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Dialogo de Critón y Aristóteles

marcelomunozfTrabajo23 de Septiembre de 2014

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INFORME DE LECTURA #1

Dialogo de Critón y Aristóteles

El “conflicto” entre Critón y Aristóteles (si así se pudiera llamar), nos da cuenta de dos visiones, muy opuestas, de lo que es “Justo” e “Injusto” para ellos. El juicio, es el tema que evoca a discípulo y profesor, a plantear la crítica interna de la externa. Sus diferencias, sus similitudes, retratadas en este breve informe. Vamos.

Critón ve a Aristóteles sentado en la cárcel. Este primero, tienen una sentida conversación sobre su aprehensión y el destino que le deparará más adelante; su condena y su fin, mejor dicho. Este, le plantea que debe escapar de la cárcel. Pero el “encarcelado”, se niega rotundamente, y es aquí cuando la discusión comienza; y me trae a memoria lo visto hasta hoy en las clases.

Al momento de negar la propuesta ofrecida por Critón, Aristóteles esgrime un argumento que él consideraba “Antidemocrático”: No debe importar lo que terceros piensen de uno por ciertas acciones que cometemos o proyectos que deseemos emprender. Esas terceras personas, llamadas vulgarmente como “la mayoría”, son las que Critón señala como las más dañinas en términos grandes .

Luego empieza a dar el ejemplo del gimnasta. En esta contextualización, el maestro justifica que él debe seguir los consejos alimenticios de su preparador, en contraste con el de “la mayoría”; en el texto, Aristóteles ve a la mayoría como una inexperta en los temas que atañen a ciertos objetivos individuales de cada persona que pueden ser objeto de crítica; crítica que por lo demás puede ser dañina, reiterando, para esa persona, que se “deja guiar” por ese comentario sin peso2. En otras palabras, personas capaces para juzgar ciertos actos. Es cuando comenzamos a decir que es lo “justo” y que es lo “injusto”, apelando al sentido común, y como recurso más repetido en los últimos intercambios de palabras la educación cívica como respuesta al porqué decide no escapar de la cárcel. Dejo una cita de la conversación para complementar la idea:

“¿Acaso debemos nosotros seguir la opinión de la mayoría y temerla, o la de uno solo que la entienda, si lo hay, al cual hay que respetar y temer más que a todos los otros juntos”

Y es así como la “mayoría” es cuestionada; cuestionada en base al desconocimiento de las personas sobre los objetivos de ese ser.

La reflexión del maestro nos lleva a un tema que en las clases se ha tocado con interesantes debates que permiten entender lo “justo” y lo “injusto”. La discusión podría continuar segundos, minutos, horas, dias, semanas, meses, años, décadas, e incluso siglos. Ambos conceptos continúan en búsqueda de su definición de una sociedad que cambia en cada periodo; pero no desviemos nuestro foco e intentemos concentrarnos. La justicia, entendida por Aristóteles, implica respetar con lo que se le ha educado y ser consciente de que sus acciones pueden afectar de alguna manera, a su entorno; visto desde el lado cívico, siempre pensando en lo que, a mí parecer, es visto como él bien común de una sociedad que ve en la democracia su pilar fundamental del desarrollo. Al contrario de Critón que piensa (no lo sé por qué) que las opiniones vertidas por terceros son importantes porque, y nuevamente voy a pecar de hombre sin comprensión alguna, dejan una mala impresión frente a nuestros semejantes, otorgándole una importancia que esconde rasgos de temor por decir ¿Qué pensarán de mí estas personas?, ¿Por qué no hice esto?, ¿tengo cierta culpa por no haber hecho lo que debí hacer?, etc. Un sinnúmero de preguntas que avocan al concepto que mencione en la última cuestión: la culpa.

La culpa es lo que inquieta a Critón, pero Aristóteles continúa justificándose en base a los principios que la “perfecta democracia”

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