finalidad exclusiva de ello sea sólo la regulación del comportamiento humano. La verdad hace realmente libre al hombre y le revela la razón de ser de su existencia. Creo que esa debe ser la mayor motivación para buscarla. No por ello deja de ser importante el aporte de Sócrates, pues al fin de cuentas su deseo es el de encontrar un propósito existencial por el que el hombre debe avanzar en la carrera de la vida.

  1. Platón

(427 - 347 a. C.)

“La filosofía es la más alta ascensión de la personalidad y la sociedad humana por medio de la sabiduría”.

Es imposible no percibir en esta definición de Platón el argumento del mito de la caverna: el hombre que debe dejar las sombras ilusorias para salir a la superficie de la realidad. Este concepto de filosofía es realmente motivador y verídico, ya que sólo la sabiduría es capaz de romper las cadenas de la ignorancia personal y colectiva. Los hombres auténticamente sabios (que no son iguales a los intelectuales) son objetivos y toman decisiones que pueden cambiar todo sistema sociopolítico y económico de acuerdo a la verdad, la libertad y la justicia.

  1. Aristóteles

(384 - 322 a.C.)

“Todo lo que sobre este punto nos proponemos decir ahora, es que la ciencia que se llama Filosofía es, según la idea que generalmente se tiene de ella, el estudio de las primeras causas y de los principios. La filosofía es la ciencia del ser en tanto que ser”.

Me parece curioso que Aristóteles agregue una aclaración a su concepto de filosofía. Cuando dice “según la idea que generalmente se tiene de ella”, tal vez insinúa que dicha ciencia es en realidad indefinible. Lo que sí queda claro es el propósito principal de la misma: estudiar las primeras causas y los principios. La filosofía va más allá de lo experimental y de lo accidental. Ella pretende conocer la realidad del ser por lo que es, y no por su función. La filosofía es realmente ciencia porque posee un objeto material (universal y particularizado), un objeto formal (causas supremas o próximas) y un método propio (la razón).

  1. Cicerón

(106 - 43 a.C.)

“La filosofía es el conocimiento de las cosas divinas y humanas y de sus causas y principios en que todas ellas se contienen”.

Esta es, en mi opinión, una definición atrevida en cuanto a lo que pretende. Cicerón iguala las dimensiones divina y humana convirtiéndolas en objeto de estudio con idéntica probabilidad de análisis. Pienso que no es posible acertar inequívocamente en las causas y principios de las cosas divinas, pues hablamos aquí de un objeto trascendente que supera las capacidades racionales del hombre. Considero que sólo podemos hablar de Dios en relación al hombre, no en relación a sí mismo. Pero sí es apropiado hablar de filosofía como conocimiento, porque de hecho es su principal objetivo.

  1. Séneca

(4 – 65 d.C.)

“La filosofía es la sabiduría de la perfección del alma humana. La filosofía es el amor y la investigación de la sabiduría”.

Perfección es un término que expresa completez o finalización. No sé si Séneca se refiere a que la sabiduría brota de un alma perfecta o si lo que busca es perfeccionarla. Optaría más por la segunda interpretación, pero aun así diferiría, pues el conocimiento siempre será inacabado y no podrá alcanzarse la perfección como plenitud del saber. Nadie puede saberlo todo. La búsqueda de la verdad es progresiva e imparable. En ese sentido concuerdo con que la filosofía es investigación de la sabiduría.

  1. San Agustín

(354 - 430 d.C.)

“La filosofía es un afán de Dios”.

Así como en el judaísmo, la fe cristiana no concibe la sabiduría sólo como atributo divino, sino como Dios mismo. En esta perspectiva, hablar de amor a la sabiduría (filosofía) vendría a ser lo mismo que hablar de amor a Dios. Por eso, desde la lógica cristiana de san Agustín, buscar la verdad es buscar al autor de la misma. Como hombre de fe que me defino, comparto la visión de este filósofo. El hombre tiene sed de Dios, pues de Dios proviene como su causa primera y a Dios tiende como su fin último. El ser humano siempre ha de estar inquieto (afán) por conocer la principio increado de todo cuanto existe. Este motor inmóvil es Dios.

  1. Tomás de Aquino

(1225 - 1274 d.C.)

“La filosofía es el conocimiento de las cosas por sus razones más elevadas”.

La definición que da Sto. Tomás de alguna manera hace eco de una de las condiciones primordiales para filosofar: el asombro o la admiración. Se trata de “ir más allá” y comprender la razón de ser de las cosas. Tal vez por eso este filósofo habla de “razones más elevadas”, porque el conocimiento no puede conformarse con lo superficial, sino que debe trascender hasta su esencia, su causa primera.

  1. René Descartes

(1596 – 1650)

“Esta palabra filosofía, significa el estudio de la sabiduría, y por sabiduría se entiende no sólo la prudencia en la acción, sino también un conocimiento perfecto de todas las cosas que el hombre puede conocer, tanto para orientar la conducta de su vida y conservar su salud como para la invención de todas las artes”.

La expresión “estudio de la sabiduría” tiende a descartar la dimensión del “deleite”, del amor por el conocimiento. No considero que la sabiduría sea sólo un objeto de estudio (como si fuera ajena a nosotros, a nuestro afecto), sino un principio constitutivo de nuestra existencia. Descartes atribuye a la filosofía una triple funcionalidad: orientación de la conducta, conservación de la salud e invención de las artes. Esto es cierto, pero la utilidad de la filosofía no puede limitarse a esos tres aspectos. Ella es capaz de colmar las más altas expectativas de la razón y generar felicidad en quien se aventura a vivirla.

  1. Emmanuel Kant

(1724 - 1804)

“La filosofía es la legislación de la razón humana”. “La filosofía es la idea de la perfecta sabiduría, que muestra únicamente los últimos fines de la razón humana”.

Estoy totalmente de acuerdo con Kant con que la filosofía es la legislación de la razón. La sabiduría es la medida de todas las cosas. Ella escudriña las realidades materiales e inmateriales mediante las leyes que la filosofía dicta. En efecto, esta ciencia enseña el modo en que se debe pensar para hallar la verdad de las cosas y los seres. Pero difiero en la segunda definición que entiende la filosofía como “idea” de la perfecta sabiduría. El conocimiento no puede reducirse a una simple representación mental o a una imagen de la realidad. Yo afirmaría más bien que la filosofía es la perfecta sabiduría y no sólo muestra los últimos fines de la razón humana, sino también los inmediatos, los prácticos.

  1. Hegel

(1770 - 1831)

“El fin de la filosofía consiste en comprender lo que es. Porque lo que es, es la razón. Por lo que respecta al individuo, cada cual es, sin más, un hijo de su tiempo. Así también la filosofía, que comprende el pensamiento de su tiempo”.

Es cierto que la filosofía se propone alcanzar la comprensión de las cosas por lo que son, pero no se puede limitar la realidad del ser a la razón. No todo lo real es racional. Existen “misterios” que no se abarcan con un pensamiento racional, sino que necesitan de la contemplación y la aceptación. Uno de esos presupuestos es el de la finitud del hombre y su aspiración inmanente de inmortalidad. Hegel afirma además, que la filosofía debe considerarse en relación a la época o tiempo en que se desarrolla el pensamiento, pero no podemos olvidar que existen verdades universales que no requieren de una contextualización histórica para ser comprendidas.

  1. Baruch de Spinoza

(1632 – 1677)

“La filosofía es la búsqueda desinteresada de la verdad”. “La filosofía, como ejercicio de la reflexión racional, de la propia capacidad de pensar, es la verdad misma, es el encadenamiento de las ideas verdaderas, es el camino que conduce de una verdad a otra”.

Spinoza no da una definición concreta de filosofía. Lo que conocemos son extractos en algunas de sus obras que pueden ayudar a construir un concepto como el que aquí se nos presenta. Personalmente no podría estar más de acuerdo con este aporte: la filosofía como búsqueda desinteresada de la verdad; como verdad misma. Pero la verdad no debe ser usada como medio, sino que ella es fin de la actividad filosófica. Por esta razón, es apropiado que Spinoza añada la palabra “desinteresada”. La verdad es la más alta y digna aspiración del hombre en relación a su existencia. Todo ser humano quiere conocer la verdad, descifrar lo “inexplicable”, y para ello la filosofía juega un papel insustituible.

  1. Karl Marx

(1818 - 1883)

“La filosofía es la quintaesencia espiritual de su tiempo”.

La “quintaescencia” es un término empleado desde la Grecia clásica para designar un quinto elemento perfecto existente en todas las cosas (Empédocles). Se trata de la perfección misma. En este sentido, es apropiado referirse a la filosofía como perfección espiritual, en cuanto desvela la verdad objetiva. Pero considero que no es correcto anquilosar esta ciencia a una época histórica determinada. La filosofía germina paulatinamente y no dejará de tener vigencia mientras el hombre goce de plena razón.

  1. Miguel de Unamuno

(1864 - 1936)

“La filosofía es la ciencia que trata de formarnos una concepción unitaria y total del mundo que oriente la acción y la vida”.

Este concepto es bastante práctico. Unamuno presenta la filosofía como medio de comprensión universal con una finalidad concreta: la orientación de los actos y de la vida misma. Concuerdo con que es una ciencia que debe comprometer la existencia total del hombre: su pensamiento, su afectividad, sus actos y sus relaciones. Es una definición puntual y concisa que invita a la dilatación del panorama mental para regir la vida del hombre.

  1. George Berkeley

(1685 -1753)

“La filosofía no es más que el cultivo de la sabiduría y la búsqueda o investigación de la verdad, de ahí que pueda esperarse con razón que aquellos que le han dedicado mucho tiempo y fatigas gocen de una mayor calma y serenidad del espíritu, de una mayor claridad y evidencia del conocimiento y están menos perturbados por dudas y dificultades que los otros hombres…”.

En lo personal, me identifico demasiado con esta definición de Berkeley. No se trata de un concepto complejo o muy técnico, sino de una significación muy contemplativa de lo que realmente es la filosofía. Los términos que utiliza este filósofo, concretamente “cultivo” y “búsqueda o investigación”, expresan simplicidad y veracidad. La sabiduría no es un estado que se descubre, sino un camino que se recorre paso a paso. Al igual que una planta, la sapientia requiere de un constante cuidado, de una atención permanente que le ayude a crecer. La apreciación que hace Berkeley sobre el estado de serenidad logrado por quienes se han dedicado arduamente a la búsqueda de la verdad, es sencillamente valiosa. Ya he dicho antes que la libertad llega por la verdad; y el fruto inmediato de la libertad es la paz o la tranquilidad interior (espiritual).

  1. Ortega y Gasset

(1883 – 1955)

“La filosofía es un enorme apetito de transparencia y una resuelta voluntad de mediodía. Su propósito radical es traer a la superficie, declarar, descubrir lo oculto o velado – en Grecia la filosofía comenzó por llamarse “alétheia”, que significa desocultación, revelación o desvelación; en suma, manifestación. Y manifestar no es sino hablar, lógos. Si el misticismo es callar, filosofar es decir”.

Majestuosa la expresión “apetito de trascendencia”. Ella habla implícitamente de la admiración o fascinación por la verdad que permanece oculta y que debe a toda costa revelarse por medio de la palabra. La filosofía no debe limitarse a lo inmanente, a lo meramente reflexivo, sino que debe ser realmente comunicativa, expresable. El hombre ya no puede conformarse con “creer”, sino que debe esforzarse por entender y hablar. Quien filosofa se parece a quien decide cavar la tierra para encontrar un tesoro. El filósofo no puede descansar hasta que el tesoro de la verdad brille ante los ojos de los hombres.

  1. M. García Morente

(1888 – 1942)

“Una definición que se dé sobre la filosofía, antes de haberla vivido, no puede tener sentido, resultará ininteligible… Por de pronto, decimos que la filosofía es el estudio de todo aquello que es objeto de conocimiento universal y totalitario”.

La opinión que da García Morente acerca del esfuerzo por definir la filosofía, me parece sabia y prudente. Una cosa es describir desde fuera y otra muy distinta es apropiarse o insertarse en la realidad para decir algo sobre ella. La filosofía es prácticamente indefinible, y cualquier esfuerzo por aportar un concepto de ella es mera aproximación.

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